La Celestina. Fernando de RojasЧитать онлайн книгу.
fuera resplandescen: porque sin los bienes de fuera, de los quales la fortuna es senora: a ninguno acaece en esta vida ser bienauenturado: e mas, a constelacion de todos eres amado. CAL.—pero no de Melibea. E en todo lo que me as gloriado, Sempronio: sin proporcion ni comparacion se auentaja Melibea. Miras la nobleza e antiguedad de su linaje? El grandissimo patrimonio? el excelentissimo ingenio? las resplandescientes virtudes? la altitud e enefable gracia? la soberana hermosura? de la qual te ruego me dexes hablar vn poco: porque aya algun refrigerio. Y lo que te dixere sera de lo descubierto: que si de lo oculto yo hablarte supiera: no nos fuera necessario altercar tan miserablemente estas razones. SEMP.—que mentiras e que locuras dira agora este cautiuo de mi amo? CAL.—como es esso? SEMP.—dixe que digas, que muy gran plazer haure de lo oyr. Assi te medre dios: como me sera agradable esse sermon. CAL.—que? SEMP.—que assi me medre dios como me sera gracioso de oyr. CAL.—pues porque ayas plazer: yo lo figurare por partes mucho por estenso. SEMP.—duelos tenemos: esto es tras lo que yo andaua. De passarse haura ya esta importunidad. CAL.—comienzo por los cabellos. Vees tu las madexas del oro delgado que hilan en Arabia? mas lindos son e no resplandescen menos: su longura hasta el postrero assiento de sus pies: despues crinados e atados con la delgada cuerda como ella se los pone: no ha mas menester para conuertir los hombres en piedras. SEMP.—mas en asnos. CAL.—que dizes? SEMP.—dixe que essos tales no serian cerdas de asno. CAL.—veed que torpe e que comparacion? SEMP.—tu cuerdo? CAL.—los ojos verdes rasgados: las pestanas luengas: las cejas delgadas e alzadas: la nariz mediana: la boca pequena: los dientes menudos e blancos: los labrios colorados e grosezuelos: el torno del rostro poco mas luengo que redondo: el pecho alto: la redondeza e forma de las pequenas tetas: quien te la podra figurar? que se despereza el hombre quando las mira. la tez lisa lustrosa. el cuero suyo escurece la nieue: la color mezclada qual ella la escogio para si. SEMP.—en sus treze esta este necio. CAL.—las manos pequenas en mediana manera: de dulce carne acompanadas: los dedos luengos, las vnas en ellos largas e coloradas que parescen rubies entre perlas. Aquella proporcion que veer yo no pude: no sin duda por el bulto de fuera juzgo incomparablemente ser mejor que la que Paris juzgo entre las tres deesas. SEMP.—has dicho? CAL.—quan breuemente pude. SEMP.—puesto que sea todo esso verdad: por ser tu hombre eres mas digno. CAL.—en que? SEMP.—en que ella es imperfeta: por el qual defeto desea e apetece a ti e a otro menor que tu. No as leydo el filosofo do dize: assi como la materia apetece a la forma: asi la muger al varon? CAL.—o triste, e quando vere yo esso entre mi e Melibea. SEMP.—possible es: y avnque la aborrezcas quanto agora la amas: podra ser alcanzandola: e viendola con otros ojos libres del engano en que agora estas. CAL.—con que ojos? SEMP.—con ojos claros. CAL.—e agora, con que la veo? SEMP.—con ojos de alinde: con que lo poco parece mucho, e lo pequeno grande. E porque no te desesperes: yo quiero tomar esta empresa de complir tu desseo. CAL.—o dios te de lo que desseas: que glorioso me es oyrte: avnque no espero que lo has de hazer. SEMP.—antes lo hare cierto. CAL.—dios te consuele. El jubon de brocado que ayer vesti, Sempronio, vistetele tu. SEMP.—prosperete dios por este e por muchos mas que me daras. De la burla yo me lleuo lo mejor: con todo, si destos aguijones me da, traergela he hasta la cama. Bueno ando! hazelo esto que me dio mi amo: que sin merced, impossible es obrarse bien ninguna cosa. CAL.—no seas agora negligente. SEMP.—no lo seas tu: que impossible es fazer sieruo diligente el amo perezoso. CAL.—como has pensado de fazer esta piedad? SEMP.—yo te lo dire. Dias ha grandes que conozco en fin desta vezindad vna vieja barbuda que se dize Celestina, hechizera, astuta, sagaz en quantas maldades ay. Entiendo que passan de cinco mill virgos: los que se han hecho e deshecho por su auctoridad en esta cibdad. A las duras penas promouera e prouocara a luxuria si quiere. CAL.—podriala yo fablar? SEMP.—yo te la traere hasta aca. por esso aparejate. seyle gracioso: seyle franco. estudia, mientra vo yo, de le dezir tu pena: tan bien como ella te dara el remedio. CAL.—y tardas? SEMP.—ya voy: quede dios contigo. CAL.—y contigo vaya. O todopoderoso, perdurable dios! tu que guias los perdidos: e los reyes orientales por el estrella precedente a Belen truxiste: e en su patria los reduxiste: humilmente te ruego que guies a mi Sempronio: en manera que conuierta mi pena e tristeza en gozo: e yo indigno merezca venir en el deseado fin. CELESTINA.—albricias, albricias, Elicia. Sempronio, Sempronio. ELICIA.—ce. ce. ce. CEL.—porque? ELIC.—porque esta aqui Crito. CEL.—metelo en la camarilla de las escobas: presto: dile que viene tu primo e mi familiar. ELIC.—Crito, retraete ay: mi primo viene: perdida soy. CRITO.—plazeme, no te congoxes. SEMP.—madre bendita! que desseo traygo! gracias a dios que te me dexo ver. CEL.—fijo mio: rey mio, turbado me has: no te puedo fablar; torna e dame otro abrazo: y tres dias podiste estar sin vernos? Elicia, Elicia, catale aqui. ELIC.—a quien, madre? CEL.—Sempronio. ELIC.—ay triste! que saltos me da el corazon: y que es del? CEL.—vesle aqui: vesle. yo me lo abrazare, que no tu. ELIC.—ay! maldito seas, traydor: postema e landre te mate: e a manos de tus enemigos mueras: e por crimines dignos de cruel muerte: en poder de rigurosa justicia te veas! ay, ay! SEMP.—hy. hy. hy. que has, mi Elicia: de que te congoxas? ELIC.—tres dias ha no me ves. nunca dios te vea. nunca dios te consuele ni visite: guay de la triste que en ti tiene su esperanza e el fin de todo su bien. SEMP.—calla, senora mia: tu piensas que la distancia del lugar es poderosa de apartar el entranable amor: el fuego que esta en mi corazon? do yo vo, comigo vas: comigo estas: no te aflijas ni me atormentes mas de lo que yo he padecido: mas di, que passos suenan arriba? ELIC.—quien? vn mi enamorado. SEMP.– pues creolo. ELIC.—alahe, verdad es: sube alla e verle has. SEMP.– voy. CEL.—anda aca; dexa essa loca: que ella es liuiana: e turbada de tu absencia: sacasla agora de seso: dira mill locuras: ven e fablemos; no dexemos passar el tiempo en balde. SEMP.—pues quien esta arriba? CEL.—quiereslo saber? SEMP.-quiero. CEL.—vna moza que me encomendo vn frayle. SEMP.-que frayle? CEL.– no lo procures. SEMP.—por mi vida, madre, que frayle? CEL.—porfias? el ministro, el gordo. SEMP.—o desauenturada, e que carga espera. CEL.—todo lo leuamos: pocas mataduras as tu visto en la barriga. SEMP.—mataduras no: mas petreras si. CEL.—ay burlador. SEMP.—dexa si soy burlador: e muestramela. ELIC.—ha! don maluado, verla quieres? los ojos se te salten; que no basta a ti vna ni otra. anda! veela, e dexa a mi para siempre. SEMP.—calla, dios mio: e enojaste? que ni la quiero ver a ella ni a muger nascida. A mi madre quiero fablar: e quedate adios. ELIC.—anda, anda: vete, desconoscido: e esta otros tres anos que no me bueluas a ver. SEMP.—madre mia, bien ternas confianza, e creeras que no te burlo. Toma el manto, e vamos: que por el camino sabras lo que si aqui me tardasse en dezirte: empediria tu prouecho e el mio. CEL.—vamos: Elicia, quedate a dios: cierra la puerta: adios paredes. SEMP.—o madre mia: todas cosas dexadas aparte: solamente se atenta: e ymagina en lo que te dixere: e no derrames tu pensamiento en muchas partes: que quien junto en diuersos lugares le pone, en ninguno le tiene: sino por caso determina lo cierto. e quiero que sepas de mi lo que no has oydo. E es: que jamas pude despues que mi fe contigo puse: desear bien de que no te cupiesse parte. CEL.—parta dios, hijo, de lo suyo contigo. que no sin causa lo hara: siquiera porque has piedad desta pecadora de vieja. Pero di, no te detengas: que la amistad que entre ti e mi se afirma no ha menester preambulos: ni correlarios: ni aparejos para ganar voluntad. Abreuia e ven al fecho: que vanamente se dize por muchas palabras: lo que por pocas se puede entender. SEMP.—assi es; Calisto arde en amores de Melibea: de ti e de mi tiene necessidad: pues juntos nos ha menester: juntos nos aprouechemos. que conoscer el tiempo e vsar el hombre de la oportunidad haze los hombres prosperos. CEL.—bien has dicho: al cabo estoy: basta para mi mescer el ojo. Digo que me alegro destas nueuas: como los cirujanos de los descalabrados. E como aquellos danan en los principios las llagas: e encarecen el prometimiento de la salud: assi entiendo yo fazer a Calisto: alargarle he la certenidad del remedio. Porque, como dizen. El esperanza luenga aflige el corazon. y quanto el la perdiere, tanto gela promete. bien me entiendes. SEMP.—callemos: que a la puerta estamos: e como dizen: las paredes han oydos. CEL.—llama. SEMP.—tha. tha. tha. CAL.—Parmeno. PARMENO.—senor. CAL.—no oyes: maldito sordo? PARM.—que es, senor? CAL.—a la puerta llaman; corre. PARM.—quien es? SEMP.—abre a mi e a esta duena. PARM.—senor, Sempronio e vna puta vieja alcoholada dauan aquellas porradas. CAL.—calla, calla, maluado: que es mi tia. corre, corre, abre. siempre lo vi, que por huyr hombre de vn peligro: cae en otro mayor. Por encubrir yo este fecho de Parmeno: a quien amor / o fidelidad / o temor pusieran freno, cay en indignacion desta que no tiene menor poderio en mi vida que dios. PARM.—porque, senor, te matas? porque, senor, te congoxas? y tu piensas que es vituperio en las orejas desta el nombre que la llame? no lo creas: que assi se glorifica en le oyr como tu quando dizen: diestro