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Diferencias Hombre Mujer. Juan Moisés De La SernaЧитать онлайн книгу.

Diferencias Hombre Mujer - Juan Moisés De La Serna


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sufrir retrasos en el lenguaje, con dificultades en el aprendizaje, en algunos casos con un resultado en el coeficiente intelectual ligeramente inferior a la media.

      La combinación genética no es más que el inicio de la diferenciación en el que se ha de pasar dos pasos para el establecimiento de las características sexuales de la persona:

      - Determinación primaria, en donde se definen las gónadas, que son los órganos reproductores sexuales, con una importante función hormonal; en los hombres son los testículos (que producen andrógenos entre ellos la testosterona) y en las mujeres los ovarios (que producen estrógenos).

      Ã‰sta distinción surge a partir de la séptima semana de gestación y se da por la presencia o no del cromosoma Y, el cual es un factor determinante testicular, esto quiere decir que, si no aparece, el proceso “natural” de la gónada indiferenciada será hacia la generación de ovarios y con ello el bebé será niña, pero si está presente el cromosoma Y, se formarán los testículos y con ello el bebé será niño.

      - Determinación secundaria, que tiene más que ver con el fenotipo, es decir, la expresión de dicha genética una vez establecida las gónadas, las cuales generan hormonas que van a ir modificando el organismo para convertirlo en hombre o mujer, en el primer caso se forma el pene, los testículos, mientras que en las mujeres la vagina y el útero.

      Pero las gónadas no sólo van a jugar un papel de determinación fenotípica sino también en la constitución del cerebro, así la presencia de testosterona va a producir una serie de cambios en lo que se conoce como masculinización del cerebro y de la conducta, mientras que en otros mamíferos, además va a facilitar la aparición de comportamientos “instintivos” como peleas o marcaje territorial.

      Pero incluso en éste proceso de masculinización pueden producirse errores debidos a una mutación en el cromosoma Y, un estudio realizado por la Universidad Case Western Reserve (EE.UU.) cuyos resultados han sido publicados en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences informa de que el proceso de masculinización no es tan estable y robusto como se creía. El análisis se realizó sobre la mutación presentada por un padre y una hija estéril en donde ambos tienen cromosomas XY.

      La diferencia en los distintos desempeños entre hombres y mujeres que se manifiestan en la vida adulta, se debe precisamente al dimorfismo sexual, producto de la masculinización del cerebro en el hombre, que se inicia por la producción de testosterona a partir de la séptima semana de vida, lo que se va a expresar en:

      - Las mujeres van a estar mejor dotadas para emplear estrategias lingüísticas, manifestadas ya desde los primeros años de vida, hablando antes, con mayor fluidez, mayor facilidad para el aprendizaje de la lectura y la escritura, mejor memoria visual y velocidad perceptiva (identificación de objetos).

      - Los hombres, por su parte, van a tener mayores aptitudes para las tareas espaciales, manifestado ya durante la infancia, teniendo mejor resultado en las tareas de reconocimiento de formas, de rotación de objetos mentalmente y con la representación de objetos en dos y tres dimensiones.

      Tal y como se señaló en el apartado anterior, las hormonas van a intervenir en la formación del cerebro, existiendo notables diferencias hombre-mujer, si nos fijamos únicamente en el tamaño del cerebro, este es un 10% más grande en los hombres; y en cuanto al peso entre un 11-12% mayor en hombres, ambos aspectos explicables por una mayor estructura física de los hombres.

      Estudios recientes han podido concluir sobre las diferencias en la organización cerebral, así como sobre un uso particular del cerebro en cada género, encontrando:

      - En el hombre, un mayor número de neuronas en el hipotálamo, la comisura anterior y el cuerpo calloso; además tiene un mayor tamaño el hemisferio derecho, la corteza cerebral, el cerebelo y la amígdala.

      - En la mujer, un mayor número de neuronas en la comisura blanca anterior, en la parte posterior del cuerpo calloso y en el locus coeruleus, además tiene un mayor tamaño el hemisferio izquierdo, el sistema límbico y la comisura anterior.

      Pero estas diferencias no se quedan sólo en el tamaño de las estructuras, sino que afectan también a cómo se usan, así se ha observado que los hombres emplean más las regiones temporo-límbicas (implicadas en la memoria y la motivación) y el cingulado en las mujeres (implicado en el procesamiento emocional).

      Estas diferencias en el cerebro permiten desarrollar de forma más rápida algunas funciones que a otro tipo de cerebro le costaría más, de ahí surge la idea de la educación separada, entre hombres y mujeres para potenciar al máximo las capacidades relacionadas con el género, y llevado al extremo estaría la educación personalizada que buscaría el máximo desarrollo de las mejores capacidades individuales independientemente del sexo que se tenga.

      Una de las aportaciones más controvertidas al respecto, es la que hace referencia al estudio del autismo y en concreto a la teoría del “Cerebro Extra Masculino”, donde el autor de su “descubrimiento”, explica algunos de los rasgos “típicos” que se encuentran entre los afectados por el autismo, como son los problemas de la comunicación, tanto al expresar sus emociones, necesidades y deseos, como en percibir e interpretar correctamente la de los demás, lo que se traduce en una baja capacidad empática.

      La empatía es por definición una de las habilidades más desarrolladas, junto con el lenguaje, por parte de las mujeres, frente a los hombres, pero en los autistas está aún menos presente. El autor de ésta teoría, evaluó en distintos estudios dos aspectos que fueron: la empatía y la sistematización, entendida la primera como la capacidad de identificar los pensamientos y emociones de otros, y de responder con una emoción apropiada; la sistematización por su parte, hace referencia a la capacidad de extraer reglas de funcionamiento del medio ambiente, esto es, regularidades sobre cómo funcionan las cosas.

      Lo que halló en sus investigaciones, fue que el hombre tiene mayor capacidad de sistematización que de empatía, lo contrario que la mujer, y que las personas afectadas por el autismo, tienen una sobrecapacidad para la sistematización mayor que en hombres y mujeres, en detrimento de la empatía menor que en hombres y mujeres, es decir, tienen maximizadas las habilidades "masculinas" en estos aspectos.

      Según los estudios realizados en la Universidad de Cambridge (Inglaterra) estas manifestaciones serían debidas a un exceso de masculinización cerebral, provocadas por altos niveles de testosterona en el útero materno.

      La teoría del Cerebro Extra Masculino se basa en datos anecdóticos, sobre las diferencias cerebrales hombre-mujer, e incluso en las en cuanto al número de casos de varones diagnosticados como autistas, frente a las féminas.

      Lo que explicaría por qué éste trastorno del desarrollo se produce cuatro veces más en niños que en niñas, aspecto que está actualmente cuestionado, ya que se plantea que existe un sesgo por parte de los evaluadores a la hora de determinar el diagnóstico de autismo en niños frente a niñas.

      Tal y como se ha demostrado en alguna investigación, lo que me recuerda al experimento con el “Bebe X”, en donde se registra el comportamiento de los adultos frente a un bebé vestido con ropa azul, tradicionalmente asociada a los niños; ante otros adultos se presenta el mismo bebé, pero en esta ocasión vestido con ropita rosa, color tradicionalmente asociada a las niñas.

      Los resultados muestran un comportamiento diferencial de los adultos, en su forma de hablar y tratarle, e incluso en la valoración de las habilidades del bebé en función del color de la ropa.

      Es decir, cuando creían que se trataba de un varón, decían


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