Objetivo Principal: La Forja de Luke Stone — Libro n° 1. Джек МарсЧитать онлайн книгу.
el peligro hasta doce veces. Hace la vida más emocionante.
Heath asintió. —Buen chico. ¿Quieres emoción? Pues parece que podríamos estar aterrizando en condiciones cero-cero.
A Luke no le gustó cómo sonaba eso. Cero-cero significaba cero cielo, cero visibilidad. Los pilotos se verían obligados a dejar que el sistema de navegación del helicóptero les hiciera el avistamiento. Eso estaba bien, lo peor era el polvo. Aquí, en Afganistán, era tan fino que fluía casi como el agua. Podía aparecer a través de las grietas más pequeñas. Podía entrar en los engranajes y en las armas. Las nubes de polvo podían causar apagones, ocultando por completo cualquier obstáculo hostil, que pudiera estar esperando en la zona de aterrizaje.
Las tormentas de polvo acechaban las pesadillas de cada soldado aerotransportado en Afganistán.
Como si fuera una señal, el helicóptero se estremeció y recibió un golpe de viento lateral. Y así, se metieron de lleno dentro de la tormenta de polvo. El sonido fuera del helicóptero cambió; hacía un momento, todo lo que se podía oír era el fuerte zumbido de los rotores y el rugido del viento. Ahora, el sonido del polvo arremolinándose y golpeando el exterior del helicóptero competía con los otros dos sonidos. Sonaba casi como la lluvia.
—¡Informe del polvo! —gritó Heath.
Los hombres estaban en las ventanas, mirando hacia fuera, a la nube que echaba chispas.
—¡Polvo en la rueda de la cola! —gritó alguien.
—¡Polvo en la compuerta de carga! —dijo Martínez.
—¡Polvo en el equipo de aterrizaje!
—¡Polvo en la puerta de la cabina!
En segundos, el helicóptero fue engullido. Heath repitió cada intervención en sus auriculares. Ahora estaban volando a ciegas, el helicóptero atravesaba un cielo espeso y oscuro.
Luke se quedó mirando la arena que golpeaba las ventanas. Era difícil creer que todavía estuvieran en el aire.
Heath se llevó una mano al casco.
—Pirata 2, Pirata 2… sí, copia. Adelante, Pirata 2.
Heath tuvo contacto por radio con el otro equipo de la misión, por dentro de su casco. Al parecer, el segundo helicóptero lo estaba llamando por la tormenta.
El escuchó.
—Negativo a lo de regresar a la base, Pirata 2. Continua según lo planeado.
Los ojos de Martínez se encontraron con los de Luke de nuevo. Sacudió la cabeza. El helicóptero se sacudió y se bamboleó. Luke miró a los hombres en línea. Eran luchadores endurecidos, pero ninguno de ellos parecía ansioso por continuar esta misión.
—Negativo el aterrizaje forzoso, Pirata 2. Te necesitamos en esto...
Heath se detuvo y escuchó de nuevo.
—¿Mayday? ¿Ya?
Esperó. Ahora miraba a Luke, sus ojos eran estrechos y duros. No parecía asustado, parecía frustrado.
—Los he perdido. Ese era nuestro apoyo. ¿Alguno de vosotros puede verlos ahí fuera?
Martínez miró por la ventana. Gruñó. Ya ni siquiera era de noche. No había nada que ver fuera, sólo polvo marrón.
—Pirata 2, Pirata 2, ¿me recibes? —dijo Heath.
Esperó un momento.
—Adelante, Pirata 2. Pirata 2, Pirata 2.
Heath hizo una pausa. Ahora escuchaba.
—Pirata 2, informe de estado. Estado…
Sacudió la cabeza y miró a Luke de nuevo.
—Se han estrellado.
Escuchó de nuevo. —Sólo lesiones menores. Helicóptero desactivado, motores muertos.
De repente, Heath golpeó la pared cerca de su cabeza.
—¡Maldita sea!
Miró a Luke. —Hijo de puta. Los muy cobardes, han abandonado. Sé que lo han hecho. Qué casualidad que sus instrumentos han fallado, se han perdido en la tormenta y se han estrellado a siete kilómetros de un campamento de la División de la Décima Montaña. Qué oportuno, van a caminar hasta allí.
Hizo una pausa. Se le escapó un suspiro. —¿No es el colmo? Nunca pensé que vería a una unidad de Fuerzas Delta hacer “DD” en una misión.
Luke lo miró. Las siglas DD corresponden a done deal. Significaba desaparecer, esconderse, retirarse. Heath sospechaba que los del Pirata 2 pusieron fin a la operación por su cuenta. Tal vez lo habían hecho, tal vez no. Pero podría estar en lo cierto.
—Señor, creo que deberíamos dar la vuelta —dijo Luke. O tal vez deberíamos aterrizar. No tenemos unidad de apoyo y creo que nunca he visto una tormenta...
Heath negó con la cabeza. —Negativo, Stone. Continuamos con unas pequeñas modificaciones: un equipo de seis hombres asalta la casa y otro equipo de seis hombres contiene los alrededores.
—Señor, con el debido respeto, ¿cómo va a aterrizar y despegar de nuevo este helicóptero?
—No hay aterrizaje —dijo Heath. —Nos vamos a deslizar por una la cuerda hacia abajo. Entonces el helicóptero podrá volar en vertical y encontrar la parte más alta de esta tormenta, dondequiera que esté. Podrán volver cuando tengamos el objetivo asegurado.
—Morgan... —comenzó Luke, dirigiéndose a su oficial superior por su nombre de pila, una concesión que sólo podría permitirse en algunos lugares, uno de ellos las Fuerzas Delta.
Heath negó con la cabeza. —No, Stone, quiero a al-Jihadi y voy a cogerlo. Esta tormenta duplica nuestro elemento sorpresa: nunca se esperarán que salgamos del cielo en una noche como esta. Recuerde mis palabras, vamos a ser leyendas después de esto.
Hizo una pausa, mirando directamente a los ojos de Stone. —Tiempo estimado cinco minutos. Asegúrese de tener listos a sus hombres, Sargento.
* * *
—Está bien, está bien —gritó Luke sobre el rugido de los motores, las hélices del helicóptero y la arena que chocaba contra las ventanas.
—¡Escuchad! —las dos líneas de hombres lo miraban fijamente, con sus trajes y cascos, con las armas listas. Heath lo miraba desde el otro extremo. Eran los hombres de Luke y Heath lo sabía. Sin el liderazgo y la cooperación de Luke, Heath podría tener rápidamente un motín encima. Durante una fracción de segundo, Luke recordó lo que Don había dicho:
Solíamos llamarlo Capitán Ahab.
—El plan de la misión ha cambiado. Pirata 2 está jodido cien por cien. Pasamos al Plan B. Martínez, Hendricks, Colley, Simmons. Venís conmigo y con el Teniente Coronel Heath, somos el Equipo A. Nos meteremos en la casa, eliminaremos cualquier oposición, identificaremos el objetivo y lo eliminaremos. Nos vamos a mover muy rápido, así que estad preparados, ¿entendido?
Martínez, como siempre: —Stone, ¿cómo planeas hacer de esto un asalto de doce hombres? Es uno de veinticuatro hombres...
Luke lo miró fijamente. —He dicho: ¿entendido?
Varios gruñidos y murmuraciones indicaron que lo entendían.
—Nadie se nos resistirá —dijo Luke. —Si alguien dispara, o siquiera enseña un arma, están fuera de juego. ¿Copia?
Miró por las ventanas. El helicóptero luchaba a través de una tormenta de mierda marrón, moviéndose rápido, pero muy por debajo de su velocidad máxima. La visibilidad de ahí fuera era cero, menos que cero. El helicóptero se estremeció y se sacudió como confirmando esa evaluación.
—Copia —dijeron los hombres a su alrededor. —Entendido.
—Packard,