Terrorismo yihadista. Alejandro Gabriel CassagliaЧитать онлайн книгу.
una ropa negra, con su rostro cubierto por una especie de capucha también de color negra. Utiliza un cuchillo de grandes dimensiones y muy bien afilado. Muy seguro en sus palabras y en su accionar, y sin ejercer una imagen de brutalidad extrema, pese al acto salvaje que va a cometer. Por su parte el prisionero viste ropas tipo overall de color naranja, que representa el mismo tipo de uniforme que utilizan los detenidos en Guantánamo36, apoyándose en la ley del Talión, “ojo por ojo”. Esta vestimenta, en muchas de las ejecuciones, se puede observar manchada, generalmente en la zona de abdomen y pecho, que vendrían a intentar representar el “sufrimiento” del prisionero. Este pronuncia de una manera muy calma el discurso que le es impuesto por sus captores. No solo se utiliza el árabe, por parte del captor. Muchas veces se habla en inglés y otros idiomas. Incluso se utilizan, en los últimos tiempos, el portugués y hasta el español. El prisionero habla en el idioma de su país y con ello intenta llegar no solo a las autoridades de su Estado, sino al pueblo de su origen. El mensaje hace referencia a las acciones su país con relación a los habitantes del Estado Islámico. Finalmente se destaca la imagen serena del prisionero, que difiere mucho de las ejecuciones de los principios de la invasión. Esto se debe a que los ejecutores realizan “simulacros” frecuentes de ejecución, donde llega un momento que el prisionero cree que es una simulación más, cuando llega su momento de ser ejecutado. En estos renglones podemos llegar a la conclusión que el modelo o paradigma, en relación a estos hechos, ha cambiado, con lo cual lo podemos sumar a la lista de cambios o rupturas de los modelos en la práctica terrorista.
A modo de cierre, de este apartado, podemos afirmar, que todas estas prácticas, difieren mucho de los aspectos religiosos del Islam, ya que no solo el Corán establece lo contrario de lo que los terroristas ejecutan en nombre de “Allah”, sino que también infinidad de hadizes37 dan cuenta de la clemencia del profeta Muhammad con relación al respeto por la vida humana, a las mujeres, niños y ancianos, como así también a los prisioneros de guerra, teniendo en cuenta que ya en el Siglo VII el Islam hablaba del respeto a los prisioneros, mientras que en Occidente recién en el siglo XX se firmó la Convención de Ginebra sobre prisioneros de guerra.
Me gustaría finalizar este apartado con un párrafo del libro “Alá en Paris” de Gabriel Albiac38, solo haciendo la salvedad, que cambiaría en su escrito, Islam por Islamismo. Y que allí refiere Europa, yo lo extendería a todo el planeta.
Nadie en Europa quiere afrontar que es una guerra. Es una guerra. Que se gana o se pierde. Ninguna guerra acaba en tablas, Europa de momento, pierde. El Islam gana. Porque Europa prefiere dejarse matar a dar batalla. Tal vez, sencillamente, Europa ha muerto. Murió hace mucho. Y los soldados de Alá se limitan a dar tiros de gracia. A quemarropa.
I.5. El Terrorismo suicida
Cuando se habla de algunos nuevos “modus operandi” utilizados por los terroristas, se los menciona como “terrorismo suicida”. Mientras que los terroristas hacen referencia a los mismos como “misiones de sacrificio o martirio”. El desenlace es el mismo, pero cambia la perspectiva según desde donde se lo mire.
A lo largo de la historia el suicidio ha sido condenado a través de distintas medidas, acciones u opiniones. Por ejemplo, cuando una persona se suicidaba en la Antigua Atenas, no se le permitía recibir los honores sepulcrales normales, y eran enterrados en las afueras de la ciudad sin ningún tipo de lápida ni inscripción. En Roma, si bien al principio no estaban prohibidos, al hacerse común la práctica entre los esclavos, no solo se los prohibió sino que se lo consideró como un crimen contra el Imperio.
El Cristianismo lo tomó como un pecado, siendo calificado como una “obra de Satanás” en el Concilio de Artés del año 452, cuyo autor era excomulgado de la Iglesia. Los principales pensadores de la Iglesia Cristiana, como Agustín de Hipona y Tomás de Aquino, lo catalogaban de pecado, en muchos de sus escritos. No sólo en la Iglesia Católica se lo considera de esta manera, sino que en todas las religiones Cristianas, apoyada esta opinión en el Quinto Mandamiento que Jehová le diera en las tablas a Moisés, que dice textualmente “No matarás”. En el judaísmo, también se repudia esta conducta.
Del mismo modo que las otras dos religiones monoteístas, el Islam condena el Suicidio. A tal respecto, el Catedrático Emérito de Historia del Sufismo, Hikmet Yüceoglu, en su capítulo del libro Una Perspectiva Islámica del Terrorismo y ataques suicidas, dice lo siguiente:
En el Islam, está prohibido desear la muerte. Los creyentes han de luchar y ganar la guerra, en vez de elegir morir. Solo se convierten en mártires cuando caen muertos tras haber luchado todo lo posible por sobrevivir en el combate. Por consiguiente, aunque las intenciones de una persona sean alcanzar el martirio, si elige morir en vez de luchar por la causa de Dios, se puede considerar como un suicidio – cosa prohibida en el Islam–“ 39
Por eso se recurre a la palabra martirio, la cual tampoco aparece mencionada en el Texto Sagrado de los Musulmanes, El Corán. Si aparece en él, la palabra “sacrificio”, pero bajo otro tipo de significado. Los terroristas islamistas definen sus acciones como “martirio”.
Al martirio se lo define, en su primera acepción, como: “Muerte o sufrimientos que se padecen por creer en una doctrina y defenderla, especialmente si esta es religiosa”. La segunda acepción establece que es: “Cosa que se supone un sufrimiento físico o moral intenso”40.
Como ya he mencionado, la palabra martirio solo aparece en cuatro suras41 del Corán. Para la cristiandad y el judaísmo, existen varios ejemplos de martirio en las Santas Escrituras, por ejemplo, el caso de Samson en el libro de los Jueces del Antiguo Testamento o Tanaj42, o el del diácono Esteban en los Evangelios del Nuevo Testamento.
En el caso del Islam, su primer mártir es el Imam Hussein. Se trata del segundo hijo del Califa Ali43, y nieto del profeta Muhammad. El 10 de Octubre del año 680, en la ciudad de Kerbala (la misma ciudad donde fuera asesinado su padre Ali en el año 661) fue asesinado por las huestes del Califa Omeya Yazid, quien ordenó su desmembramiento con la utilización de caballos y su decapitación. De allí surge el martirio como parte de la tradición chií44.
I.6. Los cambios de paradigmas y los nuevos
modus operandi
En el año 1948, cuando Yassir Arafat creó la O.L.P. (Organización para la Liberación de Palestina), como respuesta al nacimiento del Estado de Israel, nunca habría imaginado como iría mutando este tipo de violencia terrorista, hasta encontrarnos con un modelo actual “altamente sanguinario”. En ese momento se trataba de un tipo de terrorismo, podríamos decir, “doméstico”, circunscripto a la zona del conflicto, es decir, el Oriente Medio.
Sin embargo, como menciona el Dr. Ramiro Anzit Guerrero en su libro “Cooperación Penal Internacional, en la era del Terrorismo”45, en 1972 se producirá la “ruptura del paradigma” terrorista, nada más ni nada menos que en el “corazón” de Europa, Alemania, en lo que se denominó “La masacre de Munich”, donde una “subsidiaria” denominada “Septiembre Negro”, concretó la toma de 11 atletas israelíes, como rehenes, los cuales fueron asesinados luego de una “pésima” operación de rescate de las fuerzas de seguridad alemanas, luego de infructuosas negociaciones, que tenían como fin que Israel liberara prisioneros a cambio de los deportistas. En la misma obra, Anzit Guerrero, señala “el paradigma cambia, cuando la explicación de la realdad, que se nos da, ya no nos es “útil”46. Agregando que se “rompió el paradigma del terrorismo doméstico, para hacer surgir un terrorismo sin fronteras ni objetivos aislados, desde ahora el campo de acción será el mundo entero”47.
Podemos citar a un experto en temas de terrorismo como lo es Fernando Reinares, cuando en uno de sus libros, titulado “Terrorismo y Antiterrorismo”, hace referencia a la transnacionalización del terrorismo, sosteniendo que dicho fenómeno obedece a las respuestas estatales y sociales, que producen que los grupos terroristas tengan que afrontar otros espacios geográficos, movilizando recursos humanos y materiales, en otros países, ya sea como base de operaciones, o como nuevo territorio para sus acciones.48
Haciendo un salto en el tiempo, y buscando un evento que nos evidencie un nuevo cambio de modelo