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Cosas Peligrosas. Amy BlankenshipЧитать онлайн книгу.

Cosas Peligrosas - Amy Blankenship


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retorcijones en sus pesadillas durante un tiempo.

      Observando la abrumadora oscuridad del cielo, vislumbró las primeras señales del amanecer. Quiso alejarse del centro de la ciudad y se movió tan rápido por las calles que si alguien hubiera estado mirando, no se habría dado cuenta de que había estado allí. El lado negativo de eso es que ahora estaba muy lejos de la casa de Michael.

      Quería ver a Scrappy y acurrucarse con el perro en el sofá con una buena botella de vino, un cuenco de palomitas de maíz de tamaño enorme y.... ¿una película de terror? Kane agitó la cabeza.... ¿en qué diablos estaba pensando? Scrappy probablemente escogería la película, lo que podría ser una buena idea en ese momento, o quizás no…. A ambos les gustaban las películas donde los animales podían hablar.

      Kane se detuvo y miró a su alrededor cuando se dio cuenta de que algo lo había llevado allí. Al principio pensó que era Misery quien lo había traído hasta allí. Volvió a negar con la cabeza y descartó la idea cuando la imagen de Tabatha en la iglesia pasó por su mente. Podía sentir su presencia y, por primera vez en toda la noche, Kane se olvidó de los monstruos que fornicaban bajo la cama y en el armario.

      Tabatha era su alma gemela y que él hubiera probado su sangre sólo aumentó la conexión entre ellos. La única razón por la que no la había sentido esta última semana era porque el caído... Kriss... la había llevado muy lejos de él, maldito bastardo. Empezaba a preguntarse si sufría de ansiedad por la separación.

      Al moverse por esta parte de la ciudad, llegó a la casa de ella en cuestión de minutos. Aterrizando silenciosamente en el techo de la casa de un vecino, se colocó para observarla a través de la ventana del dormitorio. Su aguda vista se fijó en la forma en que su cabello caía sobre la almohada y en la forma en que sus labios se abrían ligeramente al respirar profundamente. Nunca había conocido tanta paz como ahora.... sólo mirándola dormir.

      Kane se preguntó cómo le vería ella. ¿Se parecía a los otros monstruos con los que se había encontrado o con lo que soñaba? ¿Se daba cuenta de lo profundos que eran sus sentimientos por ella?

      En cuclillas y listo para ir hacia ella, de repente y cuando casi estaba en pie, la oyó gritar en su mente. El sonido provenía de sus sueños, pero el sonido mental le hizo detenerse, ya que le recordaba la forma en que ella gritaba de niña, muchos años atrás. Hasta la fecha, todo lo que había hecho era causarle dolor... hacerla sufrir por él.

      Kane se giró para irse cuando vio que la puerta de la habitación de Tabatha se abría. Sus músculos se tensaron en preparación para atacar al intruso cuando vio a Kriss, el caído, entrando en la habitación de Tabatha y metiéndose en la cama con ella.

      Kane se dio cuenta de que el caído estaba molesto, y sintió rabia cuando Kriss rodeándola con un brazo, la estrechó contra si como si fuera su amante.

      Sintió como su tranquilidad se hacía añicos y la rabia se apoderaba de él mientras los miraba. Concentrándose mucho, su extraordinaria audición comenzó a captar su conversación susurrada. Frunció el ceño por un momento al darse cuenta de que su poder era más fuerte que antes. Se sorprendió y su ceño se hizo más profundo cuando escuchó los latidos de sus corazones incluso desde esa distancia.

      —Dean no quiere que yo lo encuentre.

      Kriss suspiró preguntándose si Kane hablaba del demonio que Dean estaba persiguiendo o del caído que había estado allá abajo con el demonio.

      Desearía que Dean hubiera esperado. Había algo en el aura del otro caído que hacía desconfiar a Kriss y esta tenía la esperanza de que Dean fracasara en la búsqueda de cualquiera de ellos.

      —Me pregunto qué pasó—, susurró Tabby

      —Por lo que dijeron Envy y Devon, Dean estuvo atrapado allí la mayor parte del día.

      Ella no pudo evitar imaginar a Kane sabiendo que él también había estado allí abajo con el demonio y casi no lo cuenta.

      —Me aseguraré de preguntárselo tan pronto como lo encuentre—, contestó Kriss, incapaz de no sonar preocupado.

      —Dean te aprecia... volverá pronto. Tabatha cerró los ojos, confiando por el bien de Kriss en tener razón.

      —Duérmete—, susurró Kriss esperando que ella tuviera razón con respecto a que Dean regresaría pronto. No había visto al otro caído porque se había estado moviendo demasiado rápido, pero lo había sentido por un momento antes de que el aura del demonio le hiciera sombra.

      Aquel sentimiento fugaz lo perseguía, así que podía imaginarse por lo que estaba pasando Dean.

      Los caídos eran tan raros que se quedaban maravillados cuando estaban cerca unos de los otros. La mayoría pensaba que eran los ángeles caídos de una leyenda en la que habían sido enviados a la tierra para ayudar a protegerla... pero las leyendas a menudo sólo son verdades a medias, moldeadas por las palabras de hombres que necesitan un héroe o a veces un enemigo.

      Los caídos habían venido a la tierra desde otra dimensión... igual que los demonios. Las leyendas llamaban cielo a aquella dimensión pero se equivocaban.

      Las leyendas también dijeron que los caídos destruían a los demonios... de nuevo aquello era solo una verdad a medias. La Biblia decía que los caídos se habían apareado con las mujeres más hermosas de la tierra y habían sido castigados por ello... y para los profetas eso era lo más parecido a la verdad.

      La razón por la que el resto de los caídos se mantuvieron alejados de aparearse con las mujeres de la Tierra era que el producto de esos apareamientos resultaba en el nacimiento de un demonio. Fueron los caídos los que crearon los demonios.

      Cuando aparecieron los primeros caídos, hubo muchos, pero cuando los demonios nacieron y comenzaron a destruir aquello que los caídos amaban, los caídos se volvieron contra sus propios hijos y lucharon. Así los números en ambos frentes disminuyeron y el sello entre dimensiones se fue cerrando lentamente.

      Algunos de los caídos originales habían desaparecido, se creía que habían perdido la vida a manos de los demonios que habían engendrado. La mayoría de los supervivientes eligieron regresar a sus hogares para no sentirse tentados por la seducción de las mujeres humanas. Fueron ellos los que enviaron a los jóvenes guerreros de vuelta a este mundo para vigilarlo.... proteger a los humanos de los monstruos.

      Sólo había una regla... no podían aparearse con las hembras de este mundo y mucho menos matarlas. Un niño de la auténtica raza habría sido colocado en cada punto energético de la tierra y sólo unos pocos habrían sobrevivido tanto tiempo. Las leyendas decían que eran inmortales... las leyendas estaban equivocadas.

      Los caídos no eran inmortales, vivían durante largos períodos de tiempo.... a veces milenios. También podían ser asesinados por humanos o demonios... aunque para un humano esto sería extremadamente difícil.

      Syn había conocido las verdaderas leyendas y se las había transmitido a sus niños.

      Recordando esas lecciones, Kane entendió ahora cuánto amaba Kriss a Tabatha.... lo suficiente como para no tomarla como compañera... y lo suficiente como para no dejar que alguien que él creía que no era mucho más que un demonio la poseyera. Parecía que él no era el único con secretos ocultos.

      Una sonrisa intencionada asomó por la comisura de sus labios de Kane mientras se daba la vuelta y se alejaba.

      *****

      Envy y Devon estaban esperando en el bar cuando la gente empezó a llegar a la reunión. Kat y ella estaban ocupadas hablando y tratando de terminar de ponerse al día con todo lo que sucedía mientras Devon y Quinn simplemente se paraban a mirarlas con una expresión extraña.

      —¿Qué idioma están hablando ahora? —preguntó Devon.

      —No hay un nombre para ello—, dijo Quinn. Es un ritual en el que las mujeres participan con bastante regularidad. Comienza siendo inocente y antes de que nos demos cuenta, ellas están de compras y nosotros estamos atrapados fuera


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