Educación, filosofía y política en la Argentina 1560-1960. Juan Carlos Pablo BallesterosЧитать онлайн книгу.
que supone que Kilwinning se llamó una torre de Escocia que sería la primera construcción masónica en ese país. En 2016 se encontró en el Archivo Vaticano el llamado Pergamino de Chinon, perdido en el siglo XVII, que contiene la absolución del papa Clemente V que estableció que las acusaciones de herejía contra Jacobo de Molay eran falsas. De esto se puede inferir que la disolución eclesiástica de la Orden Templaria habría obedecido a razones políticas y no doctrinarias. Sin embargo, la “masonería escocesa” tuvo un gran desarrollo, siendo introducida en Francia “mucho antes de la creación de la Gran Logia de Londres.”57
Existe bastante coincidencia entre los estudiosos de este tema de que la masonería nació en 1717 como resultado de la fusión realizada en Londres de cuatro logias, existentes por lo menos desde 1714. Por otra parte, la referencia a logias masónicas anteriores a 1717 son numerosas. Cabe mencionar una distinción que aportaría alguna luz sobre esta cuestión: hoy se distingue una masonería operativa y una especulativa. La primera estuvo integrada por constructores auténticos, relacionados en la edad media con la edificación de las grandes catedrales góticas. La especulativa o moderna está constituida por logias que tendrían por objeto el estudio y la formación personal con una finalidad ética, que se separó de las actividades de la construcción, conservando la referencia a ésta con significados meramente simbólicos.58 Las logias operativas pueden funcionar o no subordinadas a otras logias, persiguen un fin preciso y luego de alcanzarlo se disuelven. Entre nosotros la logia Lautaro, al menos en su origen, habría sido una logia operativa. Llámense como se llamen (logias o de otra manera), las organizaciones que luchan contra un poder o sistema establecido por razones de seguridad suelen adoptar una estructura secreta, sin que por eso debamos –al menos en todos los casos– considerarlas masónicas en sentido restringido.
En España la masonería se inició en 1726, cuando la Gran Logia de Londres autorizó la apertura de una logia en Gibraltar. En 1727 se fundó una logia en Madrid y, en 1734, ya eran cuatro. En 1748 ya se conoce la existencia de una logia muy numerosa en Cádiz, la ciudad que unía la metrópoli con América. Con Carlos III la masonería adquirió mayor importancia por la simpatía que la familia real le tenía en Nápoles, donde había residido antes de su coronación, donde estaba muy expandida.59
En nuestro país la masonería habría iniciado sus actividades hacia 1795, con una logia autorizada por la Gran Logia General Escocesa de Francia, de modo que su origen entre nosotros no sería inglés, como se pensó mucho tiempo. Con las Invasiones Inglesas se constituyeron algunas otras logias en Buenos Aires, pero puede afirmarse que desde 1807 hasta 1856 no hubo logias propiamente masónicas en el país. La Gran Logia se funda en 1857, cuando siete logias denominadas Unión del Plata, Confraternidad Argentina, Consuelo del Infortunio, Tolerancia, Regeneración, Lealtad y Constancia se unen y eligen al doctor José Roque Pérez como primer Gran Maestro. Roque Pérez era un federal que había sido funcionario diplomático de Rosas y que tenía estrechas relaciones con la Gran Logia de Montevideo.60
Un acontecimiento importante fue la Gran Tenida de julio de 1860, en Buenos Aires, en la cual, bajo la presidencia de Roque Pérez, se confirió el grado 33 a Derqui (entonces presidente de la República), Mitre, Sarmiento y a Juan Andrés Gelly y Obes, ministro de Guerra de la provincia de Buenos Aires. Hacia 1882 en los medios masónicos se difundió el pensamiento del filósofo Karl Christian Friedrich Krause (1782-1832), reformador de la masonería moderna, cuyo pensamiento había llegado a España y se habían traducido allí sus obras. Krause influyó mucho sobre Hipólito Yrigoyen, quien había ingresado a la masonería por consejo de su tío, Leandro N. Alem.
La Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones es la obediencia masónica más numerosa. Se define como “una institución iniciática, filosófica, educativa, benéfica y filantrópica. Reconoce la existencia del Gran Arquitecto del Universo y todas sus enseñanzas, actos y ceremonias se dirigen a captar la Esencia, el Principio y la Causa de todas las cosas.” Manifiesta en su Declaración de Principios que “Son sus principios la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad. Se propone: la investigación de la verdad, la perfección del individuo y el progreso de la humanidad”.
La Iglesia católica es contraria a la masonería. El papa Clemente XII prohibió pertenecer a ella, bajo pena de excomunión. Esta directiva fue renovada en 1751 por el papa Benedicto XIV y sigue vigente hasta hoy, como lo precisó en un documento el cardenal Ratzinger antes de ser Papa, a pesar de que no esté expresamente establecido en el Derecho Canónico. Corbière precisa: “Convengamos que la masonería era anticlerical y antiabsolutista, partidaria de la revolución y del librepensamiento, pero nunca fue anticatólica ni antirreligiosa, respetaba todas las confesiones religiosas o filosóficas y también a los ateos, materialistas, agnósticos o panteístas, porque partía de la idea de la tolerancia y la libertad de pensamiento, de creencias, base del credo liberal democrático-burgués.”61 Frau Abrines disiente en parte con esto al señalar que la masonería es opuesta al ateísmo porque, al negar la existencia de Dios o de todo Ser Supremo –denominado por la Masonería Gran Arquitecto del Universo– niega todos los principios de la Orden. Incluso llega a sostener que la creencia en la inmortalidad del alma ha sido considerada siempre como uno de los dogmas fundamentales de la masonería.62 Pero algunos masones tampoco están de acuerdo con estas afirmaciones. Lo que sí parece tener algún consenso es que, para ser masón, hay que creer en algo superior al hombre.
En cuestiones relativas a la educación la masonería y la Iglesia católica se han enfrentado muchas veces, particularmente en la época de la llamada generación del 80, a fines del siglo XIX.
1 En la misma época que Probst, Saúl Taborda sostenía un concepto semejante: se puede estar a favor o en contra de Sarmiento, pero lo que no se puede hacer es negarlo.
2 Probst, Juan: La instrucción primaria entre nosotros durante la época hispana. Conferencia pronunciada en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras el 10 de agosto de 1944, bajo los auspicios del Colegio de Graduados de dicha Facultad. Imprenta de la Universidad. Buenos Aires, 1944, p. 3. En esta conferencia Probst cuestiona algunos conceptos formulados por el P. Guillermo Furlong en una conferencia que pronunciara en la Academia Nacional de la Historia.
3 Idem, p. 4.
4 Idem, p. 5.
5 En el año 2007, el conocido director de cine polaco, Andrzej Wajda filmó la película Katyn, en memoria de su propio padre, el capitán Jakub Wajda, asesinado en este hecho histórico. Todavía hoy el pueblo polaco pide justicia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
6 Le Goff, Jacques: ¿Realmente es necesario cortar la historia en rebanadas? Trad. de Yenny Enríquez. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2016, pp. 11-12.
7 Alberini, Coriolano: Problemas de la historia de las ideas filosóficas en la Argentina. Instituto de estudios sociales y del pensamiento argentino. Departamento de Filosofía, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata, 1966. Hay una edición posterior, de la Secretaría de Cultura de la Nación y Editorial Fraterna, Buenos Aires, 1994.
8 Barh, Fernando: El Deán Gregorio Funes y las ideas ilustradas en el Río de la Plata. En: Dorando J. Michelini, Jutta H. Wester (Eds.): La Filosofía ante los desafíos contemporáneos. Homenaje a Julio De Zan con motivo de sus 65 años. Río Cuarto, Universidad Católica de Santa Fe, Fundación ICALA, 2006, p. 285.
9 Levene, Ricardo: Las Indias no eran colonias. Espasa-Calpe Argentina, Colección Austral, Buenos Aires, 1951, p. 161.