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Sigmund Freud: Obras Completas - Sigmund Freud


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a la cama de madre, y escuché luego ruidos que me excitaron mucho. Desde entonces comenzaron a darme los ataques.»

      Hipocondríaco o enfermo de neurosis de angustia.

      No me es posible negar, pero tampoco demostrar, que los dolores de la sujeto, localizados principalmente en los muslos, fueran de naturaleza neurasténica.

      Para mi mayor sorpresa he podido comprobar en una ocasión que esta «derivación por reacción» a posteriori puede conducir también -después de impresiones distintas de las surgidas en la asistencia a un enfermo- al contenido de una enigmática neurosis. Tratábase de una bella muchacha de diecinueve años, Matilde H., enferma primero de una parálisis incompleta de las piernas y a la que sometí luego al método analítico por presentar una modificación de carácter, apareciendo deprimida hasta haber perdido todo deseo de vivir, violenta y agresiva para con su madre e irritable en extremo. El cuadro sintomático de esta paciente excluía toda posibilidad de diagnosticar una melancolía común. Hallándola muy accesible al sonambuslismo, aproveché esta circunstancia para imponerle mandatos y sugestiones que oía sumida en profundo sueño hipnótico y acompañaba con abundantes lágrimas, pero que no mejoraban en nada su estado. Un día comenzó a hablar con gran vivacidad en la hipnosis y me comunicó que la causa de su depresión era el rompimiento de su proyectado matrimonio, rompimiento acaecido varios meses atrás. El trato con su prometido le había ido revelando poco a poco circunstancias que, tanto su madre como ella, consideraban harto desfavorables, pero que, por otra parte, eran tan grandes las ventajas materiales de la proyectada unión matrimonial que se les hacía difícil decidirse a renunciar a ella. De este modo anduvieron vacilando durante mucho tiempo, y la joven cayó en un completo estado de indecisión y apatía, hasta que la madre tomó sobre sí el pronunciar el «no» definitivo. Poco después sufrió la sujeto como si despertase de un sueño y comenzó a darle vueltas en su pensamiento a la decisión materna, pensando de continuo el pro y el contra, sin que hubiese llegado todavía a una solución. Vivía, pues, aún en aquella época, de dudas, y su estado de ánimo y sus pensamiento eran los que en ella debieron ser. Su irritabilidad contra la madre se hallaba fundada también en las circunstancias de entonces, y junto a esta actividad mental su vida actual le parecía ficticia y como soñada. Después de esta sesión no volví a conseguir hacer hablar a la paciente sobre tales extremos, y cada vez que lo intentaba durante la hipnosis rompía a llorar, sin contestar palabra, hasta que un día, aproximadamente al año justo del comienzo de sus relaciones, desapareció por completo la depresión, circunstancia que se me atribuyó como un gran éxito de la terapia hipnótica.

      He observado otro caso en el que una contractura de los maseteros hacía imposible a una cantante el ejercicio de su arte. La sujeto se había visto impulsada a dedicarse a la escena por penosos sucesos de orden familiar. Una vez ensayaba en Roma, hallándose muy excitada, experimentó de repente la sensación de no poder cerrar la boca al terminar de emitir una nota, y cayó desvanecida al suelo. El médico a quien mandaron llamar la cerró violentamente la boca; pero a partir de este momento quedó imposibilitada la sujeto de separar las mandíbulas arriba del ancho de un dedo, y tuvo que renunciar a la profesión recientemente elegida. Cuando, varios años después, acudió a mi consulta habían desaparecido, sin duda largo tiempo ;ha, las causas de aquella excitación, pues un breve masaje durante una ligera hipnosis bastó para devolver a sus mandíbulas su juego natural. Ulteriormente ha vuelto la sujeto a dedicarse al canto.

      En estados de profunda modificación psíquica surge también una orientación del lenguaje hacia la expresión también una orientación del lenguaje hacia la expresión artificial en imágenes sensoriales y sensaciones. Cecilia M. pasó por un período en el que cada uno de sus pensamientos se transformaba en una alucinación, cuya solución precisaba, con frecuencia, de gran sutileza. Un día se me quejó de que la perseguía una alucinación, en la cual veía a sus dos médicos -Breuer y yo- colgados de sendos árboles del jardín. Esta alucinación desapareció una vez descubierto en el análisis su origen. El día anterior había rechazado Breuer su pretensión de que le recetara determinado medicamento. La sujeto puso luego en mí sus esperanzas de conseguir tal deseo, pero yo me mostré también contrario a él, y entonces, encolerizada con nosotros, pensó: «Son tal para cual. El uno es el pendant del otro.»

      E. Hecker: Zentralblatt für Nervenheilkunde, diciembre de 1893.

      Primera aparición del concepto «censura» publicado, según Strachey. (Nota del E.)

      «Las neuropsicosis de defensa», en estas Obras Completas. (Nota del E.)

      Parece referirse al caso de Rosalía H., ver en estas Obras Completas. (Nota del E.)

      Primera aparición del concepto psicoanalítico de «transferencia». (Nota del E.)

      Los «Estudios sobre la histeria», escritos en colaboración por los doctores José Breuer y S. Freud, aparecieron por vez primera en 1895, publicada por Deuticke, Leipzig-Viena.

      Siguiendo la pauta que nos traza la edición alemana de las obras completas del profesor Freud, no recogemos en esta edición castellana sino la parte que de dichos «Estudios» corresponde privativamente a Freud, excepción hecha de los capítulos A, B y C, que corresponden a ambos colaboradores.

      ENSAYO DE UNA TEORÍA PSICOLÓGICA DE LA HISTERIA ADQUIRIDA, DE MUCHAS FOBIAS Y REPRESENTACIONES OBSESIVAS Y DE CIERTAS PSICOSIS ALUCINATORIAS

      1894

      EL detenido estudio de varios enfermos nerviosos aquejados de fobias y representaciones obsesivas nos sugirió un intento de explicación de esos síntomas, que ulteriormente nos ha permitido descubrir el origen de tales representaciones patológicas en otros nuevos casos, razón por la cual lo creemos digno de publicación y examen. Simultáneamente a esta teoría psicológica de las fobias y las representaciones obsesivas, resultó de nuestra observación de los enfermos una aportación a la teoría de la histeria, o más bien una modificación de tal teoría, modificación que responde a un importante carácter común a la histeria y a la neurosis mencionada. Hemos tenido además ocasión de penetrar en el mecanismo psicológico de una forma patológica de innegable carácter psíquico, y al hacerlo hallamos que la orientación de nuestro nuevo punto de vista permitía establecer un visible enlace entre tales psicosis y las dos neurosis a que nos venimos refiriendo. Al final del presente ensayo expondremos la hipótesis auxiliar, de la que en los tres casos indicados nos hemos servido.

      COMENZAREMOS por presentar la modificación que nos parece indispensable introducir en la teoría de la neurosis histérica.

      Desde los excelentes trabajos de P. Janet, J. Breuer y otros, parece indiscutible que el complejo sintomático de la histeria justifica las hipótesis de una disociación de la consciencia, con formación de grupos psíquicos separados. En cambio, por lo que respecta a las opiniones sobre el origen de esta disociación de la consciencia y sobre el papel que este carácter desempeña en la neurosis histérica, no reina tanta claridad.

      Según la teoría de Janet, la disociación de la consciencia es un rasgo primario de la modificación histérica, y depende de una debilidad congénita de la capacidad de síntesis psíquica, o sea de una angostura del «campo de consciencia», que testimonia en calidad de estigma psíquico, de la degeneración de los individuos histéricos.

      A la teoría de Janet, contra la cual pueden elevarse, a nuestro juicio, numerosas objeciones, se opone la desarrollada por J. Breuer en nuestra comunicación sobre la histeria. Según Breuer, es «base y condición» de la histeria la existencia de singulares estados de consciencia oniriformes, con disminución de la facultad asociativa, para los cuales propone el nombre de «estados hipnoides». La disociación de la consciencia es entoncesuna disociación secundaria adquirida, motivada por el hecho de que las representaciones surgidas en los estados hipnoides se hallan excluidas del comercio asociativo con los restantes contenidos de la consciencia.

      Como


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