Las puertas del infierno. Manuel EcheverríaЧитать онлайн книгу.
Facultad de Derecho. Walther y Alex, en cambio, te deslumbraban todos los días con sus hazañas deportivas y la fiereza con que solían pelearse en el liceo para poner en alto el apellido de la familia. Todavía hoy no saben distinguir entre un libro y un balón de futbol, pero estoy seguro de que lo último que viste en la vida fueron sus rostros dibujados sobre las llamas de la Römerstrasse.
El tesoro, viejo, el tesoro. No puedo concebir que un hombre como tú le hubiera dado la espalda a las posibilidades fabulosas del Pacto del Bristol. Es posible que hayas pasado por una crisis de conciencia. ¿Pero cómo ibas a desairar a Galeotti y a los jefes de las otras mafias si eran la única alternativa que podía liberarte de las cosas que más detestabas en la vida?
¿Sabías que Ritter te llevó a la Röntgen Klinik para evitar que te murieras? ¿Qué te dijo mientras iba de esquina en esquina sintiendo que se ahogaba en un mar de culpas? ¿Y qué te dijo después, en el sótano de la clínica, donde se vio forzado a aceptar que te habías muerto sin remedio? ¿Te habló de Verdún, de los homicidas que habían capturado y las mujeres que se cogieron en los burdeles de la señora Kristi? ¿Te habló de nosotros y de las cosas que iba a hacer para ayudarnos? Lo dudo, porque no se dignó a ir a la casa para informarnos de la tragedia y al día siguiente se presentó en el cementerio para darnos un abrazo protocolario y nada más.
Estaba atardeciendo y los árboles se habían llenado de ráfagas heladas y por unos segundos sintió que había llegado al único lugar del mundo donde podía firmar una tregua con el pasado. Meyer puso una mano sobre la lápida y se acordó de la atmósfera siniestra de la bodega donde había ocurrido todo. ¿Qué te movió? ¿No viste que era un caso perdido? ¿No hubiera sido más sensato esperar a que se largaran los turcos y empezar por el principio al día siguiente? ¿Cómo es posible que un hombre de tu experiencia haya caído de una manera tan ingenua en una trampa mortal?
Meyer cerró los ojos con la sensación repentina de que jamás había estado tan cerca de su padre, al grado que sintió a flor de piel el hálito de su autoridad inflexible y la nube de hielo que lo había rodeado a lo largo de su vida. Me comprometo, viejo, a olvidar la frialdad y la indiferencia con que me viste desde que era niño si te acuerdas de que sigo siendo tu hijo y me ayudas a descubrir lo que sucedió en realidad la noche en que te mataron en la Römerstrasse.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.