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100 Fichas de animaciones para personas mayores. Evelyne AllègreЧитать онлайн книгу.

100 Fichas de animaciones para personas mayores - Evelyne Allègre


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ver nuestros sentimientos);

      – el apoyo es el conjunto de comportamientos que ayudan al interlocutor a proseguir el diálogo.

      La receptividad y el apoyo se traducen en signos verbales y no verbales (aceptación, por la mirada, la palabra, etc. Véase Noción 13, p. 34).

      B Reformular y preguntar

      NOTA+

       Las 7 actitudes de la escucha 4

      Tomemos como ejemplo a María, animadora en un establecimiento de acogida para personas mayores dependientes. La señora López, de 82 años, suele empezar el día con una sonrisa, pero desde hace unos días María ha detectado un cambio en su humor. Hoy, la señora López le ha dicho: «¡No quiero ver a nadie! ¡Estoy harta! ¡No pienso volver a las animaciones! No sirven para nada. Déjeme en paz…».

       La actitud de ayuda o apoyo

      Apela a los «sentimientos» y busca animar a la persona ayudada.

      María: «Se lleva bien con todo el grupo. ¡La van a echar de menos!».

       La actitud de decisión

      Privilegia la acción. Se basa en los consejos o las órdenes.

      María: «Venga, nada de excusas. ¡Las animaciones le van a subir la moral!».

       La actitud de evaluación

      Decreta lo que está bien o mal. Tiende a pronunciar un juicio. María: «Si deja las animaciones, va a caer en la depresión».

       La actitud de sondeo

      Se hacen preguntas y se investiga para recopilar todos los datos. María: «¿Es que ha discutido con algún residente?».

       La actitud de interpretación

      Busca las razones, las causas. Persigue encontrar explicaciones, pero en realidad las impone.

      María: «¿Es que no ha dormido bien y por eso no tiene ánimo hoy?».

      NOTA+

       La actitud de comprensión (o de escucha activa)

      Busca comprender y favorece el intercambio social, pero se limita a lo que dice la persona.

      María: «Comprendo su sufrimiento, señora López. No siempre vamos a estar de buen humor. Entonces, no quiere ver a nadie y no va a ir a las animaciones. ¿Me quiere contar algo más sobre los motivos que le han llevado a tomar esa decisión?».

       La actitud de huida

      Busca resguardarse, protegerse detrás de consideraciones generales para poner fin a la escucha.

      María: «Vale, no está de humor; todos hemos pasado por ahí en algún momento, pero

      sea paciente, señora López. ¡Pronto pasará!».

      La reformulación suele ser necesaria para una buena comprensión. Las preguntas sirven para retomar la conversación con la persona. Existen dos grandes tipos de preguntas:

      – las preguntas cerradas: son cortas y simples, pero solo dan lugar a respuestas cortas y simples. Por ejemplo, el animador puede decir a la persona: «¿Así que hoy no está de humor?» La respuesta podría limitarse a un «no».

      – las preguntas abiertas: ofrecen a la persona una mayor libertad para responder. El objetivo de una pregunta abierta es recopilar una información más detallada y rica que permita al paciente constatar el interés que nos suscita su problema y el deseo de profundizar en el intercambio social.

      DEFINICIÓN

      El animador tiene una función de organizador que se sitúa a varios niveles:

      – institución (proyecto de animación);

      – personas mayores (desarrollo de las animaciones);

      – familia, allegados, ayudantes, voluntarios (implicación).

      IMPORTANCIA

      Una buena organización condiciona el dinamismo de la institución, gracias a una buena orquestación de las animaciones entre ellas y una implicación facilitada de las personas exteriores a la institución. Además, una animación no puede cumplir su función sin una buena organización.

      DESARROLLO

      A El proyecto de animación

      Lo ideal es que el proyecto de animación forme parte del proyecto de la institución (véase Noción 17, p. 44). Es el fruto del trabajo participativo con el personal. Debe tener en cuenta los valores y principios de la institución, así como los medios materiales y humanos para definir los objetivos generales, las prioridades asociadas a la animación.

      B El despliegue del proyecto

      El animador organiza el despliegue del proyecto de animación de la siguiente forma.

       La implementación del proyecto:

      – proponer y presupuestar animaciones variadas que respondan a las necesidades y las expectativas de la mayor cantidad posible de personas mayores y que integren los valores y las prioridades de la institución;

      – validar el presupuesto ante el director.

       El seguimiento del proyecto:

      – evaluar con regularidad las animaciones ante las personas mayore;

      – renovar las animaciones en función de los deseos emergentes.

       La adaptación del proyecto:

      – recopilar los nuevos deseos de las personas mayores y de los recién llegados;

      – crear nuevas animaciones que respondan a esos deseos.

      C El desarrollo de las animaciones

      Para cada animación, el animador debe organizar:

      – la planificación de implementación teniendo en cuenta el tiempo de preparación, realización y evaluación (véanse Nociones 20, 21 y 22, p. 53-58);

      – el espacio para el desarrollo de la animación;

      – el material necesario;

      – los grupos de participantes, y los medios para informarlos y motivarlos.

      D La implicación de la familia y los voluntarios

      El animador tiene la misión de crear asociaciones con diferentes intervinientes. En un enfoque participativo, dirige un trabajo de equipo a través del cual cada uno puede expresarse y sentirse considerado. En el respeto al proyecto de la institución, el animador define:

      – la posibilidad de implementar iniciativas y propuestas (con la validación del director del establecimiento);

      – la forma en que los intervinientes pueden participar en una animación;

      – la forma en que pueden trabajar juntos;

      – los límites de las intervenciones.

      1. Etimología: compartir el pan.

      2. Según DEAVS, J. Gassier y C. Cordon, 2014, Elsevier-Masson.

      3. Ibíd.

      4. Según la clasificación de Porter (psicosociólogo) en la Guía AS, J. Gassier, 2012, Elsevier-Masson.

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