Mujeres que escriben. Varias AutorasЧитать онлайн книгу.
del cuerpo, Vilma Aguirre
III. LABERINTOS PERSONALES Cuerpos y almas
Tarde de quincho, Ángela Arancibia
La consulta 405, Camila Orellana
Doce segundos de oscuridad, Elisa Ibañez
Vivir con miedo, Bianca Candia
La llamada del 42, Alicia Violán
El futuro es ahora, Camila De Luca
Retazos de una casa vacía, Anilei Godoy Reyes
La pieza de la que jamás salí, María Belén Medina
Deporte para valientes, Catalina Romero
Mirar el eclipse, Leyla Abdul Malak
Es hora de manifestar, Luna Elizalde
La vida me cambió el día que me quise, M. Miró
Soñarme distinta, Mirentxu Jiménez Cabrera
Emigrar a mi país, Nicole Vigouroux
La guerrera huilliche, Pamela Castillo Silva
No digas te amo, María José Garrido
La exiliada del sur, Schlomit Matus
De oruga a mariposa, Rossana Flores
El estallido personal, Klaudia González
Florecer cual bunganvilia, Carolina Ruiz
Jueves de verano, Constanza Rivera
#TeBuscamosContxi, Javiera Briones
Mala droga, Patricia Navarrete
Relato corto de un camino largo, Camila Pradenas
El chico encantador, Fernanda Abarzúa
Si me hubieses permitido quererte, Fernanda Peña
Simplemente Pelao, Loreto León
El eterno retorno, Fernanda Torres
Cuando nos volvamos a encontrar, Mara Ferreira
Fármacos en la Batuta, Paula Araya
El Guagua y yo, Romina Cargioli
El encuentro, Tatiana Larredonda
Bajo las estrella de El Cajón, Valentina Silva
Sagrado Corazón, Valeria Barahona
Para nuestra querida amiga Sandra Vilchez de la Victoria.
Prólogo
Las mujeres escribimos juntas
Por María Paz Cuevas / @mariapazescritora
Escribir es un ejercicio solitario. Es una práctica profunda que requiere concentración y silencio, algo extraño para este mundo, pero no para el mío. Desde niña, estuve acostumbrada a esto. Fui una hija única que dibujaba, leía mucho y que, al crecer, hizo de la escritura su oficio. Fue una gran fortuna. Y a la vez, una gran paradoja: elegí ser periodista para conocer el mundo y a sus habitantes, pero al ser una periodista que escribía, me di cuenta de que tarde o temprano tenía que volver a la soledad de una práctica que además toma bastante tiempo: horas, días, a veces semanas completas.
Así