Dolor y política. Marta LamasЧитать онлайн книгу.
Nacional Preparatoria y del Colegio de Ciencias y Humanidades, y una más itinerante que dará atención en las Escuelas Nacionales de Estudios Superiores de otros estados. También la unam hizo un llamado junto con la Unesco y la Alianza Global de Medios y Género para que los medios de comunicación y las plataformas digitales firmaran un Pacto por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas (Gaceta 5101). Y aunque la portada de la Gaceta del 5 diciembre reprodujo la atractiva portada feminismos de la Revista de la Universidad que se presentaría en la Feria Internacional del Libro, junto con una entrevista a Guadalupe Nettel, su directora, y un fragmento del artículo “Feminismos desde Abya Yala”, de una de las feministas decoloniales más importantes, Francesca Gargallo (Gaceta 5103), de nada sirvieron esas señales de apertura al feminismo. El año 2019 terminó con la Facultad de Filosofía y Letras en paro.
Sin duda la protesta estudiantil empezó a tener efectos. El 16 de enero de 2020 la portada de la Gaceta anunciaba: “El protocolo da resultados. Todas y todos contra la violencia de género” y ponía los números en relación con los alumnos suspendidos o expulsados (108);³⁷ los académicos sancionados (159)³⁸ y los trabajadores (99).³⁹ Al buscar en las páginas interiores más información, lo único que se encuentra es un breve artículo titulado “Hay diversas propuestas teóricas del movimiento feminista. Concibe el poder diferente al patriarcado”. Ninguna explicación acerca de cuánto dura la suspensión o qué implica una amonestación. Luego vendría otro gesto simbólico, éste de mayor peso: en la sesión del 12 de febrero de 2020, el pleno del Consejo Universitario de la unam resolvió que la violencia de género “es causa grave de responsabilidad” y modificó la estructura del Tribunal Universitario para “garantizar la equidad de género en su integración” (Gaceta 5117). Así se equiparó la violencia de género como una falta especialmente grave a las que ya lo eran, como la hostilidad por razones de ideología o portar armas en los recintos universitarios (Fuentes 2020). En relación con el aumento del número de vocales en la composición del Tribunal, principal órgano disciplinario de la Universidad, Diana Fuentes (2020), profesora de la FFyL subraya que:
es importante señalar que se dejó intacto el inciso donde se estipula que su Presidente será la persona de mayor antigüedad de entre los profesores del Consejo Técnico de la Facultad de Derecho, es decir, su decano. La propuesta alternativa, presentada por el Consejo Técnico de Filosofía y Letras, contemplaba por su parte la posibilidad de reformular este apartado, de modo que ese cargo se ocupara por un miembro de la comunidad sin que necesariamente perteneciera a la Facultad de Derecho, así como la necesaria evaluación de la probidad de su trayectoria. Esta propuesta, sin embargo, no se incluyó en la modificación aprobada.
Según esta profesora:
las reformas son un logro de las Mujeres Organizadas en la unam, quienes, haciendo eco del descontento gestado desde hace unos años, han puesto las condiciones para su transformación (Fuentes 2020).
Se avecinaba marzo, y dado que en 2020 el Día Internacional de la Mujer era domingo, y no tendría sentido un “paro de labores”, las colectivas feministas decidieron que el lunes 9 sería la fecha para realizar la huelga (el paro) mundial de mujeres. En la Gaceta del 24 de febrero la unam avisó que se sumaba a “Un día sin nosotras” y apoyaba a “todas las mujeres universitarias que decidan no acudir a dar clases o a sus labores académicas o administrativas, sin que ello se vea reflejado como inasistencia o descuentos salariales.” Concluía su mensaje señalando que la unam seguiría “empeñada en realizar todas las acciones que contribuyan a combatir las desigualdades y la violencia de género, y a cambiar la cultura institucional que las impulsa o las permite” (Gaceta 5119). Días después la unam creó la Coordinación para la Igualdad de Género, con ocho acciones inmediatas⁴⁰ (Gaceta 5120 del 2 de marzo).
La multitudinaria marcha de 2020
En paralelo, las feministas convocaron a manifestarse en contra de la violencia hacia las mujeres el domingo 8 de marzo. Hay dudas acerca de quiénes plantearon tal alternativa, pues algunas organizaciones la reivindican como iniciativa propia, pero tal parece que inicialmente fue la colectiva Las Brujas del Mar de Veracruz. “Haya sido como haya sido”, en la manifestación del domingo se estableció que, al igual que en las últimas marchas, en el primer contingente irían madres y familiares de mujeres desparecidas o asesinadas. Luego irían las mujeres con criaturas pequeñas o con alguna discapacidad, después las organizaciones feministas y hasta atrás los grupos con hombres. Fue una marcha multitudinaria, con mujeres de todo tipo, edad y clase social, que salieron a demostrar su solidaridad con la lucha contra la violencia. Hubo pancartas rudimentarias hechas a mano, y también pancartas muy bien impresas. Mujeres en camisetas con diseño; algunas “uniformadas” con unos sombreros morados. Al principio, cuando unos chicos se acercaron a ver, unas jóvenes les gritaron: Hombres ¡afuera! e inmediatamente otras dijeron: Hombres ¡atrás!, marcándoles el lugar acordado. Cerca de donde yo estaba parada había un muchacho con un cartel que decía: Por mi madre, por mis hermanas, por mi novia. También vi dos o tres pancartas que decían: Feminismo no es contra los hombres, es contra el machismo.
Hubo consignas nuevas, que me sorprendieron: Si nosotras somos las nazis, ¿por qué somos las que morimos?, Nacer en una familia machista me hizo feminista, Me prefiero violenta que muerta y Me vestí de pared para que ahora sí te indignes si me pasa algo. Como era de esperarse, hubo protestas contra el gobierno: El Estado opresor es un macho violador y también aludiendo a amlo: Sr. Presidente, disculpe las molestias, nos están matando. La mezcla era alucinante: dolor, rabia, entusiasmo, alegría, indignación, curiosidad. Grupos de jóvenes cantaban: Ahora que estamos juntas, ahora que sí nos ven, abajo el patriarcado, se va a caer, se va a caer. La ola violeta estuvo salpicada de pañuelos verdes, incluso hubo un contingente de la Marea Verde: Que no haya aborto legal, también es violencia patriarcal; Aborto sí, aborto no, eso lo decido yo; Ni puta por coger, ni madre por deber, ni presa por abortar, ni muerta por intentar.
Esta movilización se distinguió no sólo por el número enorme de contingentes organizados, una verdadera ola violeta, sino que logró que se escuchara lo que Jesús Silva-Herzog Márquez (2020) calificó “El estruendo de las ausentes”. Las pancartas⁴¹ hechas a mano por las mujeres repetían Ni una más. Ya no tenemos miedo. No estás sola. Una somos todas, pero también había algunas desgarradoras, que recordaban con sus nombres a las mujeres asesinadas y desaparecidas: Me falta mi hermana Valeria, ¿Dónde está Maribel? También leí: Marcho con mis hijas para no marchar por ellas, Nunca tendrán la comodidad de nuestro silencio y Me cuidan mis amigas, no la policía. Con el estallido lúdico, miles de jóvenes, mujeres y niñas, con los tradicionales pañuelos morados y verdes, coreaban: El que no brinque, es macho y Alerta, alerta, alerta que camina, la lucha feminista por América Latina. El espectacular tono combativo se mezclaba con lo lúdico: Defender la alegría y organizar la rabia. Había grupos de mujeres que nunca antes habían salido a protestar a las calles, y que miraban azoradas a su alrededor. Otros grupos llevaron su propia causa, desde el apoyo a los niños con cáncer hasta quienes lo hicieron para defender poder fumar mariguana sin ser molestadas.⁴²
Durante la larga marcha noté la presencia de grupos de jóvenes vestidas de negro, encapuchadas y cargando aerosoles y mazos. Parada en la esquina de Bucareli y Avenida Juárez, vi a un grupo de estas jóvenes actuar en rapidísima y concertada acción. Primero pintaron con aerosoles las cortinas metálicas de Banorte, para después rociar con gasolina unos trapos y prenderles fuego. El espectáculo era, al mismo tiempo, fascinante y amenazante. Yo estaba cerca, y a mi lado una mujer de unos sesenta años, pobremente vestida, empezó a mascullar con coraje una especie de letanía: “Que lo rompan todo, que lo quemen todo, que lo rompan todo, que lo quemen todo” durante largos minutos. Su rabia me estremeció. Más adelante otros grupos rompieron cristales e incluso atacaron a una mujer policía. Su organizado accionar en pequeños grupos, veloces y bien coordinados, provocó gritos de: “No violencia, no violencia” entre muchas de las asistentes. Hubo manifestantes que a su vez respondían: “No es violencia, es resistencia”. También algunas decían: “Fuimos todas”. ¿Qué significa