Donde Se Oculta El Peligro. Desiree HoltЧитать онлайн книгу.
fuese tranquilo y fuera de lo común, un lugar donde no corriera el riesgo de ver a nadie conocido. No necesitaba responder a preguntas sobre Noah Cantrell cuando ella misma aún no tenía respuestas. Pero el ambiente era más íntimo de lo que recordaba, la cabina de la esquina estaba dispuesta de manera que sus rodillas se tocaran debajo de la mesa.
Su presencia era todavía sobrecogedora, sensual, masculina. Pantera era una buena palabra para describirlo, con su poder enjaulado, su gracia selvática y el aura oscura que lo rodeaba. Pero también tenía un aire a guerrero y ella se preguntó por sus ancestros.
Ninguno de los dos pidieron alcohol, como si estuvieran determinados a mantener las cosas en orden y operar con la cabeza despejada. Y después de la bomba que le lanzó Noah, se preguntó si no debería cambiar de opinión y volver a hacerse amiga de Jack Daniel's.
"¿Él hizo qué?" Ella no podía creer lo que acababa de oir.
"Te hizo su única heredera. Punto. Ah"—agitó los dedos en el aire—"tiene algunos legados estipulados desde hace tiempo, pero el resto es para ti".
"Él no sabe nada de mí." Taylor trató de sacar su cerebro de la marcha lenta. "Hizo que me echaran de su edificio cuando llegué a San Antonio. ¿Por qué me lo dejaría todo a mí?"
Noah le dió una carpeta que trajo consigo al restaurante. "No ignoró completamente tu súplica. Josiah no era nada si no era minucioso. Esa fue una de las claves de su éxito. Lee todo lo que está aqui. Cuando lo hayas hecho, responderé a tus preguntas."
La observó con los ojos entrecerrados mientras ella escaneaba los papeles. Un reporte de laboratorio. Un reporte de crédito. Una copia del testamento de sus abuelos. Sus créditos universitarios. Y seguía y seguía. Un registro completo de su vida. Estaba dispuesta a coger la carpeta y romper todo lo que contenía cuando llegó al último elemento, una foto en blanco y negro de una joven pareja que sonreía felizmente, abrazada. La mujer llevaba un pequeño ramo de rosas y el hombre tenía una rosa pegada en la solapa. Incluso con lo vieja que era la foto, a nadie se le escapaba el amor que brillaba en sus rostros.
"Dale la vuelta," dijo Noah.
Le dió la vuelta para ver la parte trasera y sus ojos se abrieron más.
Pensé que te gustaría esta imagen de tus padres. Laura era el amor de mi vida. Para siempre. Tu padre, Josiah Gaines.
Taylor quiso bajar la cabeza y llorar. Por ella. Por la joven pareja que tan desesperadamente se querían cuyas vidas habían sido destrozadas por personas que no daban cabida a las emociones. Por todo lo que podría haber sido y no fue.
"Creo que beberé algo después de todo." Hizo una señal al camarero.
"Yo que tú me ceñiría al vino," advirtió Noah. "Tenemos mucho de lo que discutir."
"¿Y podría perder la cabeza y atacarte de nuevo?" Ella cerró las manos en puños. "Tal vez esto fue un error."
Le agarró las manos. "Esto no es ningún error. En ningún aspecto. Y la próxima vez que te folle, pequeña, no será porque has bebido el alcohol de una semana."
El aliento se le quedó en la garganta. "Yo no..."
"Sí. Tú sí. Y sí, lo haremos." Su voz era lenta e intensa. "No creas que nada de lo que está pasando se interpondrá en lo que ambos sabemos que va a pasar". Soltó sus manos y volvió a sentarse, con una mirada extrañamente inquieta. "Sea lo que sea lo que hay entre nosotros, tenemos que domarlo y seguir adelante. Tenemos negocios que llevar a cabo y más ojos de los que puedas imaginar nos estarán observando".
Domarlo. Seguir adelante. Como si estuvieran exorcisando un demonio.
Si tuviera sentido común, se levantaría y saldría corriendo del restaurante tan rápido como pudiera. Lejos del legado de Josiah Gaines. Lejos de lo que tenía que decirle Noah Cantrell. Pero más importante, lejos del hombre mismo. Estaba enfadada, asustada y excitada al mismo tiempo. Y la lujuria erótica que él había despertado en lo más profundo de su ser presionaba con fuerza para estallar de nuevo.
Con un esfuerzo de voluntad, se recompuso.
"Olvidando los asuntos personales. ¿Qué es tan urgente de todo esto? ¿No podría renunciar a cualquier reclamación de la herencia para que todos podais seguir con vuestros asuntos?"
Noah negó con la cabeza. "Es más complicado que eso. Pasó algo la semana anterior al asesinato de Josiah, pero no sé el qué. No parecía haber nada inusual el dia anterior a salir de viaje y fue asesinado en el camino a casa desde el aeropuerto el día que regresó. Me llamó tan pronto como aterrizó y me dijo que necesitaba reunirse conmigo, pero lo hacía a menudo. Sea lo que fuera, nunca llegamos a discutirlo. Fue asesinado en el camino a casa desde el aeropuerto."
"¡Dios mio!" Taylor se frotó las sienes, tratando de asimilar lo que estaba escuchando. "¿Quién ha llevado la empresa desde entonces?"
"Kate Belden, la vice presidenta ejecutiva de Arroyo."
Su tono de voz lo decía todo.
"No te gusta," dedujo Taylor.
Noah se encogió de hombros como siempre. "No es mi tipo. Es una máquina en piel humana con grandes aspiraciones."
Taylor levantó una ceja. "¿Cómo de grandes?"
"Aparentemente se consideraba a sí misma la heredera de Josiah. Sé que asumió que la junta directiva la votaría automáticamente para el puesto de directora general. Lleva un mes ejerciendo una activa labor de presión. Tú serás una pequeña sorpresa para ella."
Ella frunció el ceño. "No lo entiendo."
"El testamento de Josiah te da el sesenta porciento de Arroyo. Tengo delegaciones de la mayoría de la junta que te nombran directora general temporal".
Taylor se quedó boquiabierta. "¿Qué? Me estás vacilando, ¿verdad?
Noah negó con la cabeza. "No de momento. Le debo a Josiah mantener unido lo que construyó y averiguar lo que está mal. Parece que tú tendrás que ser el pegamento."
Ella dio un buen trago de su vino. "¿Qué crees que sé sobre la gestión de un conglomerado como Arroyo? ¿En qué pensaba Josiah?"
Noah cogió la carpeta que había estado mirando, la abrió y sacó dos hojas de papel.
"Yo diría que un grado en empresariales de la Universidad de Tama y un MBA de la Universidad del Sur de Florida no es un mal comienzo. Te graduaste como la mejor de la clase ambas veces." Le dió la vuelta a la hoja de papel. "Las excelentes recomendaciones de tus profesores te consiguieron un puesto de asesor de inversiones en Clemens Jacobs Financial Services y fuiste la mejor productora. La persona más joven de la historia en ser admitida como socio por la vía rápida." Alzó la vista. "Probablemente sepas más de lo que las personas con las que te vas a reunir esperan de ti."
Ella estaba teniendo problemas para comprender su gran conocimiento sobre ella. "En cualquier caso, ¿cómo has obtenido esa información?"
"La mayoría del material son archivos públicos. Y el dinero puede comprar lo que séa si gastas lo suficiente."
Taylor se quitó el pelo de la cara. "No sabía yo eso." No pudo evitar que la amargura de su voz. Abrió la carpeta de nuevo, estudiando cada hoja de papel. "Este test de ADN. Asumo que usaste algo de mi habitación del hotel. ¿De eso se trataba todo esto?"
Le agarró la muñeca antes de que ella le viera extender la mano.
"No fui yo el que estaba tan caliente que me desgarré la ropa," señaló él con voz tensa. "Pero eso no es importante. Lo que es importante es que yo no huí de eso, que me condenen por idiota. Y no, podría haber tenido lo que necesitaba de muchas maneras. Y no necesitaba llevarte a la cama para hacerlo."
Su rostro se calentó y apartó el brazo. El repentino movimiento hizo caer la copa de vino y se derramó sobre ambos. Taylor se sacudió y agarró su servilleta, secando ineficazmente su falda. Miró de reojo a Noah para ver cómo se limpiaba la chaqueta