"No saldría contigo ni por un millón de dólares" "¿Y por dos?" A Stephanie Logan le habría gustado abofetear a Damen Nicolaides cuando este le hizo la propuesta de que se hiciera pasar por su novia durante un par de meses, pero lo cierto era que necesitaba el dinero para salvar a su familia. Como el arrogante griego ya la había seducido y olvidado en otra ocasión, Steph exigió que en el contrato especificara que Damen no podía besarla. Pero corría el riesgo de arrepentirse pronto porque, encerrada en el paraíso con su enemigo, la química que había entre ellos podía acabar enloqueciéndola.