Comunidad e identidad en el mundo ibérico. AAVVЧитать онлайн книгу.
los nuevamente convertidos de los tres pueblos.33 Pero éstos no tenían la homogeneidad de los mudéjares antiguos del valle de Ricote. Además de las dimensiones singulares del núcleo hornachero (alrededor de 4.800 habitantes a finales del siglo XVI según Julio Fernández Nieva), no pertenecían los tres pueblos al mismo ámbito geográfico.34 Adosado a la sierra Grande, Hornachos mira hacia la Tierra de Barros mientras Benquerencia y Magacela, separados entre si por más de treinta kilómetros, pertenecen a la Tierra de la Serena. Y mientras Hornachos era propiedad de la Orden de Santiago, Benquerencia y Magacela dependían de la Orden de Alcántara. Los expulsados de Hornachos se embarcan en Sevilla a principios de 1611, los de Magacela en Málaga en el verano de 1611, los de Benquerencia en la misma época pero en Cartagena. Estos destinos distintos traducen la heterogeneidad tanto en las posturas adoptadas como en el tratamiento recibido.
Extremadura constituye por sí sola un laboratorio para quien quiera acercarse al grupo de los mudéjares antiguos. Alcántara y Valencia de Alcántara pueblos bastante distantes de los anteriores eran los únicos otros núcleos rurales de la región con presencia mudéjar en los tiempos de la conversión. Ahí los mudéjares que convivían con cristianos viejos se caracterizaban, en general, a diferencia de granadinos, hornacheros, benquerenceros y magacaleros (sobre todo después de 1570) por su alto grado de asimilación. Situados en la raya de Portugal, les fue en 1610 fácil esconderse en las ciudades o pueblos más cercanos del otro lado de la frontera, que a pesar de la unión de Coronas facilitaba la vida clandestina. Esperaban la vuelta, pero el 12 de mayo de 1613 el Consejo de Estado decidió hacerles volver a sus lugares de partida para proceder a una nueva expulsión.35 De hecho un último decreto de expulsión de moriscos, totalmente olvidado, se aplicó a Portugal el 22 de mayo de 1614.
Destacar la categoría de mudéjares antiguos y prestarle mucha atención es prometedor de avances significativos en el conocimiento de los moriscos. En particular, unos estudios minuciosos nos ayudarán a entender tanto los procesos de asimilación y los mecanismos que la impedían como las razones de las infinitas variaciones entre lugares. ¿Por qué tanta diferencia entre Hornachos, Villarubia de los Ojos o Blanca? En un artículo lleno de sugerencias sobre Hornachos, Jean-Pierre Molénat emite la hipótesis de una estructura de la comunidad mudéjar extremeña distinta a las de las comunidades de la Meseta castellana.36 Quizás, pero ¿cómo explicar lo que separa Hornachos de Alcántara? Para progresar tenemos que multiplicar las monografías sobre pueblos que hemos olvidado como Palma del Río (Córdoba). Los palmeños no aparecen en la documentación del tiempo de la expulsión. ¿Se debe a su total asimilación? Y si es el caso, en ¿qué momento dejamos de poder observarles?
Para conseguir nuestros objetivos nos beneficiaremos, para muchos lugares, del mar de papeles generados por la expulsión. Entre pedidos trasmitidos a los Consejos, intervenciones de señores o ciudades, pleitos, protocolos... no faltan los datos que ilustran las situaciones precisas de los individuos. A partir de ellos, en el marco de una monografía sobre un individuo, una familia, una comunidad se puede practicar una sistemática historia retrospectiva que puede a veces permitir remontarse a la época medieval. Seguro que si se intenta, las barreras existentes entre medievalistas y modernistas caerán. Y así, reuniendo todos los hilos del complejo ovillo podremos dar a los mudéjares antiguos el sitio que les corresponde.
París, noviembre 2011
1 Archivo General de Simancas, Estado, legajo 2644.
2 El texto de los decretos figura en François Martinez, La permanence morisque en Espagne après 1609 (discours et réalités), Lille, Atelier National de Reproduction des thèses, 1999, pp. 494-495.
3 Henri Lapeyre, Géographie de l’Espagne morisque, Paris, Sevpen, 1959, p. 197.
4 La fecha de 1634 no está aquí indicada al azar. Es la de un texto muy importante mandado por el marqués de los Velez a Felipe IV. Ha sido publicado por primera vez por Antonio Domínguez Ortiz en su artículo de 1959 recopilado en el volumen Moriscos, la mirada de un historiador, Granada, Universidad de Granada, 2009, pp. 92-95.
5 Henri Lapeyre, op. cit.
6 L’expulsió dels moriscos, consequencies en el món islamic i el món cristia, Barcelona, Generalitat de Catalunya, 1994.
7 La estimación de Henri Lapeyre me parece algo inferior a la realidad. Propongo de 25.000 a 30.000.
8 L’expulsió dels moriscos, op. cit.; Carmel Biarnes, Els moriscos a Catalunya, documents inédits. Ascó Biblioteca d’Ascó, 1981; el estudio de Manuel Lomas fue presentado en el XIII Simposio de Estudios Mudéjares de Teruel en septiembre de 2011.
9 Ver al respecto la colección de los trece simposios de Estudios Mudéjares de Teruel celebrados cada tres años desde 1975. Las actas han sido todas publicadas desde 1981.
10 Bernard Vincent, Los moriscos granadinos y la monarquía (1570-1609) in Ciudades en conflicto (siglos XVI-XVIII), José Ignacio Fortea y Juan Eloy Gelabert (eds.), Madridvalladolid, 2008, pp. 163-180.
11 Juan Aranda Doncel, Los moriscos en tierras de Córdoba, Córdoba, Monte de Piedad y Caja de Ahorros, 1984.
12 Serafín de Tapia Sánchez, La comunidad morisca de Ávila, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1991.
13 Aurelio García López, Moriscos en tierras de Uceda y Guadalajara (1502-1610), Madrid, 1992.
14 Trevor J. Dadson, Los moriscos de Villarrubia de los Ojos (siglos XV-XVIII), Historia de una minoría asimilada, expulsada y reintegrada, Madrid, 2007, p. 71.
15 A. Domínguez Ortiz, op. cit., p. 87, nota 6.
16 H. Lapeyre, op. cit., pp. 118-121; 191-197; 249-250; 266-267; 269-275.
17 Publicado en Áreas, Revista de Ciencias Sociales, núm. 14, Moros, Mudéjares y Moriscos, 1992, pp. 141-170.
18 Publicado en el IV curso Abarán, acercamiento a una realidad, Abarán, Centro de Estudios Abaraneros, 2001.