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El País Valenciano en la Baja Edad Media. AAVVЧитать онлайн книгу.

El País Valenciano en la Baja Edad Media - AAVV


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aunque finalmente fueron ellos quienes acogieron a su padre en sus propias casas, supervisando estos el devenir cotidiano de Bernat, ayudados, posiblemente, por algún esclavo.5

      2. EL ARTESANO-MERCADER

      3. EL INVERSOR CREDITICIO

      Uno de los mecanismos utilizados por la nobleza valenciana para compensar la insuficiencia de las rentas patrimoniales derivadas de la titularidad del señorío fue la inversión en créditos censales, bien a través de deuda pública (municipal, real o de la Generalitat) o bien a través de la deuda privada. En el primer caso, consignado sobre las imposiciones locales, reales o del reino y, en el segundo, consignado o garantizado por tierras o bienes del deudor, se transformaba en ambos casos en un mecanismo seguro y eficaz de obtención de capitales, mucho más de lo que pudiera aportar la extracción de rentas señoriales. El señor de Catarroja, Joan Pujades, obtenía de sus inversiones censales unos 15.000 sueldos anuales, mientras que las rentas del señorío solo llegaban a los 10.000 sueldos. Ahora bien, debemos matizar que había propietarios de señoríos que invertían en censales, y otros que se veían obligados a recurrir a estos créditos para afrontar alguna urgencia o falta temporal de liquidez, o que simplemente habían quedado atrapados en el sistema de la deuda censal. Por ello, muchos señores destinaban parte de las rentas de sus señoríos a satisfacer dicha deuda, reduciendo por tanto sus ingresos, e incluso viéndose obligados a vender o subastar el propio señorío para saldar aquellas deudas (Furió, 1998: 145-146).

      Bernat pertenecerá al primer grupo, aquel de los que invierten en deuda pública y privada y obtienen así una cómoda renta anual. El inventario post mortem de sus bienes muestra la existencia de 2 libros donde se consignan los censales que percibía, si bien se especifica que uno de los libros, más antiguo, estaba en desuso por haber trasladado los datos en él contenidos al otro libro. Este, de 144 páginas, mostraba solo 38 escritas. La primera de todas presentaba un listado con entradas onomásticas de las personas que debían satisfacer dichas pensiones censales, y las restantes, hasta la 38, contenían los censales y algunos alquileres de vivienda. Aun así, sus herederos indican que no los enumerarán todos en el inventario, pues algunos ya están redimidos y otros están en sus propias manos, de Jaume y Tomàs, pues su padre les hizo donación de estos con motivo de sus respectivos matrimonios. Con todo, la lista que queda es la siguiente: 2.000 sueldos que hace el infante Enrique y su mujer, pero se adeudan plazos; 615 sueldos que hacen las universidades de Callosa y Tàrbena; 700 sueldos que hace la universidad de Jávea; 1.000 sueldos que hace la villa de Jérica; 423 sueldos que hace el Antiguo Patrimonio (I); 1.180 sueldos y 8 dineros que hace el Antiguo Patrimonio (II); 1.750 sueldos que hace el Antiguo Patrimonio (III); 1.571 sueldos y 4 dineros que hace la Diputación de la Generalitat (I); 800 sueldos que hace la Diputación de la Generalitat (II); 75 sueldos que hace el barbero Joan Eximeno; algo ínfimo que queda de un censal de 500 sueldos que hacía Pere Martí, de Gandía; 1.083 sueldos y 9 dineros que hace el noble Ramón de Riusech; 22 sueldos y 11 dineros de los 91 sueldos y 8 dineros que hacía Joan de la Cerda; 750 sueldos que hace el noble Ramón Boïl y otros; 600 sueldos que hace el noble Pere Boïl Ladró y otros; 500 sueldos que hace Joan Castellano; 1.000 sueldos que hace Ramón de Vilarragut; 600 sueldos que hace Lluís Cornell (I); 400 sueldos que hace Lluís Cornell (II); 466 sueldos y 8 dineros


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