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Universidad y Sociedad: Historia y pervivencias - AAVV


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Mar, 2006, v. 1, p. 17.

      70. Ernest Lluch, La via valenciana (introducció epíleg i bibliografia de Vicent Soler), Catarroja, Afers, 2003, 3a edició. Vicent Soler i Marco, «Lluch i la via valenciana», Revista Econòmica de Catalunya, 42 (2001), pp. 46-49. También una síntesis de los planteamientos de este trabajo en la entrevista a Clementina Ródenas, Mestres de ciutadania

      71. Para la etapa política de Lluch, Salvador Almenar, «La luz de la política: Ernest Lluch, Diputado y Ministro», en II Congrés, Societat Treball i Llengüa, Ernest Lluch, Valencia, UGT, 2007, pp. 101-121.

      72. Lo ilustra, por ejemplo, Boletín Oficial de las Cortes, 29 de junio de 1978, p. 2572. Véase Joan Trullen i Thomas, «Ernest Lluch i els Acords de la Moncloa», Revista Econòmica de Catalunya, 42 (2001), pp. 50-55.

      73. Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados, 15 de abril de 1980, pp. 5414-5415; La Vanguardia, 17 de abril de 1980.

      74. La Vanguardia, de 7 abril de 1981.

      75. Declaraciones a La Vanguardia, 13 de octubre de 1981.

      76. Ver sus intervenciones en Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados. Comisión Constitucional, 1 de junio de 1982, pp. 3979-3980; Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados, 23 de junio de 1982, pp. 14646-14648.

      77. La Vanguardia, 19, 20, 23 y 24 de diciembre de 1981.

      78. Sintes, Qué piensa…, pp. 69-73.

      79. Entrevista a Rosa Lluch, Mestres de ciutadania

      80. Sintes, Qué piensa…, 26.

      81. Ley 14/1986 General de Sanidad de 25 de abril.

      82. Entrevista a Ana Marta Guillén, Mestres de ciutadania… Es importante en este sistema el reconocimiento del derecho de ciudadanía, como la coyuntura reciente ha puesto de manifiesto. Véase también de Ana Marta Guillén y Margarita León, eds, The Spanish Welfare State in European Context, Farnham, Ashgate, 2011.

      83. Diario de Sesiones del Congreso de Diputados, 11 de junio de 1985, pp. 9852-9855, 9871-9872.

      84. Francisco Javier Moreno Fuentes, «Del sistema sanitario de la Seguridad Social al Sistema Nacional de Salud descentralizado» y Manuel Aguilar Hendreickson, «Servicios sociales: las tribulaciones de un sector emergente», en Luis Moreno (ed.), Reformas de las políticas del bienestar en España, Madrid, Siglo XXI, 2009, pp. 101-135 y 171-205 respectivamente; Fernando Lamata Cotanda y Cristina Pérez Andrés, «25 años después de la reforma sanitaria de Ernest Lluch», Revista Española de Salud Pública, 84 (2011), pp. 241-246; Fernando Lamata y Francisco Ortega, «La Ley General de Sanidad (Ley 14/1986 de 25 de abril)», en Francisco Ortega y Fernando Lamata, eds., La dècada de la reforma sanitaria, Madrid, Ex-Libris, 1998, pp. 21-27; Francesc Raventós Pujol, «L’etapa d’Ernest Lluch com a ministre de Sanitat i Consum», Revista Econòmica de Catalunya, 42 (2001), pp. 56-62; María del Carmen Giménez Muñoz, «La reforma sanitaria durante el período de Ernest Lluch (1982-1986)», Historia del Presente, 27 (2026), pp. 131-148.

      85. La Vanguardia, 3 de abril de 1985.

      86. Ernest Lluch, «La “Operación Primavera” contra la Ley General de Sanidad» en F, Ortega y F. Lamata, La década de la reforma sanitaria…, pp. 29-34 y en el mismo libro: «Anexo III. Notas para una campaña destinada a la sensiblilización de la opinión pública y de la Administración, en torno al tema de la sanidad 83 de enero de 1984)», pp. 495-504.

      87. Ley 26/1984, de 19 de julio, General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios; Real Decreto 137/1984, de 11 de enero, sobre Estructuras Básicas de Salud que desarrollaba la atención primaria; Real Decreto 1677/1985, de 11 de septiembre, de Coordinación Interministerial para la ejecución del Plan Nacional sobre Drogas.

      88. Ernest Lluch, Darrers escrits, p. 19.

      89. Ernest Lluch, La Catalunya vençuda del segle XVIII: foscors i claros de la Il·lustració, Barcelona, Bsrcelona, Edicions 62, 1996; Las Españas vencidas del siglo XVIII, Barcelona, Crítica, 1999; La alternativa catalana (1700-1714-1740) (2000). Lluis Foix, entrevista en Mestres de Ciutadania

      90. Ernest Lluch, «L’Espanya invariable», Darrers escrits, 247.

      91. Ernest Lluch, «Perquè soc austrohongarès», Darrers escrits, p. 258.

      92. Miguel Herrero de Miñón y Ernest Lluch (eds.), Derechos históricos y constitucionalismo útil, Barcelona, Crítica, 2001.

       MUJERES Y UNIVERSIDAD EN REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO. UNA PRIMERA APROXIMACIÓN

      YOLANDA BLASCO GIL y EVA MARÍA JURADO CEPAS

      Universitat de València

      A Greg Basue Babu Kazadi, In memoriam...

      MODELOS DE EDUCACIÓN EN ÁFRICA

      Las creaciones culturales son elaboradas y difundidas por las instituciones de socialización, como la familia, la escuela, los medios de comunicación o la religión. En el África tradicional la familia asegura la perpetuidad del grupo, dotándolo de los recursos humanos, materiales y culturales.1 Ésta proporciona no solamente los medios de cohesión social por medio de la educación o la transmisión de valores, también los de protección de toda la sociedad política. En la etapa precolonial, la tarea de educar a los jóvenes estaba garantizada por tres sistemas de enseñanza diferenciados según la región: principalmente, un sistema de educación autóctono o tradicional de cultura oral; el sistema islámico, y finalmente, el sistema de educación afro-cristiano, según las primeras tradiciones que sobrevivieron en Etiopía y también por la influencia de los coptos en Egipto.2

      La enseñanza superior no fue una novedad para el continente africano. En el siglo XVI, la universidad de Sankoré en Tombouctou constituía un foco de estudio y conocimiento del derecho, de la filosofía y la teología. Según el historiador Cheikh Anta Diop, los documentos que se disponen, entre otros el Ta’rîj al-sûdân, permiten describir con detalle la vida intelectual de aquellos centros, en especial el de Sankoré. Los estudiantes se agrupaban sin distinción de edad atraídos por un afán de conocimiento en torno a la mezquita. No era un edificio de estado, sino la obra piadosa de un cadí devoto con la asistencia del resto de la población, al menos en su origen probablemente.3

      En las sociedades modernas africanas la educación tradicional fue sustituida por sistemas occidentales de enseñanza. Las exploraciones del XIX encabezadas por comerciantes, exploradores y misioneros, europeos y americanos, abrieron vías de incursión hacia el interior del continente. Durante este período cobra especial relevancia la tarea evangelizadora realizada por estos últimos, junto a obras de carácter filantrópico provenientes principalmente de ambientes anglosajones. Los esfuerzos, desplegados durante este siglo, por expandir el cristianismo en África favorecieron la difusión de la educación occidental y la alfabetización, no solamente en la lengua del colonizador sino también en la vernácula.4 Este hecho va a suponer un cambio social decisivo al pasar de un modo de transmisión de la cultura en su mayoría oral a un modelo de comunicación a través de la escritura. El acceso al pensamiento occidental por parte de una reducida elite instruida, en su mayoría urbana, va a permitir establecer diálogos con el colonizador y familiarizarse con los modos y costumbres europeos. En contrapartida, al quedar condenadas prácticas tradicionales de carácter social o religioso como la poligamia y el animismo, se produjo un debilitamiento de la estructura familiar tradicional en África.5 Esta primera etapa de implantación de la educación occidental, ligada estrechamente a las misiones, tiene un carácter instrumental y estará desigualmente distribuida y mal orientada… Habrá que esperar a los cambios sociales, políticos y económicos surgidos tras el final de la segunda guerra mundial para ver aparecer las primeras escuelas técnicas y colegios universitarios implantados según el modelo de universidades


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