Los Inuit. Francesc BailónЧитать онлайн книгу.
numerosos, eran tímidos y tranquilos. Aunque en líneas generales tuvieron una convivencia pacífica con los Thule, cuentan algunas historias que hubo confrontaciones entre ambos pueblos, a consecuencia de las cuales los Tuniit huyeron hacia nuevos territorios. A los Tuniit también se les conoce con el nombre de Sivullirmiut, que significa los «primeros habitantes». Algunos grupos inuit como los Ammassalimiut de la costa este de Groenlandia o los Sallirmiut de la isla de Southampton situada al norte de la bahía de Hudson, son descendientes directos de los Dorset aunque también recibieron influencias de la cultura Thule. Los Dorset fueron los primeros americanos que conocieron los europeos cuando los vikingos llegaron a América del Norte en el siglo X. Estos viajeros nórdicos les pusieron el nombre de Skræling (singular de Skrælingjar o Skrælingar).12
La cultura Thule tuvo sus orígenes en la región del estrecho de Bering y fue producto de la evolución de varias culturas aparecidas en Alaska y Siberia. Estas tenían características comunes, entre las que destacaban su gran dependencia de los recursos marítimos y, en consecuencia, la perfección de técnicas y útiles destinados a la caza de mamíferos marinos, especialmente de la ballena. Esto implicó que la población fuera más sedentaria y se concentrara en asentamientos con una densidad de población superior a anteriores grupos humanos.
Una de estas variantes culturales fue la Antigua Cultura Ballenera (1400-1300 a. C.), localizada en el cabo Krusentern (Kotzebue Sound). Posteriormente, en la zona costera de Alaska hasta la desembocadura del río Mackenzie en Canadá, se desarrolló la denominada Tradición Norton, que abarcaba tres fases culturales: Choris, Norton e Ipiutak, y que está considerada como el antepasado directo más antiguo de los inuit actuales. La cultura Choris (1200-500 a. C.), de la que se conoce bien poco, se desarrolló básicamente en el noroeste de Alaska. Se caracterizó por construir grandes casas ovaladas, además de cazar caribúes y mamíferos marinos y de usar la cerámica de estilo siberiano, herramientas de piedra tallada estilo Denbigh13 y útiles de piedra pulida. Por su parte, los Norton (500 a. C.-800 d. C.) reunían elementos de las culturas de Tradición Microlítica Ártica de las zonas de Siberia y sur de Alaska, y en algunos lugares subsistieron hasta hace unos mil años. Su base económica consistía en la captura de mamíferos marinos y la pesca de salmones en los ríos, aunque en los yacimientos del Sur (bahía de Bristol) se cree que también practicaban la caza del caribú. En esta zona se han encontrado restos de karigi o casas comunales y cerca de Nome incluso se han localizado restos arqueológicos de grandes poblados.
Mientras en la zona meridional de Alaska los Norton estuvieron hasta el 800 d. C., al norte del estrecho de Bering se dio paso a otra variante cultural conocida como Ipiutak (1-1200 d. C.). Esta es la cultura más asombrosa de la Tradición Norton, pues recibió ese nombre de un lugar cerca de Point Hope (Alaska) que contenía más de sesenta casas semisubterráneas y un cementerio. A diferencia de sus predecesores, los Ipiutak carecían, por poner dos ejemplos, de la cerámica y de las lámparas de aceite. Durante la primavera y el verano cazaban en mar abierto en sus embarcaciones de piel, y en otoño e invierno capturaban en el interior básicamente caribúes. Los Ipiutak destacaron por la sofisticación de sus enterramientos funerarios y también por su creación artística en la decoración y los grabados de objetos tales como estatuillas, máscaras, cabezas de arpón o empuñaduras. Algunas de las tallas elaboradas en marfil encontradas en las tumbas sugieren una vinculación con los estilos artísticos asiáticos.
Paralelamente, en la isla Saint Lawrence y en la península de Chukotka se desarrolló la Antigua Cultura del Mar de Bering (1-700 d. C.). Como afirma Robert McGhee (1941- ), un experto en el campo de los estudios Tuniit/Dorset y de la transición a la cultura Thule, la Antigua Cultura del Mar de Bering poseía una tecnología para cazar que le permitió desarrollar un modo de vida ejemplar entre las economías no agrícolas y no industriales del mundo. Sin duda, es la primera cultura donde se observan las técnicas que han permitido la subsistencia de los inuit en el Ártico. Por este motivo, muchos arqueólogos consideran que se trata de una manifestación temprana de la cultura Thule. Sus miembros tenían una economía abundante y segura, basada en la captura de morsas, focas, ballenas, caribúes y osos polares. Como medio de transporte usaban el kayak, los trineos con patines de madera y marfil (no se ha podido demostrar si usaban a los perros para tirar de ellos), y una especie de crampones para desplazarse por el mar helado. También utilizaban los umiaat (plural de umiak o umiaq), embarcaciones de piel de morsa o foca barbuda con una estructura de madera flotante o huesos de ballena que podían llegar a tener unos 9 m de largo. Estos botes eran conocidos igualmente como «el barco de las mujeres», ya que cuando realizaban viajes largos eran estas las que solían remar, mientras los hombres las seguían con sus kayaks. Además, son los inventores de los flotadores hechos con vejiga (sobre todo de foca) que se ataban en los arpones. Esto permitía no solo cansar a la presa cuando esta estaba herida sino también saber en todo momento dónde se encontraba, además de evitar que se perdiera en el fondo del mar. Usaban la pizarra pulida para hacer las puntas de proyectiles, los ulut o uluit (plural de ulu, cuchillo tradicional de la mujer) y otras herramientas cortantes. Asimismo, empleaban dardos para capturar pájaros y utilizaban gafas para protegerse de la nieve, agujas para coser, y anzuelos y arpones articulados para pescar y cazar. Vivían en casas semisubterráneas de madera procedente de la deriva con un techo construido con pieles. Según los restos encontrados en algunos yacimientos arqueológicos, todo hace pensar que se agrupaban en campamentos permanentes y que disponían de un cierto nivel de estratificación social, sobre todo gracias al aumento de la población como consecuencia de una economía estable.
La Antigua Cultura del Mar de Bering dio paso a una cultura todavía más rica llamada Punuk (600-1200 d. C.) que se desarrolló en ambas costas e islas del mar y del estrecho de Bering, incluyendo la isla Saint Lawrence. Su gran innovación tecnológica fue sin duda la cabeza de arpón que permitía la captura de grandes ballenas. El tamaño de los poblados era similar al de sus predecesores y las casas estaban hechas de madera flotante y huesos de ballena. Es posible que los Punuk se trasladasen al norte para cazar ballenas y otros mamíferos marinos en la costa noroccidental de Alaska durante un período de calentamiento climático (900-1100 d. C.).
Paralelamente en las costas del mar de Chukchi (Siberia y norte de Alaska), apareció una nueva variante de la Antigua Cultura del Mar de Bering, denominada Birnik o Birnirk (300-900 d. C.). Esta es considerada como una manifestación muy temprana de la tradición Thule, y por lo tanto forma parte de la continuidad cultural que derivó en los inuit contemporáneos. Los Birnik dependían, en mayor medida, de los mamíferos marinos que cazaban en mar abierto y en las polynyas e igualmente capturaban ballenas, una actividad que había desaparecido en la región durante cinco siglos. Vivían en casas semisubterráneas hechas de turba y madera flotante. No se sabe muy bien si en la costa norte de Alaska los Birnik se mezclaron o fueron sometidos por los Punuk. Lo que sí es seguro es que un grupo cuyos orígenes se encontraban en las fases Punuk y Birnik, especialmente la primera, emigró hacia el Este, cruzando el mar de Beaufort en grandes embarcaciones de pieles (umiaat) y en kayaks para establecerse en el Ártico canadiense, donde darían lugar a la denominada cultura Thule (1000-1800 d. C.). Más tarde se produciría una rápida expansión por todo el Ártico que fue desde la costa pacífica de Alaska hasta la costa este de Groenlandia. Se cree incluso que estas 2.600 millas que separan Point Barrow (Alaska) de Peary Land (Groenlandia) se cubrieron en poco menos de cien años.
A consecuencia del calentamiento climático (900-1100 d. C.) todo el ecosistema se desplazó hacia el Norte. Tanto el hielo marino como la escasez de alimentos, en determinadas épocas del año, que antes había frenado los desplazamientos de la población de este a oeste, y viceversa, ya no representaban ahora ningún impedimento serio. Se cree que durante este óptimo climático, la temperatura media anual aumentó casi 2º C. Pero el impacto ambiental fue tan brutal que el cinturón vegetal de Norteamérica se desplazó más de 80 km hacia el Norte. Este cambio meteorológico implicaba, además, la adaptación a unas nuevas condiciones de subsistencia y unas distintas reglas de supervivencia. Sin duda, durante este período se produjo la segunda gran migración humana del Gran Norte; la primera había sucedido años atrás, cuando las culturas de Tradición Microlítica Ártica poblaron el Ártico Central y Oriental (2500-1500 a. C.). Las causas de esta migración probablemente sean el aumento de la población en la zona de Alaska, un mar más libre de hielos (consecuencia directa de este calentamiento