El Ciudadano Inválido Y Otras Historias. Foraine Amukoyo GiftЧитать онлайн книгу.
no deberías irte, eres gran parte de este reino. Tus ancestros viven aquí.
̶ Mis ancestros también habitan Edito. Usaré mis últimos días en la tierra para ofrecer liberación a mis ancestros. No los he conocido, déjame ir a adorarlos en Ebito, Jakpo; debo ir. Déjame volver a mis raíces. Rezo por tener una bienvenida agradable. Estoy seguro de que mi propia gente no va a ponerme en una balanza despectiva. ¿Quién sabe amigo mío? Los dioses me han dado una oportunidad de reconciliarme con mis raíces. La descendencia de mis hijos no será una generación perdida. No se enfrentarán al rechazo de la familia. Solo me pregunto quién reveló este conocimiento después de tantas décadas. Nunca supe que no era de Jagua. ¿Quién conoce mi historia mejor que yo? – Jakpo desvió la mirada – Jakpo, ¿tienes idea de quién reveló que yo no soy originalmente de Jagua? – Jakpo se rio con nerviosismo.
̶ No, amigo mío, no tengo idea de quien será esa persona – respondió rápidamente –. Espero que cambies de parecer sobre irte. Jessa, tu decisión es ondulada como este rio. Sé que quieres quedarte en Jagua.
̶ Mi corazón siempre estará con este río, esta agua ha vivido en mis venas, déjame probar las aguas de mi origen. Si fuera por mí, envejecería y moriría en Jagua. Mis hijos quieren que nos vayamos de Jagua, por siempre. Debo obedecer las peticiones de mis hijos. Un hombre no tiene miedo de caminar desnudo por su propia casa. Solo un invitado debe ser cuidadoso alrededor de la casa. Tengo una línea de invitados en Jagua. Permíteme llevarlos de vuelta a casa. Mis hijos se sentirán como completos extraños una vez que me vaya. ¿Qué sentido tiene prolongar mi lugar en Jagua cuando la gente nos ha mostrado que nuestro lugar no es este? El legado del que me enorgullezco no es la identidad de mis hijos. Déjame llevarlos a casa para que puedan mostrar sus insignias con orgullo.
Jakpo vio más allá del rio con un sentimiento de nostalgia.
̶ ¿Recuerdas cuando perseguimos un conejo hasta su madriguera? – dijo.
̶ Sellamos el hueco. Fuimos a buscar madera en el bosque para preparar la carne de caza y no encontramos nuestro camino de vuelta – respondió Jessa.
̶ Nos consideramos carne de caza cuando ese lobo nos atacó – dijo Jakpo y se rio.
̶ Tenemos suerte de que el cazador lo matara antes de que nos destrozara – comentó Jessa y resopló.
Los dos hombres viejos se rieron. Hicieron memoria de cuando corrían por la comunidad cuando eran niños pequeños. Sus sonrisas se esfumaron cuando la realidad los alcanzó.
̶ Los días son grises y duros – afirmó Jakpo –. Te voy a extrañar viejo amigo. Estaré muy solo cuando te vayas. Estos jóvenes no tienen tiempo para viejos amargados. ¿Quién me hará compañía?
̶ ¿Quién vendrá a visitarme y cuidar de mísí me quedo? Perderé a Jaja y a mis otros hijos si no voy a Ebito. Ya han tomado la decisión. Quieren dejar Jagua por siempre – Jessa se agachó cuidadosamente y escogió un guijarro, lo apretó y sintió la frialdad de la piedra.
Jakpo asintió.
̶ Tienes a un gran hijo en ese joven hombre, Jaja. Quisiera que alguno de los míos volviesen a casa. Décadas de memorias se ahogarán con tu partida. Adiós mi amigo, nos veremos en el otro lado.
̶ Te extrañaré. No puedo expresarte cuánto, no puedes ver tan bien. Mis ojos están muy secos para llorar – Jessa respingó. Le deseó lo mejor a Jakpo y lo dejó junto al rio.
̶ Deseo que cambies de parecer y te quedes amigo mío. No sabía que la situación se volvería tan desagradable. Solo quería lo que era mío por derecho – dijo Jakpo cansinamente ante la figura que se desvanecía de Jessa.
Jessa caminó de vuelta a su casa. Algunos de los niños se le acercaron para jugar y repartió dinero entre ellos.
Antes de la luz de la mañana, Jessa y Jaja estaban listos para irse a Ebito. Jessa miró en dirección al arroyo con anhelo. Se imaginó a sí mismo y a Jakpo caminando hacia allá con sus instrumentos de pesca.
̶ No es fácil separarse de esos recuerdos – Jessa se veía triste.
̶ Ven padre, ya has dado suficientes despedidas. Debimos habernos ido antes de que el sol se pusiera, la carretera no es amigable en hora punta.
̶ Sí, algunos caminos no reconocen ruedas viejas que siempre han viajado sobre ellos. No tiene tratamiento preferencial. Vámonos. Ya no somos bienvenidos.
Dos semanas más tarde, los ancianos del pueblo tuvieron una reunión y concluyeron en usar la casa de Jessa como su nueva sede de reuniones. Jessa les había legado la casa a ellos. El día de la Coronación del Okpako, llegaron excavadoras.
La voz del operador del vehículo tronó por un altavoz.
̶ Todos en este edificio deberían salir en los próximos treinta minutos, vamos a derribar la casa. En veintinueve nos movemos – comenzó a contar –. Uno, dos, tres, cuatro… – en la décimo novena cuenta, el edificio estaba vacío. La excavadora destruyó la casa por instrucciones de Jaja.
̶ La gente observó con tristeza mientras algunos hombres se acercaban con mazos a destruir bloques. Ninguna estructura o bloque permaneció parado. Un tráiler llenó el cemento machacado y se fueron.
̶ Este es un evento desafortunado. ¿Cómo podemos tener la ceremonia de coronación en esta ruina? Debemos buscar por una nueva sede o fijar una fecha para la coronación – dijo un joven hombre.
̶ Pero, ¿dónde está Jakpo? – preguntó el Jefe de la Comunidad desesperadamente.
̶ No ha aparecido para la ceremonia. ¿Ha escuchado las noticias? Este desafortunado incidente lo va a devastar. Su ceremonia se ha arruinado, no podrá ser hoy – dijo un anciano.
̶ Jakpo debió escuchar las noticias. Sabe todo. ¿No fue él quien descubrió que Jessa no era un verdadero ciudadano de Jagua? Sabe todo. Después de esta junta, iremos a su casa. Le haremos una visita – dijo el Jefe de la Comunidad.
No encontraron a Jakpo en su casa. Sabían que Jakpo era apegado con el rio y pensaron que podía estar ahí. Saliendo de su complejo encontraron al niño que cuida de él. El niño les dijo que Jakpo no había estado en casa desde el amanecer.
̶ Es un comportamiento extraño. Déjanos ver si está en el arroyo – dijo el Jefe de la Comunidad.
Fueron al río y lo vieron. El cuerpo de Jakpo estaba flotando hacia la orilla. Corrieron hacia el agua y arrastraron el cuerpo fuera. Estaba muerto. Vieron su par de zapatos, lentes de lectura y un libro bajo su árbol favorito. Jessa y Jakpo habían tallado algunos y habían hecho bancos de raíces junto al rio. Su pila de pertenencias yacían en uno. El niño pequeño cayó y lloró.
̶ Supongo que cometió suicidio. Ah, el reino oscuro ha puesto ojos malvados en Jagua. Hoy es un día muy oscuro en nuestra historia. ¿Quién nos despertará de este augurio? – lamentó una mujer.
̶ Mire esto, jefe – el niño limpió sus lágrimas con su brazo y le entregó una nota al Jefe de la Comunidad.
̶ ¿Dónde conseguiste esta nota? – preguntó deslumbrado el Jefe de la Comunidad.
̶ Jefe, ¿qué dice la carta? – preguntó la mujer. El Jefe leyó la carta en voz alta.
̶ “No puedo vivir conmigo mismo después de traicionar a mi mejor amigo, Jessa. Lo lamento mucho queridísimo amigo. Mi bisabuelo me había contado tu historia. Le dije al consejo de coronación por mi autocomplacencia de ser Okpako. Era un pecado estar celoso de tu estatus. Por favor, perdóname. Nadie debería llorar por mí. Ya lloré por mí. Jakpo. ”
Como cometió suicidio,