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El Ciudadano Inválido Y Otras Historias. Foraine Amukoyo GiftЧитать онлайн книгу.

El Ciudadano Inválido Y Otras Historias - Foraine Amukoyo Gift


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Enterraré a mi Padre

      El ayuntamiento del pueblo estaba lleno de gente tensa. Todos parecían estar a punto de matarse con armas imaginarias. Un joven musculoso se acercó rápidamente a Ovie. Ovie se preparó para atrapar su puño y tuvo éxito volteándolo hasta que un anciano separó su duelo. El joven iracundo gruñó y se sentó en el suelo con un brazo colgante.

      Ovie sonrió.

      ̶ Mira a los debiluchos que quieren discutir mi decisión. Estrangularé a cualquiera que me desafíe.

      Un anciano dio un paso al frente. Miró directamente a Ovie y sacudió la cabeza. Miró hacia abajo por un momento, estampó su bastón y lo miró de nuevo.

      ̶ Ovie, deberías saber que el menos brillante de nuestros jóvenes solo ha actuado rápidamente para rechazar tu tonta decisión. Te lo advierto, vendrán más por ti. Un ejército defenderá el derecho de tu padre.

      ̶ Quiero verlos a todos intentarlo. Enterraré a mi padre en Apele. Estará residenciado en su mansión y nadie puede detenerme – en respuesta a la ferviente declaración, Ovie golpeó su pecho el cual vibraba como si le temblara.

      ̶ Ya veremos. Nos prepararemos para el rito de entierro de nuestro pariente. Observar cómo la lámpara encuentra su camino fuera de la jungla hacia el rebaño de su pastor – dijo el anciano. Agarró una tiza blanca del bolsillo de su pecho y dibujó un círculo. Miró hacia el techo e hizo un conjuro con palabras inaudibles. Su sirviente masculino trajo a un gallo que se veía enfermo y blanco. El anciano desató las patas de la gallina y conjuró salmos alrededor de su cuerpo. El gallo bailó dentro del círculo y voló fuera.

      Los aldeanos dejaron el ayuntamiento y Ovie quedó decidido de enterrar a su padre en la ciudad. Era costumbre para hijos e hijas yacer en descanso final en Godere. Sin embargo, estos hijos de ciudad discutían que desde que no todos los niños nacían en el pueblo, no era obligatorio que siguieran las reglas de los aldeanos.

      Ovie se dirigió a su tío, Mamus.

      ̶ Por favor, dime cómo nuestros distinguidos invitados van a soportar el pueblo. No hay hoteles, ni una sola casa de huéspedes para darles el mínimo de confort. Esos ridículos bichos invisibles casi me picaron a morir la primera vez que vine para fijar una fecha para el entierro de mi padre. Voy a darle a mi padre un entierro de alta sociedad. Será una ceremonia con gran estilo. Tío, ¿qué piensas?

      ̶ Ovie, ¿buscas mi consejo honesto? – Ovie desvió la vista – Lo supuse y ya sabes mi posición sobre el tema. Si hubieses sido responsable, hubieses construido un edificio que hubiese acomodado a tus amigos de la alta sociedad. ¿Sabes por qué los jóvenes están haciendo esto?

      ̶ Puedes decirme, no es como que vaya a tener mucho sentido.

      Mamus sacudió su cabeza.

      ̶ Te diré. Muchos hijos e hijas trabajadores de Godere tienden a construir mansiones en la ciudad y no ponen los cimientos de una casa en Godere. Los jóvenes llevan esta costumbre para convencer a la gente de construir casas en sus aldeas y construir propiedades de negocios que permitirán al pueblo desarrollarse como ciudad. Tu padre deseó por un pedazo de tierra para ser enterrado en la casa de su padre y como él quería, vamos a cumplir su deseo. Era su voluntad. Supongo que el confort no es la única razón para estos terribles espectáculos que estás haciendo. Hablas como un rey y actúas como un guardia de palacio ordinario, de lo contrario, ¡puedes posponer el entierro de tu padre hasta que construyas un gran hotel o motel! – Ovie miró a su tío con desdén y salió furioso del ayuntamiento.

* * * * * *

      El día del entierro, los jóvenes de Godere contrataron a un camión a Apele. Ovie había traído a la policía para cuidar el cadáver en la morgue. Los jóvenes iracundos encantaron a los oficiales de policía y recolectaron sus armas. Los hombres de la fuerza estaban estáticos mientras los jóvenes entraban a la morgue y se llevaban el ataúd.

      Pusieron el ataúd en un carro y liberaron a los oficiales de policía del hechizo. Les dieron a los oficiales cachetadas fuertes y patadas en las nalgas.

      ̶ Esta es una advertencia razonable de no entrometerse en las actividades de los jóvenes de Godere. Los dejaremos vivir. Es el día solemne del rito de funeral de nuestro hermano. Cuéntate entre los afortunados porque nuestra batalla no es contigo pero contra ese niño perdido del muerto – dijo el líder de los jóvenes. Hizo un movimiento amenazante y los oficiales de policía corrieron deprisa fuera de su alcance.

      Los jóvenes les dieron a los oficiales de policía miradas amenazantes antes de meterse en el vehículo. Los oficiales de policía corrieron a diferentes escondites hasta que se alejaron.

      El Inspector de Policía del pelotón era nuevo a la localidad. Sus jóvenes oficiales habían resistido la tarea de cuidar el cadáver pero él los había amenazado con sus trabajos.

      ̶ Oga, ahora ves lo que te habíamos dicho. Nadie se mete con los jóvenes de Godere. – dijo un Sargento. Saludó al Inspector de Policía. El Inspector limpió el sudor que caía en gotas por su frente.

      En muchas disputas, la comunidad de Godere estaba involucrada en pacificadores que no interfieren. Cualquier Comandante de Seguridad puesto en el áreasiempre aumentaba la presión para que le transfirieran. Cuando las situaciones iban mal, no era fácil restaurar la paz en la comunidad. Los pacificadores siempre se quedaban en los alrededores de la comunidad. Temían que el choque entre comunidades pudiera destruirlos de la noche a la mañana si se quedaban en sus cuarteles temporales.

      Los jóvenes condujeron a la mansión de su pariente en Apele. Distribuyeron tiendas, sillas volteadas y mesas. Algunos de ellos llevaban las comidas y bebidas. El entierro tuvo lugar en Godere.

      Ovie estaba furioso ante el giro de eventos. Golpeó la pared con su mano.

      ̶ ¡Maldición! No puedo creer que se llevaron tan fácilmente el cuerpo de mi padre – su amigo lo sostuvo por el hombro.

      ̶ Su potencia era más poderosa, Ovie, déjalo ser. Permite que el alma de tu padre finalmente encuentre paz. Has perturbado su cuerpo lo suficiente. Creo que deberíamos ir al pueblo y disculparnos.

      Ovie apartó su mano.

      ̶ Dave, te preocupas por cosas pequeñas. Mi padre no ha sido enterrado, no se atreverían.

      ̶ ¿Estabas sordo cuando el tío Mamus dijo que presenció el entierro? ¿Estabas ciego cuando nos mostró fotos de la ceremonia? Ovie entiende esto, han puesto a tu padre en el suelo y lo cubrieron de tierra. Se ha terminado.

      ̶ No, no se ha terminado. Vamos a exhumar su cuerpo y a enterrarlo donde pertenece.

      ̶ Creo que has enloquecido. Está haciendo mucho calor – Dave fue a la barra y se sirvió un vaso de jugo con cubos hielo.

      ̶ No lo estoy. De todas formas lo estaré. Enloqueceré si no hago lo correcto por mi padre.

      ̶ Olvídalo Ovie, tu padre está descansando pacíficamente en Godere. Iremos y nos disculparemos.

      ̶ Obtendremos su cuerpo. Vamos, Dave, tenemos que hacerlo. Prometiste que me apoyabas en esto.

      ̶ Pues, he llegado a mi límite con ese juramento desinteresado que hice, no cuentes conmigo en esto – Dave tomó un sorbo de su jugo.

      ̶ Puedes tomar el primer vuelo de vuelta a la ciudad – dijo Ovie –. Lo haré yo mismo – Dave levantó una ceja.

      La madre de Ovie entró.

      ̶ No harás tal cosa. Hijo, ¿qué te sucede? ¿Así es como tu padre y yo te criamos? Por Dios, ¿qué te ha pasado? Detén esta locura por favor.

      Ovie apuntó a su madre.

      ̶ Eres una traidora por ir a su entierro en Godere. Quédate fuera


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