Educación, arte y cultura. Juan Sebastián Ariza MartínezЧитать онлайн книгу.
a la religión y las obras a favor de la comunidad. En 1825, siendo rector del Rosario, también fue elegido canónigo doctoral de la Catedral de Bogotá, y cuatro años después fue vicario general del arzobispado; esta experiencia le sirvió para avanzar en la jerarquía eclesiástica hasta ser consagrado obispo. En 1834, luego de haber permanecido vacante esta sede durante varios años, asumió el obispado de Cartagena, su ciudad natal, donde permaneció hasta su muerte, el 19 de marzo de 1849.
Durante el tiempo que permaneció allí, trabajó por la apertura de estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar de Cartagena, realizó visitas pastorales para identificar las necesidades de los miembros de las parroquias que estaban bajo su jurisdicción y organizó cofradías parroquiales para ayudar a los más necesitados, además de fomentar la apertura de escuelas primarias y cementerios en la ciudad.20 En su honor y en agradecimiento por el servicio que prestó al Colegio del Rosario y a la nación, en el Aula Máxima se conserva un retrato de ‘el cura de Mompox’, uno de los clérigos revolucionarios y patriotas de la historia de Colombia.
José Joaquín Ortiz. Grabado: Papel Periódico Ilustrado. Publicación impresa. N.° 28, año 2, p. 49. 1 de octubre de 1882.
Notas
* Magister en historia de Universidad Andina Simón Bolívar (Sede Ecuador) e historiador con mención en antropología de la Universidad del Rosario. Actualmente se desempeña como profesor de cátedra y miembro del grupo de investigación Crimen, mente y cuerpo en la Nueva Granada, de la Universidad del Rosario, y como investigador de la Biblioteca Virtual del Banco de la República.
1 Michel de Certeau, La invención de lo cotidiano. Tomo 1 (México: Universidad Iberoamericana, 2007), 43-44.
2 Joaquín Durán y Díaz, Estado General de todo el Virreynato de SantaFe de Bogota (Santafé: Imprenta de Antonio Espinosa de los Monteros, 1794).
3 Daniel Gutiérrez, “Las querellas de Mompox: subordinación estratégica, e invención historiográfica de la independencia absoluta, 1805-1811”, Historia y sociedad, n. 23 (2012): 112-13.
4 Museo Santa Clara, “El púlpito como campo de batalla”, Museos Colonial y Santa Clara, 25 de julio 2019, http://www.museocolonial.gov.co/programacion/calendario-actividades/Paginas/04_inauguraci%C3%B3n_expo_bicentenario_Santa_Clara.aspx
5 Catalina Muñoz Rojas, “Una aproximación a la historia de la lectura en la Nueva Granada: el caso de Juan Fernández de Sotomayor”, Historia Crítica, n. 22 (2001): 113.
6 Iván Darío Toro Jaramillo, “Clero insurgente y clero realista en la Revolución colombiana de la Independencia”, Anuario de historia de la Iglesia, n. 17 (2008): 119-136; Amanda Caicedo Osorio, “La rebelión de las sotanas o el camino al infierno: el clero neogranadino en la independencia”. En Historia que no cesa. La independencia de Colombia, 1780-1830, editado por Pablo Rodríguez (Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2019), 149-62.; Julián B. Ruiz Rivera. “Clérigos americanos en las cortes de Cádiz”. En Cádiz y los procesos políticos iberoamericanos, editado por Jorge Giraldo Ramírez (Medellín: Fondo Editorial Universidad EAFIT, 2013), 47-66.
7 En la redacción de esta constitución también participaron los rosaristas Manuel Rodríguez Torices y José Fernández Madrid. Respecto a la Constitución de Cartagena, véase Estado soberano de Cartagena, Constitución política del Estado de Cartagena de Indias: expedida el 14 de junio de 1812 (Cartagena: s. e., 1812).
8 Caicedo Osorio, “La rebelión…”, 159.
9 Domingo Esquiaqui, Manuel de Anguiano, Manuel, Fernández de Sotomayor, Fernando Pernett, “Edicto para hacer un reconocimiento al Rey Fernando VII” (Cartagena: s. e., 1815).
10 Patricia Cardona Zuluaga, “Creer en la Independencia. El catecismo o Instrucción popular de Juan Fernández de Sotomayor”, Araucaria. Revista Iberoamericana de filosofía, política, humanidades y relaciones internacionales, 17, n.° 34 (2015): 401.
11 Renán Silva, “El nacimiento trágico del político moderno en Colombia: Francisco José de Caldas (1768-1816) y otros tantos como él”. En 1816: el terror y la sangre sublime, editado por Rodrigo de J. García Estrada y Juan Felipe Córdoba-Restrepo (Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2016), 209-13.
12 Juan Fernández de Sotomayor y Picón, Catecismo o instrucción popular (Cartagena: Imprenta del gobierno por Manuel González y Pujón, 1814).
13 Ibíd.
14 Archivo Histórico Universidad del Rosario (en adelante, AHUR). Caja 10. “Expediente de reclamo de Juan Fernández de Sotomayor y Picón por deuda de mil pesos al Colegio Mayor del Rosario”, 1831. ff. 131 r.-142 r.
15 AHUR. Caja 91. “Escritura de arrendamiento de la hacienda ‘El Colegio’”. ff. 674 r. -687 v.
16 AHUR. Caja 91. “Expediente sobre venta de una casa en el barrio la Catedral de Bogotá”, ff. 413 r. - 419 r.
17 AHUR. Vol. 23. “Carta donde Jorge Vargas informa al rector Juan Fernández de Sotomayor, sobre la apertura de la clase de medicina”, 1831. f. 186 r.
18 Cardona Zuluaga, “Creer en la independencia…”, 404.; Javier Ocampo López, El cura Juan Fernández de Sotomayor y Picón y los catecismos de la Independencia (Bogotá: Universidad del Rosario, 2010).
19 Juan Fernández de Sotomayor, “Nos el D. Juan Fernandez de Sotomayor, provisor i vicario jeneral i gobernador del arzobispado por el ilustrisimo Sor. D. Fernando Caicedo dignisimo arzobispo en su santa pastoral visita” (Bogotá: s. e., 1830).
20 Ocampo López, “El cura…”.
una aproximación a la vida de José Joaquín Ortiz Rojas (1814-1892)
Sergio L. Mahecha Jaimes*
El siglo XIX supuso para la América Hispana un periodo de profundos cuestionamientos en torno a la identidad americana. Guerras civiles, debates sobre la mejor forma de gobernanza para las nacientes repúblicas y la pregunta por la educación adecuada para los nuevos ciudadanos, entre otros, constituían el variopinto temario de la realidad de entonces. Además, fue un periodo fértil para la prensa, aliada estratégica durante los procesos independentistas, y que se representaba ahora como la herramienta por antonomasia para el progreso y la obtención de las luces de la razón. Este espíritu decimonónico fue el que invadió la vida del poeta, político y maestro tunjano José Joaquín Ortiz Rojas. Hijo del bugueño y entonces abogado de la Real Audiencia José Joaquín Ortiz Nagle y de doña Isabel Rojas Medina, Ortiz nació en Tunja el 10 de julio de 1814.1 En ese entonces, la Nueva Granada vivía un periodo crítico de su historia política. Tras la expulsión de buena parte de las autoridades españolas en 1810, se dio paso a la lucha entre centralistas y federalistas por la instauración de un modelo político para regir a la naciente república. Esas guerras intestinas precipitaron a la Primera República al fracaso y facilitaron la restauración del dominio peninsular en el territorio, a cargo de Pablo Morillo, en 1815.2
Cuando el general español llegó a Santafé en 1816, se inició una persecución contra todo colaborador que hubiese participado en los acontecimientos de 1810. La familia Ortiz, que se había trasladado a la capital, no quedó exenta de la represión. En una noche de mayo de 1816, un oficial español irrumpió en la casa de los Ortiz y se llevó al padre para encarcelarlo. Ortiz Nagle había participado en las