El cerebro XX. Lisa MosconiЧитать онлайн книгу.
todas las posibilidades de detectar la enfermedad a tiempo. Al ver que las dos hermanas menores de mi abuela también desarrollaron alzhéimer y su hermano no, mi determinación se intensificó. Ahora vigilo a mi madre para detectar cualquier advertencia, aunque me reconforta saber que se alimenta sanamente y practica yoga a los setenta y seis años. Puesto que soy una mujer de edad madura, también me preocupa mi propio riesgo; y como madre quiero asegurarme de que mi hija tenga respuestas, opciones y soluciones.
Como científica, he dedicado mi carrera al cuidado médico preventivo para mantener la función cognitiva, para que éste tenga la relevancia en la salud femenina como una mamografía, el Papanicolaou y la colonoscopía. Busquemos un futuro en el que exista igualdad en la evaluación y el tratamiento de la salud, que contemple nuestro cerebro y que nos brinde esperanza.
Cuidar del cerebro XX
El cerebro XX revela cómo los dos poderosos cromosomas X que distinguen a las mujeres de los hombres tienen un impacto en nuestros órganos reproductores y, debido a que interactúan con el resto de nuestra composición genética, entorno y estilo de vida, también influyen en todos los aspectos de nuestra salud, principalmente en nuestro cerebro.
Como mujeres experimentamos brechas salariales, de poder y de representatividad, pero también nos enfrentamos a una brecha en el conocimiento de nuestra propia salud, tanto a nivel colectivo como individual. Es momento de rectificar esta problemática y de abordar nuestros síntomas y preocupaciones en lo relativo a nuestro cerebro y nuestro cuerpo como un todo. Queremos que nuestra expectativa de vida cognitiva coincida con nuestra expectativa de vida en general (no podemos esperar hasta que aparezcan señales de deterioro cognitivo). Ahora es el momento de ser proactivas.
El objetivo de este libro es ofrecer a las lectoras estrategias que le darán al cerebro femenino exactamente lo que necesita para superar cualquier dificultad y desarrollarse. Estas recomendaciones han surgido de muchos años de investigación clínica e interacciones con mujeres y hombres en distintos niveles de aptitud cognitiva: algunos poseían una memoria perfecta y una capacidad de atención impresionante, otros a veces olvidaban nombres y detalles, y se preocupaban de que su memoria no fuera tan buena como antes; otros ya sufrían deterioro cognitivo o demencia. Tras observar las vulnerabilidades potenciales en las mujeres y los factores que diferencian al cerebro femenino del masculino, he diseñado un programa específico para maximizar el poder cognitivo de las mujeres y proporcionar las prácticas necesarias para mantener este autocuidado a lo largo de toda la vida.
Las estrategias que detallaré están diseñadas para mejorar la agudeza mental, la memoria y las habilidades cognitivas, y reducir el riesgo de alzhéimer, especialmente en mujeres. Asimismo, abordaré muchas condiciones médicas comunes que afectan a mujeres de todas las edades como desequilibrios hormonales, diabetes, obesidad y cardiopatías, ya que también tienen un impacto en la salud de nuestro cerebro. Estas prácticas son esenciales para cualquier mujer que desee maximizar su salud cognitiva, sin importar su edad.
Por fortuna, nunca es demasiado tarde para cuidar de ti misma. No importa cuándo decidas empezar, los beneficios a nivel científico son innegables. Al mejorar nuestras decisiones personales nos desharemos de los gastos y efectos secundarios que generan los medicamentos “milagrosos”, de la resignación con que parecemos aceptar nuestra supuesta “desventaja” genética y de sucumbir a tratamientos invasivos o cirugías.
El programa de prevención especializado requiere tres pasos básicos:
1 Entender cuándo y por qué el cerebro femenino está en riesgo de sufrir daños a medida que envejecemos.
2 Evaluar cuidadosamente nuestros factores de riesgo.
3 Aplicar este conocimiento a nuestra vida cotidiana cuando decidimos proteger nuestro cerebro, nuestro cuerpo y nuestra preciada vitalidad de un eventual daño.
Para tal fin, el libro se divide en tres partes:
Parte 1. Asimilar: la investigación detrás de la práctica proporciona los elementos fundacionales necesarios para entender cómo funciona el cerebro femenino, sus desafíos, amenazas y oportunidades de optimización. Aquí comparto descubrimientos de mis propias investigaciones y mi experiencia como científica y mujer.
Parte 2. Actuar: realizarse pruebas describe los procedimientos clave de diagnóstico necesarios para optimizar la salud cerebral y prevenir enfermedades en mujeres, con un enfoque particular en el proceso de detección. Tomaremos en cuenta que cada mujer es distinta, por lo que identificar las causas de fondo de tus propios riesgos y síntomas es clave para diseñar el mejor plan de tratamiento para ti. ¿Qué es lo que necesitas saber para cuidarte de forma más eficiente?, ¿qué pruebas son realmente valiosas y qué miden exactamente?, ¿cómo defines tus “valores de referencia”?, ¿cuáles son tus factores de riesgo personales y cómo puedes trabajar con tu médico para abordarlos?
Parte 3. Tomar el control: optimiza tu salud cerebral, minimiza tus riesgos ofrece recomendaciones (basadas en evidencia científica) diseñadas para controlar el riesgo que mejoran y protegen el rendimiento cognitivo en las mujeres. Abordaremos la amplia gama de síntomas que comúnmente reportan las mujeres mayores de treinta años, incluyendo cansancio, insomnio, cambios en el estado de ánimo y estrés; entre éstos se encuentra el olvido, un tema que examinaremos a detalle. También hablaremos sobre las transformaciones corporales que pueden derivar en aumento de peso, resistencia a la insulina y un mayor riesgo de padecer algunas cardiopatías, centrándonos en las pérdidas hormonales y el inicio de la menopausia. Evitaremos la información confusa y contradictoria que sobre temas de salud ofrecen los medios digitales y nos basaremos en los estudios más recientes sobre la medicina del estilo de vida, incluyendo el cuidado médico, nutrición, los suplementos alimenticios avalados científicamente y las soluciones de ejercicio, sueño y reducción del estrés que funcionan mejor.
Entender cuál es el momento en que una mujer se vuelve vulnerable por primera vez nos permite determinar cuándo necesita hacer cambios y cuáles son los más efectivos para reducir el riesgo y preservar la función cognitiva. Éste es un mapa de ruta que podrás seguir hacia el camino de una salud cerebral óptima y duradera que te aleja de enfermedades cerebrales como el alzhéimer. Ya sea que tu meta sea estimular tu capacidad intelectual a largo plazo, sentirte más tranquila y feliz, tener más energía o mejorar tu calidad de sueño, minimizar la pérdida de memoria o eliminar el riesgo de padecer demencia, confío en que seguir estos sencillos pasos ayudarán a tu cerebro a mantenerse en su máxima capacidad en los años venideros.
Como lector, quizá seas un hombre que también se preocupa por las mujeres (tu madre, hermanas, tu pareja, tus amigas o tus hijas), o tal vez estés realmente interesado en la otra mitad de la población. Gracias, de verdad, por preocuparte. Aunque este libro está dirigido a las mujeres y habla sobre ellas, en realidad nuestra misión de promover el cuidado de la salud femenina nunca será posible sin la ayuda de los hombres. Esto no se trata de una lucha de mujeres contra hombres, de mujeres sin hombres o de mujeres en lugar de hombres. Al contrario, se trata de entender a las mujeres en un contexto más amplio. El cerebro de cada mujer necesita el alimento, el descanso y el ejercicio adecuados, pero no es ninguna revelación que también requiere empatía, amor y apoyo de los hombres (y de otras mujeres) a su alrededor.
PARTE 1
Asimilar: la investigación
detrás de la práctica
Capítulo 1
Los mecanismos internos
del cerebro femenino
John Gray, en su éxito comercial Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus, acuñó esta conocida metáfora que habla de la fascinación de la ciencia popular en torno a las diferencias psicológicas entre los hombres y las mujeres. Existen innumerables rutinas de comedia que disfrutan burlarse de esta famosa batalla entre los sexos. Si eso quisiéramos, podríamos unirnos a esta tendencia al imaginar un cerebro femenino que consistiera de zonas como el nodo de comer chocolate, la glándula del chisme, o la desbordada región de hijos-matrimonio. Por supuesto, nuestras contrapartes masculinas tendrían su propia colección de áreas igualmente satirizadas, incluyendo un par de glándulas de herramientas eléctricas,