Decadencia. Adrian AndradeЧитать онлайн книгу.
me quedaré con los brazos cruzados. Jed y Keene elijan sus mejores armas y pónganse sus chalecos, iremos a esa base acuática y buscaremos la manera de parar ese tornado; Sharon y Myra verifiquen nuestra seguridad, analicen cualquier brecha posible para acceder a la central; Leith necesitó que rastrees las coordenadas exactas de la base y Nathan, intenta contactar al Black-Ghost creando un canal alternativo.
—¿Nos iremos en la lancha? —preguntó Jed.
—En efecto.
Warwick salió del edificio acompañado de sus agentes operativos quienes juntos descendieron por la costa para treparse a una lancha ligeramente motorizada y tomar rumbo hacia la base acuática para detener este fenómeno artificial.
Pasaron unos minutos y Leith reportó las coordenadas del sitio acuático referido el Grey Site de acorde al historial hackeado. El procesador mostraba que la base se caracterizaba por una extensa gama de estudios, experimentos y programas climatológicos. En letras rojas se remarcaba sus cuarenta años de inactividad debido a la contribución accidental de una tormenta eléctrica devastadora.
—Finalmente usaremos los trajes impermeables y tanques de oxígeno —vaciló Keene para propagar entusiasmo.
—Nathan has logrado contactar al Black-Ghost —preguntó Warwick a través del micrófono en su oído.
—Todavía no, General —se escuchó con interferencia.
—Sigue intentando.
—Comandante —distrajo Keene para calmar la tensión— ¿qué opinas sobre nuestro futuro presidente?
—Tú al igual que todos saben que no me gusta hablar de política.
—Con su permiso Comandante Hawthome, pero debe sentir algo para haber encarrilado a los ciudadanos a votar por él.
—Sólo seguimos ordenes Keene, nada más. Te recomiendo te concentres en el Grey Site porque en el peor de las circunstancias, podría no haber nueva presidencia al final de cuentas.
—¡Hasta que te cierran la boca!
—¡Cállate Jed!
Para su ventaja, el Grey Site se encontraba a una hora de navegación. El Comandante Hawthome sentía miedo de que la amenaza fuera letal. Aun así debía adentrarse y descubrir quién o quiénes estaban detrás de esta arma climatológica que ponía en gran riesgo al Escuadrón Beta.
V
Fue un milagro que el piloto James haya aterrizado el helicóptero; para su suerte, los tres pasajeros habían sobrevivido excepto el desafortunado de Hank quien había salido disparado en el aterrizaje forzoso. Sin olvidarnos de Elder ya que comenzaba a entre abrir los ojos.
El impacto sucedió cerca de una carretera desértica a un lado del redondo gran Mono Lake. El piloto fue el primero en levantarse y salir, mas no pudo sostenerse por mucho porque sufrió un altibajo y azotó en cuanto pisó el exterior.
Marcus se lanzó como el segundo para levantarlo de la tierra caliente y lo recostó cerca de la sombra proporcionada por lo que quedaba del transporte.
Tyson sostenía con más fuerza a Elder por el miedo a dejarlo caer conforme se dirigía a la salida. En cuanto a Theresa, la única mujer, se limpiaba la sangre del rostro con sus prendas. Al parecer, ella había sido la única golpeada por la camilla deslizante.
Algunas botellas de agua lograron mantenerse intactas las cuales fueron tomadas con sumo placer tras el malgaste físico y el intenso calor.
El sol se había puesto agresivo en los últimos años y eso que el Calentamiento Global había sido “controlado” y los huecos en la Capa de Ozono habían sido “cubiertos”. Estas temáticas no formaban parte del trabajo de los tres doctores científicos, sólo muy de vez en cuando la discutían.
Sus especialidades recaían en investigaciones sobrenaturales o de naturaleza alienígena, en este caso: humanoide. Desde temprana edad se habían dedicado al estudio de tales eventos en busca de respuestas y soluciones para respaldar e innovar la tecnología con el uso de la genética. No tanto a las armas biológicas sino al mejoramiento de la calidad humana dentro de su contexto global.
Detectar la nave de Elder no fue difícil gracias a una tecnología compartida con el Ejercito Americano. Ésta revelaba brechas en la atmosfera, niveles de temperatura inusuales en la Capa de Ozono u otros elementos, pero por alguna razón siempre llegaban al sitio de impacto encontrando sólo cenizas o a veces sólo partes en llamas. Como si alguien o un grupo estuviera pendiente de borrar esta clase de evidencia.
El Sector Cero era el único sitio autorizado por una división ultrasecreta dentro del mismo Gobierno Americano, con el objetivo de investigar este tipo de anomalías o especímenes, por tanto, los otros eran unos estafadores laborando de manera no autorizada.
Afortunadamente habían dado con una fuga de información gracias a una persona con la cual no se necesitó de suficiente persuasión sino de un precio imposible de rechazar.
Desconocido e inexistente en los sistemas y bases de información, el Sector Cero fue creado también con el propósito de restringir la evidencia del resto del mundo y encontrar las posibles respuestas sobre los sucesos extraordinarios.
Marcus estuvo presente en la creación de dicho sector, sirviendo como practicante en los primeros años hasta ganarse una reputación favorable. De forma casual fue subiendo de puesto hasta consolidarse como el encargado de las instalaciones.
El Sector Cero se ubicaba enterrado en alguna parte del desierto de Nevada. Nadie en lo absoluto sabía de su existencia, excepto por los que vivían y trabajaban dentro del sitio. Además las temperaturas impredecibles del desierto facilitaban encubrirlo de los radares globales como de cualquier personal no autorizado.
—¡Despierta James! —exigió Marcus.
—¿Qué sucede? —respondió el piloto con la garganta reseca.
—¿Puedes reparar el helicóptero?
—¡Estás ciego! ¡El motor está destrozado!
—¡Debemos encontrar una solución! —interrumpió Tyson— ¡Dónde carajos estamos!
—Cálmese Dr. Finch, por lo menos está la carretera —señaló Theresa.
—El lago me es familiar —agregó Marcus.
—Es el Mono Lake —intervino el piloto—. Si no me equivoco, estamos entre California y Nevada.
—Debemos comunicarnos con el Sector Cero —dijo Marcus reconociendo la zona.
—¡Y cómo lo va a hacer! ¡La radio se averió y el técnico salió volando!
—¡Dr. Finch, respiré hondo —insistió la doctora—, desesperarse no sirve de nada. Debe haber otra forma de transmitir —volteó a mirar a Elder—. El humanoide no sobrevivirá bajo estas condiciones si nos quedamos nomás con los brazos extendidos.
—Podríamos robarnos un carro, pero dejar a las personas en medio del desierto no es ético, pero no nos queda de otra —agregó Marcus.
—Pero no sabemos cuánto tiempo pase para que transite uno, no tenemos un dispositivo para este tipo de emergencias.
James se levantó del suelo tras escuchar la sugerencia de Tyson, acordándose del receptor escondido debajo de los controles de navegación, insertado en secreto para casos como estos. Con prontitud se aventuró a la cabina y lo activó al remover algunas partes del asiento quebrado.
—Problema resuelto —explicó el piloto—, acabo de presionar un botón debajo del volante para transmitir nuestra posición. Si no me equivoco, deben estar en camino.
Los doctores se relajaron y sonrieron por la buena noticia. El piloto James se regresó a la cabina para ponerse a revisar si había otra cosa funcional. Los doctores Marcus y Theresa guardaron distancia al encaminarse al Mono Lake.
El