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Viviendo Sobrio. Anonimo Читать онлайн книгу.

Viviendo Sobrio - Anonimo


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encontrado multitud de actividades útiles y provechosas, algunas más que otras. A continuación mencionamos dos, por orden de eficacia según nuestra experiencia.

      A. Actividades relacionadas con A.A.

      Cuando los miembros experimentados de A.A. dicen que “mantenerse activos” les ha resultado útil en su recuperación del alcoholismo, normalmente se refieren a su participación en actividades relacionadas con A.A.

      Si lo deseas, puedes hacer esto antes de decidir si quieres hacerte miembro de A.A. No necesitas permiso ni invitación de nadie.

      De hecho, antes de tomar cualquier decisión respecto a tu problema con la bebida, podría ser una buena idea pasar algún tiempo familiarizándote un poco con A.A. No te preocupes: solo el asistir a las reuniones de A.A. y observar lo que pasa no te va a convertir en alcohólico o en miembro de A.A., de la misma forma que sentarte en un gallinero no te convierte en gallina. Puedes hacer una especie de “simulacro” o un “ensayo general” antes de tomar una decisión en cuanto a “unirte”.

      Muchas veces, las actividades en que participamos al comienzo pueden parecer de poca importancia, pero los resultados demuestran que son de mucho valor. Podemos decir que estas cosas sirven para “romper el hielo”, porque nos hacen más fácil sentirnos cómodos con gente que no conocemos.

      Vas a ver que al terminar la mayoría de las reuniones de A.A., algunos de los asistentes se ponen a recoger las sillas, limpiar los ceniceros y llevar las tazas vacías al fregadero.

      Únete a ellos. Puede que te sorprenda el efecto que tales tareas, aparentemente de poca importancia, pueden tener en ti. Puedes ayudar a lavar las tazas y la cafetera, guardar la literatura, y barrer el piso.

      Ayudar a hacer estas pequeñas tareas no significa que te hayas convertido en el limpiador del local. Nada de eso. Por haberlo hecho muchos años y haber visto a otros compañeros hacerlo, sabemos que casi toda persona felizmente recuperada en A.A. ha pasado su tiempo encargada de los refrescos o de la limpieza. El hacer estas tareas nos ha producido resultados concretos, beneficiosos y normalmente sorprendentes.

      De hecho, muchos de nosotros no empezamos a sentirnos cómodos en A.A. hasta que no empezamos a ayudar a hacer estas simples tareas. Y nos sentimos aun más cómodos y más alejados de la bebida o de la idea de beber cuando asumimos la responsabilidad de hacer, de manera regular, una pequeña y determinada tarea, tal como traer los refrescos, ayudar a prepararlos y servirlos, servir en el comité de hospitalidad, u otros quehaceres. Sólo con observar a la gente llegarás a saber lo que hay que hacer para preparar la sala para la reunión de A.A. o para hacer la limpieza después.

      Por supuesto, nadie tiene que hacer tales cosas. En A.A. nadie se ve nunca obligado a hacer o no hacer alguna cosa. Pero estas simples tareas de poca importancia y el compromiso (sólo con nosotros mismos) de hacerlas diligentemente han producido en muchos de nosotros efectos inesperadamente buenos y siguen produciéndolos. Contribuyen a robustecer nuestra sobriedad.

      Al pasar más tiempo con un grupo de A.A., te darás cuenta de otras tareas que hay que hacer. Oirás al secretario hacer anuncios y verás al tesorero encargarse de la canasta de contribuciones. Servir en uno de estos puestos, cuando hayas acumulado algún tiempo sin beber (unos 90 días en la mayoría de los grupos), es una buena forma de ocupar el tiempo que solíamos pasar bebiendo.

      Si estas tareas te interesan, te será útil hojear el folleto “El Grupo de A.A”. en el que se explica lo que hacen los “oficiales” del grupo, y cómo se eligen.

      En A.A. no hay ningún miembro “superior” o “inferior” a otro. No hay clases, ni estratos ni jerarquías entre los miembros. No hay oficiales con poder para gobernar ni con autoridad alguna. A.A. no es una organización en el sentido usual del término. Es una comunidad de iguales. Todos se tratan de tú. Los miembros se turnan en hacer los trabajos de servicio necesarios para efectuar las reuniones del grupo u otras funciones.

      No se exige ninguna competencia profesional ni formación particular. Incluso si nunca te ha interesado unirte a ninguna asociación y nunca has servido como presidente o secretario de ningún organismo, puede que dentro del grupo de A.A. estas tareas te resulten fáciles de realizar, como lo son para la mayoría de nosotros, y producen en nosotros muy buenos resultados. Sirven para sentar una base sólida para nuestra recuperación.

      Ahora pasamos a la segunda clase de actividades que nos ayudan a mantenernos alejados de la bebida.

      B. Actividades no relacionadas con A.A.

      Es curioso, pero cierto, el hecho de que algunos de nosotros al dejar de beber parecemos sufrir de una falta temporal de imaginación.

      Es curioso porque, en nuestros días de bebedores, tantos de nosotros tenía­mos una imaginación casi increíblemente fértil. En menos de una semana, podíamos inventar más motivos (¿pretextos?) para tomarnos un trago que la mayoría de la gente inventa en toda su vida para justificar cualquier cosa. (Dicho sea de paso, como regla general, los bebedores normales, o sea los no alcohólicos, nunca se sienten obligados a utilizar ni utilizan ninguna justificación para beber o no beber.)

      Cuando ya no tenemos que darnos a nosotros mismos razones para beber, parece que nuestras mentes van a la huelga. A algunos de nosotros nos resulta imposible idear cosas que hacer sin beber. Tal vez es así simplemente porque no estamos acostumbrados a hacerlo. O tal vez la mente necesita pasar por un período de convalecencia tranquila al cesar el alcoholismo activo. Sea cual sea el caso, la torpeza es pasajera. Al cumplir un mes de sobriedad, muchos de nosotros notamos una clara diferencia. Con el paso de tres meses, nuestra mente se aclara aun más. Y durante nuestro segundo año de recuperación, el cambio es impresionante. Parece que disponemos de más energía mental que nunca.

      No obstante, durante ese tiempo inicial de sequía aparentemente sin fin, oirás a algunos decir: “¿Qué se puede hacer?”

      La lista que aparece a continuación para uso durante ese período es solamente para empezar. No tiene nada de emocionante ni de arriesgado, pero comprende diversas actividades en las que hemos participado para llenar estas primeras horas vacías cuando no estábamos trabajando o con otras personas no bebedoras. Sabemos que dan resultados. Hacíamos cosas como éstas:

      1 Caminar—especialmente a lugares a donde nunca habíamos ido, y por parques y por el campo. Paseos a paso mesurado, no marchas forzadas.

      2 Leer—aunque algunos nos poníamos bastante nerviosos si intentábamos leer algo que nos exigía mucha concentración.

      3 Ir a museos y galerías de arte.

      4 Hacer ejercicio—nadar, jugar al golf, salir a correr, hacer yoga u otro ejercicio según aconseje el médico.

      5 Ponerse a hacer tareas aplazadas—vaciar y limpiar ese cajón, clasificar esos papeles, contestar a algunas cartas, colgar retratos o hacer algo parecido que hayamos aplazado. Nos hemos dado cuenta de que es muy importante no hacer ninguna de estas cosas de manera exagerada. Hacer planes para limpiar todos los roperos (o todo el ático o el garaje o el sótano o el apartamento) puede ser bastante fácil. Pero después de dedicar al proyecto un día entero de trabajo físico, podemos acabar exhaustos, sucios, desalentados y sin terminar. Así que el consejo que nos damos unos a otros es: hacer planes de tamaño razonable. Para empezar, no te pongas a limpiar toda la cocina o poner en orden todos los archivos, sino tan sólo un cajón o una carpeta. Otro día puedes hacer otro.

      6 Probar un nuevo pasatiempo—nada muy caro ni que exija mucha dedicación; una actividad placentera en la que no tenemos que destacar o vencer, una diversión solamente para disfrutar de algunos momentos de recreo. Muchos nos hemos dedicado a hacer cosas que nunca habíamos soñado hacer, tales como el bridge, el macramé, la ópera, los peces tropicales, carpintería, hacer punto, béisbol, escribir, cantar, hacer crucigramas, cocinar, observación de pájaros, teatro aficionado, artesanía de cuero, jardinería, navegación a vela, guitarra, el cine, baile, canicas, bonsai, coleccionar alguna que otra cosa. A muchos ahora nos encanta hacer cosas que antes ni siquiera nos hubiéramos parado a considerar.

      7 Volver a probar un antiguo pasatiempo, excepto


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