Francisco Franco. Heinz DuthelЧитать онлайн книгу.
se sumaron sectores de la economía que consideraron al Régimen como un lastre y sectores de la Iglesia apoyan las reivindicaciones de los trabajadores y a la oposición. ETA y otras organizaciones terroristas también se convirtieron en un problema creciente.
El 14 de octubre de 1975 comienza su último deterioro físico, el 25 de octubre se le administra la extremaunción y, desde entonces, es mantenido vivo por su entorno intentado una solución sucesoria acorde con sus intereses. Franco muere, finalmente, el 20 de noviembre.
Tras su muerte, los mecanismos sucesorios funcionaron y Juan Carlos "aceptando los términos de la legislación franquista" fue investido rey, siendo aceptado con escepticismo tanto por los adeptos al Régimen como por la oposición democrática. Posteriormente, Juan Carlos desempeñaría "un papel central en el complejo proceso de desmantelamiento del régimen franquista y en la creación de la legalidad democrática".
Infancia y formación militar
Francisco Franco nació a las doce y media de la madrugada del 4 de diciembre de 1892 en el número 108 de la calle Frutos Saavedra de Ferrol (actualmente, calle María, situada en el casco histórico de la ciudad), en la provincia de La Coruña. El 17 de diciembre fue bautizado como Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo: Francisco por su abuelo paterno, Hermenegildo por su abuela materna y su madrina, Paulino por su padrino y Teódulo por el santo del día. Su padre, Nicolás Franco y Salgado-Araújo, (1855 - 1942, 87 años) era capitán de la Armada, llegando a ser intendente ordenador de la Marina (cargo equivalente a general de brigada), y su madre, María del Pilar Baamonde y Pardo de Andrade (1865 - 1934, 69 años) disfrutaba de una posición social parecida a la de su marido, hija del comisario del equipo naval de la plaza, provenía de una familia que también tenía una tradición de servicio en la Marina. Nicolás, el mayor de los hermanos, seguiría la tradición familiar como oficial de la Marina y diplomático. Su otro hermano, Ramón, fue un pionero aviador que llegó a ser muy conocido por sus hazañas aeronáuticas.
Francisco fue el segundo hijo varón de la familia. No nace en un hogar feliz, los caracteres contrapuestos de sus padres propician el desencuentro de la pareja desde los primeros momentos y acaba en ruptura.
Su padre, Nicolás, fue un hombre librepensador poco dado a los convencionalismos y, habiendo estado destinado en Cuba y Filipinas (en Filipinas tuvo un hijo natural al que reconoció antes de regresar a Ferrol), adquirió los hábitos del oficial de colonias: mujeriego, jugador de casino y aficionado a las juergas y farras nocturnas. Su madre, Pilar, era conservadora, extremadamente religiosa y muy apegada a los usos y costumbres de la burguesía de una pequeña ciudad de provincias. Ambos quedarían decepcionados mutuamente casi inmediatamente después de la boda. Nicolás no tardó en continuar con sus costumbres de oficial de colonias y Pilar se refugió en su religiosidad, resignada al cuidado de los hijos que fueron llegando. El comportamiento de su padre en casa fue autoritario rayando la violencia, siempre malhumorado no admitía que se le contradijese, y los cuatro hermanos, Francisco en menor medida dado su carácter retraído y apocado, sufrieron lo que hoy se consideraría malos tratos. Según el testimonio de su hija Pilar:
Nuestro padre era muy severo con sus hijos en todo lo concerniente a estudiar y cumplir con nuestra obligación. Pero no con palizas y misterios, como aseguran por ahí ciertos escritores sensacionalistas. Me gustaría saber de dónde han sacado tanta barbaridad. Han llegado a decir que en un momento de indignación mi padre quiso cortarle a Nicolás una mano con un cuchillo de cocina... Lo máximo que hizo fue darnos un par de bofetones a tiempo. Yo puedo atestiguar que a mí nunca me puso la mano encima. No porque no lo mereciese alguna vez. A mis hermanos sí, cuando las hacían demasiado gordas. Ahora se dice mucho que no se debe pegar a los niños, pero en aquella época era todo lo contrario; las palizas eran fuertes y frecuentes. ¡Vaya! Y recomendadas hasta por los maestros.
La madre, resignada siempre y de carácter bondadoso, se constituyó en el refugio de los cuatro hermanos, inculcándoles tenacidad y esfuerzo para progresar en la vida y ascender socialmente. Cuando su padre es destinado a Cádiz en 1907 y posteriormente en Madrid, la familia se rompe definitivamente. Ya en Madrid, Nicolás se unió a Agustina Aldana, una joven antítesis de su esposa, con ella vivió, junto con una ahijada sobrina de ésta, hasta que en 1942 le sobrevino la muerte. Sus hermanos visitaron poco a su padre, desconociéndose que Francisco lo visitara en alguna ocasión. Su padre siempre sintió predilección por sus otros hermanos y Francisco fue el que más fuertemente se refugió en su madre. Los caracteres que posteriormente lo identificaron: su desinterés por el sexo, su puritanismo, su moralismo y religiosidad, su alejamiento del alcohol y las farras, todo lo convierte en una antítesis de su padre y lo identifica plenamente con la madre.
En 1898, un acontecimiento histórico puede explicar parte de su rudimentario ideario político. La pérdida de Cuba representa la definitiva caída del que fuera el imperio español. Esto, en una época convulsa en la que frente a un liberalismo elitista no consolidado e inestable se intenta imponer el parlamentarismo democrático basado en el sufragio universal. En España, el siglo XIX estuvo presidido por un prolongado periodo de inestabilidad política y guerras civiles; los intentos liberales chocaron en todos los casos con la reacción del antiguo régimen y la Iglesia. Esta conflictividad política y social, junto con revueltas y guerras civiles, unido a las guerras coloniales, propició un sistema político corrupto e ineficaz en una España empobrecida, atrasada y con fuertes desequilibrios entre clases y regiones. A Franco, como al conservadurismo de gran parte del siglo XX, pudo serle fácil identificar la grandeza del imperio perdido, con los antiguos regímenes autoritarios, y el desastre de su pérdida, con las nuevas posiciones liberales.
En 1898 Franco cuenta cinco años de edad; la pérdida de Cuba habría pasado inadvertida para él de no ser por la reacción que suscitó en la sociedad española, que se prolongaría durante su infancia y primera juventud. La gran derrota naval se vivió en España como una humillación infligida por una nación emergente a una gran nación imperial. En los ambientes militares (y Ferrol era una ciudad con un fuerte componente militar y concretamente naval) y en parte de la población, la resistencia ofrecida por una flota obsoleta y mal pertrechada se consideró resultado del heroísmo de unos militares que lo dieron todo por la patria; y la derrota, producto de la irresponsable actitud de unos políticos corruptos que descuidaron a su ejército. El ejército, sin imperios de ultramar que defender, forzó, también como medio de lavar la derrota sufrida, las posteriores intervenciones en Marruecos, generalizándose en su seno un patriotismo exacerbado y un sentimiento de superioridad frente a la población civil, viendo en el afloramiento de los nacionalismos (principalmente el nacionalismo catalán, promovido por las elites catalanas que perdieron el mercado cubano) y en el fortalecimiento del pacifismo de la izquierda, elementos disolventes de la nación.
Franco en su infancia pudo ser blanco de las burlas y mofas de los otros muchachos por su corta estatura y voz atiplada. En la academia así fue, se conoce cómo en una ocasión le segaron el cañón del fusil quince centímetros y le obligaron a desfilar con él. Siempre se le conoció por un diminutivo: en la infancia, muy delgado y de aspecto enfermizo, le apodaron cerillito y en la academia: Franquito, teniente Franquito, comandantín,... Todavía en 1936 cuando el general Sanjurjo reprochó su falta de decisión frente al levantamiento, lo haría en estos términos: «Franquito es un cuquito que va a lo suyito», siendo apodado por los confabulados, cansados de sus vacilaciones, "miss Canarias 1936". En sus memorias, Manuel Azaña también terminará llamándole Franquito.
Según el testimonio de uno de sus compañeros de colegio «era siempre el primero en llegar y se ponía delante, solo. Esquivaba a los demás». Se reconoce en los hermanos una desmedida ambición, acrecentada en el caso de Francisco. Ambición que pudo verse fomentada por el entorno familiar.
Al cumplir 12 años, junto a su hermano Nicolás y su primo Pacón, entra en una escuela de preparación naval dirigida por un capitán de corbeta con la esperanza de, posteriormente, ingresar en la Armada. Su hermano logró en 1906 ingresar en la Escuela Naval de la Armada, pero él y su primo, al intentarlo el año siguiente, vieron negada tal posibilidad. Ese mismo 1907, a los 14 años de edad, junto a su primo, ingresa en la Academia Militar de Infantería de Toledo. Franco recordará con amargura su incorporación a la Academia al ser blanco de las (por aquél entonces inevitables)