Эротические рассказы

Arena Dos . Морган РайсЧитать онлайн книгу.

Arena Dos  - Морган Райс


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insensible, pues así será.

      En retrospectiva, creo que cada hora en el Hudson ha sido una batalla de vida o muerte.  No sé cómo podremos llegar a Canadá. Me sorprenderá poder sobrevivir los próximos días, o incluso los siguientes kilómetros en el agua. Sé que no tenemos muchas posibilidades. Abrazo fuerte a Bree, sabiendo que ésta puede ser nuestra última noche juntas.  Por lo menos moriremos luchando, sobre nuestros pies, y no como esclavas o prisioneras.

      “Tuve mucho miedo”, dice Bree.

      Su voz me asusta en la oscuridad.  Es tan suave, Primero me asombré de que hablara. Llevaba horas sin decier nada y pensé que estaba dormida.

      Volteo a verla y sus ojos están abiertos, mirando con miedo.

      “¿Qué te dio miedo, Bree?”.

      Ella mueva su cabeza y espera varios segundos antes de hablar.  Me doy cuenta de que está recordando.

      “Ellos me secuestraron.  Yo estaba sola. Después me subieron a un autobús y me llevaron en una embarcación. Todas estábamos encadenadas.  Hacía mucho frío, todas teníamos mucho miedo. Me metieron a esa casa y no creerías las cosas que vi. Lo que le hacían a esas otras chicas. Todavía escucho sus gritos.  No puedo sacarlos de mi mente”.

      Su rostro se arruga y empieza a llorar.

      Mi corazón se rompe en mil pedazos.  No puedo ni imaginar lo que ha pasado.  No quiero que piense en ello. Siento que quedará marcada para siempre y que es mi culpa.

      La abrazo con fuerza y le doy un beso en la frente.

      “Shhh”, susurro. “Tranquila. Eso ya quedó en el pasado. Ya no pienses más en eso”.

      Pero aún así, sigue llorando.

      Bree entierra su cara en mi pecho.  La arrullo mientras llora y llora.

      “Lo siento mucho, mi amor”, le digo. “Lo lamento mucho”.

      Quisiera poder borrar todo eso de su mente. Pero no puedo.  Ahora forma parte de ella. Siempre quise protegerla, cuidarla de todo.  Y ahora su corazón está lleno de cosas horribles.

      Mientras la mezo, quisiera que pudiéramos estar en cualquier otro lugar y no aquí.  Quisiera que las cosas fueran como antes.  Regresar el tiempo.  Volver a cuando el mundo era bueno. Volver a cuando teníamos a nuestros padres. Pero no podemos.  Estamos aquí.

      Y siento un desazón – estoy preocupada, sintiendo que las cosas empeorarán.

*

      Me despierto y me doy cuenta que es de día. No sé cómo puede ser tan tarde, ni cómo dormí tanto tiempo. Veo alrededor de la lancha y estoy totalmente desorientada.  No entiendo qué es lo que está pasando.  Nuestra embarcación está flotando a la deriva, en el Hudson, en medio del enorme río. Bree y yo estamos solas en la lancha.  No sé dónde están los demás y no puedo entender cómo llegamos aquí.

      La dos estamos en el borde de la lancha, mirando al horizonte, y veo que tres embarcaciones de los tratantes de esclavos vienen corriendo hacia nosotras.

      Trato de entrar en acción, pero siento que me atan los brazos por detrás. Volteo a ver a varios tratantes de esclavos en la lancha, y noto que me han esposado por detrás, y me sostienen por atrás. Lucho con todas mis fuerzas, no puedo hacer nada.

      Se detiene una lancha de los tratantes de esclavos y uno de ellos baja, una máscara cubre su rostro, sube a nuestra embarcación, se agacha y sujeta a Bree. Ella se retuerce, pero no puede contra él.  La levanta de un brazo y empieza a llevársela.

      “¡BREE! ¡NO!”, grito.

      Lucho con todas mis fuerzas, pero es inútil. Me veo obligada a estar ahí parada, mientras se llevan a Bree, pateando y gritando hacia su lancha. Su barco se aleja en la corriente, hacia Manhattan. Al poco tiempo, ya van lejos.

      Mientras veo a mi hermanita alejarse más y más de mí, sé que esta vez la perdí para siempre.

      Grito, es un grito sobrenatural, suplicando, llorando para que regrese mi hermana conmigo.

      Me despierto sudando.  Me incorporo como relámpago, respirando agitadamente, mirando alrededor, tratando de averiguar lo que ocurrió.

      Fue una pesadilla. Veo alrededor y Bree está acostada junto a mí; todos los demás están dormidos en la lancha. Fue un sueño.  Nadie ha venido. Nadie se ha llevado a Bree.

      Trato de recuperar mi respiración, mi corazón sigue palpitando fuertemente. Me incorporo y veo al horizonte y empieza a amanecer, hay una franja tenue en el horizonte. Miro hacia el muelle y veo a  Ben haciendo guardia sentado.  Recuerdo que Logan me despertó, recuerdo haber hecho guardia.  Después desperté a Ben, le di el arma, y tomó mi lugar. Debo haberme quedado dormida después de eso.

      Al mirar a Ben, me doy cuenta que se desplomó. Veo desde aquí, con la luz tenue de la aurora, que también está dormido.  Se supone que debería estar haciendo guardia.  Estamos indefensos.

      De repente, detecto movimiento, veo sombras en la oscuridad.  Parece que un grupo de personas o de criaturas, se acercan a nosotros. Me pregunto si mis ojos me están engañando.

      Pero después, mi corazón empieza a palpitar con fuerza en mi pecho, y mi boca se seca, al darme cuenta de que no es un truco de la luz.

      No estamos preparados.  Y la gente nos va a emboscar.

      CINCO

      “¡BEN!”, grito, sentándome.

      Pero es muy tarde.  Un segundo después, nos atacan.

      Uno ha tomado a Ben, derribándolo, mientras los otros dos saltan corriendo a nuestra lancha.

      La embarcación se mueve violentamente mientras toman posesión de nuestra lancha.

      Logan despierta, pero no a tiempo. Uno de los hombres va directamente hacia él, con el cuchillo en la mano y está a punto de hundirlo en su pecho.

      Reaccionan mis reflejos.  Me volteo, sujeto el cuchillo de mi cintura, me inclino hacia adelante y lo lanzo. El cuchillo vuela dando vueltas.

      Es un tiro perfecto. Se aloja en el cuello del hombre, un segundo antes de que apuñale a Logan. El hombre se derrumba, sin vida, encima de él.

      Logan se incorpora y arroja el cadáver, y cae en el agua, salpicando.  Por suerte él tiene la  entereza para quitarle el cuchillo antes de lanzarlo.

      Otros dos vienen a atacarme. Habiendo un poco más de luz, puedo ver que no son hombres, son mutantes. Mitad hombres, mitad no sé qué. Irradiados por la guerra. Son los Locos. Esto me aterra: esos tipos, a diferencia de Rupert, son muy fuertes, sumamente malos, y no tienen nada que perder.

      Uno de ellos se dirige a Bree y a Rose, y no puedo permitirlo. Me lanzo hacia él, derribándolo al suelo.

      Ambos caemos con fuerza, la lancha se mueve salvajemente. Veo a Logan por el rabillo de mi ojo, encima de otro sujeto, golpeándolo con fuerza y lanzándolo por la borda.

      Hemos detenido a dos de ellos.  Pero un tercero corre hacia nosotros. Al que derribé me da vueltas y me arrincona. Está encima de mí y él es fuerte. Llega por la espalda y me golpea con fuerza en la cara, y siento una punzada en mi mejilla.

      Pienso rápidamente: levanto una rodilla con fuerza y lo golpeo entre sus piernas.

      Es un golpe perfecto.  Gime y cae y al hacerlo, llego por la espalda y le doy un fuerte codazo en la cara.  Se oye un crujido cuando le rompo el pómulo y él se derrumba en la lancha.

      Lo lanzo por la borda al agua.  Fue un movimiento estúpido.  Debí haberlo despojado de sus armas primero.  El barco se balancea violentamente mientras su cuerpo se hunde.

      Ahora me dirijo al último, al mismo tiempo que Logan.

      Pero ninguno de los dos somos lo suficientemente rápidos.  Él pasa corriendo ante nosotros y por alguna razón, ataca primero a Bree.

      Penélope salta en el aire, y gruñendo, encaja sus dientes en su muñeca.

      Él la sacude


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