La narración de Arthur Gordon Pym . Edgard Allan PoeЧитать онлайн книгу.
fallecer su primera esposa, no deja herencia alguna para Edgar.
1835: Gracias a la intervención de Kennedy, Poe consigue trabajo en calidad de editor de la revista Southern Literary Messenger, en la que publica numerosas reseñas de libros, además de sus propios relatos y poemas, destacando joyas narrativas como «Berenice», «Morella» y «Hans Pfaal», para algunos críticos el primer relato «moderno» de ciencia ficción de la historia. En septiembre se instala en Richmond, adonde más tarde se trasladarían la señora Clemm y la joven Virginia. Comienza a beber en exceso.
1836: A la edad de veintisiete años, el 16 de mayo, Poe contrae matrimonio en Richmond con su prima Virginia Clemm, que aún no había cumplido los catorce.
1837: Tras abandonar el Messenger a causa de constantes disputas con el propietario de la publicación (en la que aparecerían en los meses de enero y febrero las dos primeras entregas de Arthur Gordon Pym), Poe se traslada con su esposa y la madre de esta a Nueva York y, más tarde, a Filadelfia, en busca de un empleo que se le resiste. En septiembre se publica «Ligeia» (que consideró siempre su mejor relato) y «El palacio encantado».
1838: Publica en julio su primera novela: La narración de Arthur Gordon Pym de Nantucket.
1839: Es contratado como editor de la Burton’s Gentleman’s Magazine, empleo que conservaría hasta junio del año siguiente. En septiembre se publica «La caída de la casa Usher», en octubre «William Wilson», y en noviembre «Morella».
1840: Se publica en Filadelfia, en dos volúmenes, la antología Cuentos de lo grotesco y lo arabesco, compuesta por veinticinco relatos ya previamente aparecidos en diversas revistas. Poe discute acerbamente con Burton, propietario de la Gentleman’s Magazine, y abandona la publicación, tratando de fundar su propia revista.
1841: En abril, Poe entra en el comité de redacción de la Graham’s Magazine, donde trabajaría hasta mayo de 1842, y en la que se publicaría, además de otros relatos, «Los asesinatos de la calle Morgue», para muchos el primer ejemplo como tal de relato detectivesco o de «raciocinio» («raciocination»), como Poe gustaba de denominarlos.
1842: En enero, Virginia muestra los primeros síntomas de tuberculosis tras la ruptura de un vaso sanguíneo mientras cantaba al piano. La enfermedad, entonces incurable, se iría agravando de manera paulatina e imparable para desmoralización y desesperación de Poe. En marzo conoce a Charles Dickens en Filadelfia, en un auténtico encuentro de ingenios[1]. En abril se publica «El retrato oval» y, tras haber roto con Graham, publica en The Ladies’ Companion «El misterio de Marie Rogêt».
1843: Poe comienza su etapa de conferenciante sobre cuestiones poéticas, alcanzando destacable fama y granjeándose el favor de numeroso público. Prosigue su andadura como colaborador en diversas revistas, publicando, entre otros, relatos como «El corazón delator», «El pozo y el péndulo», «Lenore», «El escarabajo de oro» y «El gato negro».
1844: Poe y su familia se trasladan en abril a Nueva York, donde consigue un empleo en el New York Evening Mirror. Publica numerosos relatos en diferentes revistas, destacando «El entierro prematuro», «La caja oblonga», «El ángel de lo estrambótico» y «La carta robada», una de sus narraciones más logradas.
1845: Poe publica en el citado periódico «El cuervo» («The Raven»), su poema más célebre, con el que logra un enorme éxito que le permite mejorar temporalmente su siempre maltrecha situación económica. En este año publicará relatos como «Conversación con una momia» y «El diablo de lo perverso». Compra y edita la revista Broadway Journal, que acumulaba deudas que el autor sería incapaz de sufragar. A causa del exceso de trabajo, las penurias económicas, y la creciente preocupación por la salud de Virginia, la suya propia se resiente, conduciéndolo al consumo excesivo de alcohol.
1846: La revista cierra el 3 de enero a causa de la ruinosa situación económica. Debido a la acumulación de problemas de toda índole, aumenta la ansiedad de Poe. Se traslada con su familia a Fordham, Nueva York. Publica «La barrica de amontillado» y el ensayo «The Philosophy of Composition».
1847: El 30 de enero, pese a los cuidados de años prodigados por su madre, y Marie-Louise Shew, amiga de la familia, además de por el propio Poe, fallece Virginia a causa de la tuberculosis. Es sabido que no había en la casa dinero para comprar leña con la que avivar el fuego de la chimenea, y que Virginia solo contaba con el abrigo de Edgar para taparse. El deceso culmina en una profunda depresión, en la que Poe se había ido sumiendo gradualmente durante el proceso de la enfermedad de su esposa. Comprensiblemente, ni siquiera el ganar un juicio por difamación por el que obtiene una suma de 250 dólares le procura consuelo. Con todo, publica obras como «El dominio de Arnheim» y «Ulalume».
1848: En incesante búsqueda de afecto y consuelo femenino, Poe se involucra en diversos galanteos personales y epistolares. En noviembre, tras un intento de suicidio mediante la ingesta de láudano (que fracasa gracias a su nula familiaridad con la sustancia, pese a la percepción popular de Poe como drogadicto), y verse aquejado de una congestión cerebral, el escritor, después de varios meses de cortejo, se compromete en matrimonio con la poeta Sarah Helen Whitman, quien accede a casarse con él a condición de que abandone la bebida, promesa que el escritor no fue capaz de mantener, por lo que su prometida cancelaría el compromiso un mes más tarde. Durante este año se publica Eureka y crece la fama de Poe como conferenciante: su disertación sobre «El principio poético» congrega en Providence a más de 2.000 asistentes.
1849: En los primeros meses del año, Poe publica «Mellonta Tauta» y compone el evocador poema «Annabel Lee», que saldría de la imprenta póstumamente. Viaja a diferentes lugares de la geografía estadounidense, y en agosto se dirige a Richmond para persuadir a Sarah Elmira Royster, su amor de juventud, entonces viuda, de que se case con él, compromiso que es posible que aceptara. Decidido a terminar con el problema de la bebida, se une a los «Sons of Temperance», una asociación que prohibía el consumo de alcohol y ayudaba a los adictos a la bebida. En septiembre, padeciendo de nuevo problemas de salud, el escritor viaja a Baltimore, donde, el 7 de octubre, es hallado inconsciente y tirado en una cloaca, en un estado lamentable, cerca de un centro electoral (ese día se habían celebrado elecciones en la ciudad; la explicación más difundida del episodio es la de que Poe, acompañado de un séquito de partidarios de una de las opciones políticas, los cuales le habrían inducido a beber, habría ido de oficina en oficina electoral para repetir el voto, práctica usual en el citado contexto. No obstante, dicha teoría no ha sido suficientemente probada). Trasladado al Hospital del Washington College, moriría sin recobrar el conocimiento por causa hasta hoy desconocida (posiblemente, una hemorragia cerebral). Sería enterrado en la Westminster Presbyterian Church de Baltimore.
[1] Véase al respecto el revelador artículo de Fernando Galván (2010a) consignado en la Bibliografía.
LA NARRACIÓN DE ARTHUR GORDON PYM DE NANTUCKET
PREFACIO
Hace unos meses, a mi regreso a los Estados Unidos tras mis extraordinarias aventuras en los mares del Sur y en otros lugares, de las que doy cuenta en las siguientes páginas, quiso la casualidad que me encontrase en compañía de varios caballeros de Richmond, Virginia, que sentían una enorme curiosidad por todo lo relativo a las regiones que había visitado y quienes no dejaban de animarme constantemente y casi de imponerme la obligación de hacer pública mi historia. Sin embargo, yo tenía varias razones para rehusar hacerlo; algunas de ellas eran de índole absolutamente personal y no atañen a nadie más que a mí, aunque otras no lo eran tanto. Una de las circunstancias que me frenaban era el hecho de que, al no haber llevado un diario durante gran parte del tiempo que estuve ausente, temía no ser capaz de escribir un relato lo suficientemente preciso y coherente como para que gozase de la apariencia que la verdad suele poseer basándome únicamente en mis recuerdos, exceptuando la inevitable exageración a la que todos somos propensos de manera natural cuando describimos en detalle acontecimientos que han excitado nuestra imaginación poderosamente. Otra de las razones era que, al ser los incidentes que debía narrar de una naturaleza tan asombrosa