Patrimonios migrantes. AAVVЧитать онлайн книгу.
y profesionales de las artes visuales, profesorado de Bellas Artes, gestores de museos y comunicadores institucionales, o bien estudiantes de Bellas Artes, Pedagogía, Magisterio, Filosofía, Historia del Arte, o Humanidades. Entre los participantes en nuestras iniciativas queremos destacar el papel esencial que adquieren los docentes de los distintos niveles educativos, así como todas aquellas personas que tanto desde la perspectiva educativa como desde el ámbito patrimonial están interesadas en analizar la situación de todos estos ámbitos, revisando lo que se ha hecho, y sobre todo alentando y gestionando nuevas propuestas de futuro. Queremos seguir alimentando estas iniciativas, colaborando con otras instituciones relevantes, evidentemente en el terreno universitario (grupos, departamentos e institutos de investigación), y por supuesto contando con asociaciones y entidades preocupadas por el patrimonio y la educación, como puedan ser ICOM-Unesco, Forum Unesco Universidad-Patrimonio, INSEA (International Society for Education Through Art), RIAEA (Redibercaedart), e incluso apoyando las iniciativas editoriales que se están llevando a cabo mediante publicaciones de libros y revistas. El patrimonio particular de la educación artística evoluciona y es migrante, lo cual nos puede servir para intercambiar ideas, para resolver cuestiones comunes, y también para fomentar las interacciones.
Desde el ICIE queremos convertir nuestros proyectos universitarios en fuente de recursos para los progresivos avances en materia de educación patrimonial. Tanto es así que también ha sido gracias al diploma de posgrado que ha surgido la iniciativa de crear AVALEM, la Asociación Valenciana de Educadores de Museos y Patrimonios, una realidad gestada en 2012 y que se convierte en un hito a nivel de asociacionismo entre profesionales de la educación patrimonial. Creemos que el modo de fomentar el desarrollo en humanidades parte de la necesidad de concretar conceptos y acciones. El diploma de Educación Artística y Gestión de Museos ha ayudado a promover la visibilidad de la formación universitaria especializada de los educadores en patrimonios, así como la figura profesional del educador en patrimonio. La trayectoria de las diferentes iniciativas (congresos, jornadas, cursos, conferencias, publicaciones, asociaciones) y la creación de conceptos e ideas novedosas configuran en realidad un auténtico respaldo universitario que viene evolucionando desde 1997 como una constante migración de acciones que van construyendo el peculiar patrimonio migrante generado por nuestros investigadores.
El concepto de patrimonios migrantes es el que hemos usado como eje vertebrador de nuestra aportación. A partir de ahora disponemos de un conjunto de contribuciones que ayudan a establecer un espacio de identificación para esta propuesta de orden patrimonial y educativo. Al usar el concepto como moneda de cambio en unas jornadas de investigación se postulaba su gestación. De este modo se convertía en una idea novedosa que servía como elemento integrador sobre el cual podíamos debatir para concretarlo y definirlo. Venía planteado como un ámbito capaz de incorporar y favorecer nuevas emergencias, especialmente desde la educación en artes visuales y la formación de educadores. La desubicación geográfica de los patrimonios se configura así como un valor a tener en cuenta, tanto en lo referido a objeto o sujeto patrimonial, como en la vertiente de la formación docente. Al promover el mestizaje de ideas y fomentar la integración de planteamientos las migraciones de creadores, de artistas y especialistas, los intercambios entre educadores y alumnado, así como las transiciones de saberes, constituyen un engranaje de gran vitalidad. El cambio y los expolios de patrimonios entre diferentes territorios, con ejemplos que podemos verificar en museos y colecciones de países colonizadores, serían otras cuestiones a tener en cuenta.
Desde los medios de comunicación se utilizan las imágenes como instrumento de transmisión ideológica, lo cual adquiere en nuestra memoria y nuestro imaginario un valor inusitado. Pero del mismo modo que los medios intensifican sus cambios, nuestro proceso de lectura de las imágenes evoluciona, y esta singladura de la diferente actitud que se va produciendo en nuestra mirada obedece, sin duda, a un tránsito de intereses entre lo que concebimos como propio y lo que rechazamos como extraño. Es decir, un mismo contenido cultural lo podemos asumir como patrimonio asimilable o bien excluirlo de nuestro bagaje familiar. La idea de crisis ha invadido muchos territorios desde su ámbito económico inicial, pero podemos rebelarnos y forjar nuevas miradas a la crisis para evitar que desde los propios medios se nos intenten justificar actitudes inaceptables.
Nuestra tarea consiste en desentrañar las definiciones tradicionales de ciertos conceptos patrimoniales. Al permitir nuevos espacios porosos, los tránsitos afloran desde la inseguridad del territorio particular, y se redescubren generando voces propias del trayecto como contenidos, en casos particularmente conocidos o en entornos que pueden descubrirse: los destierros, los robos de arte, las ventas millonarias de obras artísticas, las ocultaciones y las censuras, los silencios de los creadores afectados, las extradiciones y los abusos en momentos de crisis. Todo ello sin olvidar la inestabilidad del espacio virtual cuando intentamos definir su terreno geográfico. Planteamos la concepción del territorio como camino y del recorrido como prueba. Los tránsitos e itinerarios se convierten en otras tantas manifestaciones de la migración y de los senderos del arte, del patrimonio y de la educación artística.
TRÁNSITOS E ITINERARIOS ENTRE LAS DIFERENTES APORTACIONES
Este volumen contiene un conjunto de aportaciones mediante las cuales descubrimos algunos de los territorios que podrían enmarcar el concepto amplio de los patrimonios migrantes. He optado por ordenar esta secuencia atendiendo a los significados que postula cada uno de los textos aquí reunidos, de manera que se coordinan mediante aspectos conectados. Repasaré brevemente algunos de los argumentos, exponiendo así las cuestiones que han originado su ordenación.
Gracias al texto de Romà de la Calle titulado Transvisualidad y lenguajes migrantes en las poéticas artísticas de la globalización nos adentramos en la migración de los intereses que se han evidenciado en las últimas décadas dentro de los ámbitos de la estética, la filosofía y la creatividad en las artes. El autor hace un repaso a las líneas maestras por las que ha venido transitado lo que él llama las «estrategias funcionalmente comparativas que se propician comúnmente entre las artes y sus crecientes hibridaciones», llegando incluso a tantear la posibilidad «de dar la vuelta a la moneda y auspiciar la otra cara de la especificidad artística». Con esta predisposición a los cambios y las hibridaciones, el profesor De la Calle es capaz de intercalar en su relato factores de orden personal con argumentos que revelan las distintas opciones que se han venido sucediendo en las diferentes teorías que han tenido más impacto. Los cambios que se han producido han supuesto una evolución de las estrategias, de modo que si en los años sesenta y ochenta del siglo pasado dominaban todavía los parámetros unificadores y puristas, a partir de los años ochenta se inició una auténtica deriva «a favor de la interdisciplinariedad y de los planteamientos globalizadores». Con este nuevo argumento integrador se dio paso a las contaminaciones, los intercambios, los mestizajes, las relaciones y los diálogos, entrando así en una nueva etapa de «clara apetencia por los desplazamientos e hibridaciones».
El profesor Romà de la Calle utiliza tanto su experiencia personal como su implicación social (Huerta, 2012) en tanto que sujeto implicado, de manera que va hilvanando su aportación hacia lo que Umberto Eco denominó opera aperta, es decir, hacia la posibilidad de congregar tantas miradas válidas como posibles usuarios pudiese tener el texto artístico, con lo cual se pregunta dónde quedaba, de hecho, «lo migrante»: «Todo está ya en situación de apertura máxima, de recepción sistemática, de expansión ilimitada», remata. Implicados como estamos en lo que él denomina un tsunami socio-cultural, un efecto de cambio drástico que se impone entre las últimas décadas del XX y las primeras del XXI, se interroga sobre las exigencias a las cuales respondería este nuevo requisito, ya que «ni el arte, ni la ciencia, ni la filosofía, ni la religión marcan, por convención, sus respectivos límites, ni mantienen sus aislamientos». Romà nos anima, siempre desde un posicionamiento reivindicativo, pero evidentemente argumentando su postura con optimismo, a convertirnos «en seres propiamente migrantes, viajeros impenitentes de una geografía plural, teóricamente sin límites –mapa en ristre–, cruzando ámbitos complejos de interdisciplinaridad difusa.»
Esta misma geografía plural a la que alude el profesor de la Calle constituye el hilo argumental de las aportaciones de Roser Calaf, quien en su propuesta titulada Tránsitos en el paisaje y desplazamiento de bienes culturales hacia el museo elabora un suculento recorrido por posicionamientos innovadores