Educación en Colombia siglo XX. Entre cooperación y configuración. Nubia Cecilia Agudelo CelyЧитать онлайн книгу.
los demás niveles debían modificar pensum e intensidad horaria, así como aumentar la preparación de maestros. Según la misión, la educación primaria debería extenderse en particular a las zonas rurales y hacer uso de los medios modernos como la radio y películas educativas; además, construir escuelas, implementar transporte escolar, alimentación y servicio médico. Igualmente recomendó la adopción de un sistema “nuclear” predominante en otros sistemas educativos latinoamericanos, “[…] en este sistema, una escuela central está encargada de vigilar y administrar un grupo de escuelas más pequeñas, situadas en las regiones circunvecinas” (Birf, 1951, p. 630).
En cuanto a la educación vocacional, la misión sugirió establecer convenios entre el gobierno, las organizaciones de educación y la industria, para
6 Los cursos o especialidades que se ofrecían en estas escuelas eran: mecánica, fundición, herrería, soldadura, electricidad, plantería, sastrería, motores, trabajo en metales y electricidad, carpintería, ebanistería, zapatería, talabartería, tenería, tipografía, cerámica y dibujo industrial.
facilitar instructores, ayuda económica y espacios para la experimentación y el empleo, poniendo como ejemplo el caso de Estados Unidos con la utilización de técnicas para la preparación industrial en corto tiempo.
De acuerdo con lo anterior, fue evidente la inserción del discurso de la planeación en la educación que acompañó la organización del sistema educativo en los diferentes niveles justo cuando el país atravesaba por un proceso de expansión urbana, congruente con los problemas relacionados con el alto nivel de analfabetismo, las brechas entre la educación rural y la urbana, y el acceso desigual a la educación secundaria, entre otros. De esta manera, tomaron como referentes los desarrollos de otros países, que luego se vieron reflejados en la conformación de una identidad nacional.
[…] la institucionalización de la planeación en el país estuvo acompañada por la internacionalización de la educación nacional, con la adopción gradual de los lineamientos de la Unesco y el diseño, en 1949, de un programa nacional de desarrollo basado en el diagnóstico de la Misión Currie del Banco Internacional de la Reconstrucción y Fomento. Estos organismos internacionales dirigieron la mirada de los gobiernos nacionales hacia la dimensión cuantitativa de la educación, como los niveles de cobertura, de deserción y repetición, y la relación cuantitativa docente-alumno […] (Quiceno, Sáenz y Vahos, 2004, p. 145).
1.3.2 La Misión Economía y Humanismo.
Entre diciembre de 1954 y junio de 1956, permaneció en el país la Misión Lebret conformada por varios especialistas7 bajo el mando del sacerdote Louis Joseph Lebret, director de investigaciones del centro Nacional de Investigación Científica de París. A esta misión, se le encomendó estudiar las condiciones sociales, económicas y establecer las necesidades de la población, en particular las relacionadas con la educación. Por recomendaciones del Presidente de la República8 y del Comité Ejecutivo de Planeación, con el interés de aprovechar los recursos y lograr el desarrollo del país, se solicitó a la misión:
7 Alain Marie Birou, sociólogo, directordelaencuesta; Raymond Delprat, especialistaencoyuntura, director para Francia de Economía y Humanismo; Jean Labasse, especialista financiero; Pierre Etienne Viau, especialista en Pedagogía; Esteban Nagy, economista coyunturista, agrónomo Comité Nacional de Planeación; Jaime Beltrán, arquitecto urbanista; Héctor Morales, experto agrícola, especialista en educación vocacional agrícola; Alicia Lozano, dibujante; Luz Forero, dibujante; Celina Vautier, secretaria; Michelle Loewer, secretaria.
8 Alberto Lleras Camargo.
1. Que estudiara los niveles de vida popular de las poblaciones rurales y urbanas con el fin de deducir las necesidades de consumo y de dotación.
2. Que expusiera un diagnóstico de conjunto sobre la situación económica del país y dedujera de él las perspectivas que se debían considerar para una planeación racional.
3. Que analizara particularmente la situación y las necesidades educativas (Comité Nacional de Planeación, 1958, p. 7).
Figura 2. Informe Estudio sobre las condiciones de desarrollo
de Colombia (1958).
El informe de la misión, en su primera edición, se publicó en 1958 como, Estudio sobre las condiciones de desarrollo de Colombia. Fueron diez mil ejemplares, cada tomo con 443 páginas, a cargo de la Presidencia de la Repúblicayel Comité Nacional de Planeación. Enesteinforme, se incorporó la idea de la planificación educativa, que debía ser institucionalizada en entidades u organismos dirigidos por el Estado.
El informe, lo integra una parte preliminar, con cuatro capítulos: la población de Colombia; el ingreso nacional y su distribución por capas sociales; la estratificación social; y posición de Colombia entre los países desarrollados o en curso de desarrollo. Continúa el informe en cinco partes, de acuerdo con los objetivos de la misión, cada una de ellas integrada por capítulos. Se relacionan apartes pertinentes del documento:
La primera parte, “Análisis de los niveles de vida rurales y urbanos de Colombia”, expuso en ocho capítulos, el proceso diagnóstico y la aplicación de la encuesta rural, por parte del equipo de la Misión Economía y Humanismo. Esta encuesta, fue una adaptación de un instrumento construido para los países europeos, denominada “Diagnóstico rápido de una localidad rural”, que ya había sido aplicada en el Brasil. A partir del tercer capítulo se presentó el diagnóstico de la misión para el sector rural y urbano.
El diagnóstico efectuó recomendaciones para cada ministerio. En cuanto a la cartera de Educación Nacional, en relación con las poblaciones rurales, recomendó la enseñanza de la higiene, la moral sexual y familiar, multiplicar
escuelas de enseñanza agrícola y escuelas de capacitación doméstica, multiplicar el número de técnicos en agricultura y de consejeros agrícolas, preparar asistentes agrícolas, consejeros en ruralismo, mejorar y construir locales escolares, principalmente. Para las poblaciones urbanas recomendó la creación de una facultad de higiene, la preparación de urbanistas, la elaboración de planes de urbanismo para mejorar espacios escolares, centros culturales, de esparcimiento y campos deportivos, aumentar el número de becas para niños que hayan terminado la escuela primaria, crear cursos nocturnos para adultos, crear escuelas técnicas, formar jardineras de niños, entre otras.
En la cuarta parte, “Las evaluaciones globales”, uno de sus apartados, relaciona los principios generales de la planeación para ser aplicados en los departamentos con el interés de mejorar la producción económica del país y los factores de retardo y desequilibrio como la especulación, la insuficiencia de material estadístico, el nivel cultural, entre otros.
La quinta parte, “El Estado y el problema de la educación”, expuesta en una introducción y tres capítulos: el primero, “Balance de la educación en Colombia”, incluyó una descripción del estado de los distintos niveles de enseñanza primaria, normalista, profesional, secundaria, superior y para adultos. De la misma manera, presentó la problemática de la educación en los departamentos, relaciona la educación en Colombia y en algunos países extranjeros -en particular el caso anglosajón-, y, finalmente expuso una apreciación general sobre el nivel educacional en Colombia. Señaló como aspectos negativos las condiciones geográficas que dificultan el acceso a las escuelas, la pobreza, el acceso a materiales de enseñanza, los recursos para la construcción de escuelas, los salarios y el número de maestros. Como aspectos positivos planteó el éxito de algunas iniciativas: el caso de Radio Sutatenza, la Granja Agrícola de Fómeque y su red de escuelas, el papel de la Iglesia Católica en las iniciativas privadas en favor de la educación, entre otras.
El segundo capítulo titulado “Una política educacional adaptada a las necesidades del país”, señaló como principios