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Ofrezco respeto, recibo respeto. Sura HartЧитать онлайн книгу.

Ofrezco respeto, recibo respeto - Sura Hart


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va a hacerlo.

       Cooperación es ejercer el poder con sus hijos e hijas

      Tenga en cuenta que en todo momento sus interacciones con sus hijas e hijos se basan bien en ejercer poder sobre, bien en ejercer poder con. Tal vez conozca bien ambas interacciones; lo más probable es que una de ellas predomine en su vida familiar. ¿Cuál es?

      Crianza ejerciendo poder sobre

      Expresiones de este tipo de crianza:

       Quiero que hagas esto ahora mismo. Si no lo haces...

       ¡No me hagas pedírtelo otra vez!

       Tienes que hacer lo que se te dice y punto.

       ¡No me contestes!

       ¡Me da igual lo que te parezca!

      

       Ya sé que quieres jugar, pero tienes que...

       ¿Cuántas veces tengo que decírtelo?

      Construir unos cimientos de poder sobre implica que usted determina lo que es mejor y lo que es correcto para sus hijos e hijas, les das instrucciones y les fuerza a obedecer. Cuando se opta por esta orientación, se dedica mucho tiempo a echar sermones, aconsejar, discutir, analizar y, sea como sea, a tratar de controlar su comportamiento para que cumplan una serie de expectativas que se aceptan como la única manera correcta de hacer las cosas. En sus esfuerzos por asegurarse de que sus hijas e hijos cumplan las expectativas, madres y padres se encuentran con frecuencia dando órdenes y exigiendo, usando expresiones como tienes que,debes, deberías. También tienen que asegurar la obediencia mediante amenazas de castigos y promesas de recompensas. Los niños y niñas no tienen opciones o tienen muy pocas; y es muy poco frecuente, cuando se da, que se les pida opinión o colaboración para resolver sus propios problemas.

      El alma se vacía completamente de su propio contenido para recibir al ser al que está mirando tal como es, en toda su verdad.

      Simone Weil

      Crianza ejerciendo poder con”

      Expresiones de este tipo de crianza:

       Me gustaría que encontráramos una solución que funcione para ti y para mí.

       Me siento feliz cuando trabajamos conjuntamente.

       Me siento triste cuando alguien no toma parte en las decisiones.

       Me gustaría saber qué te parece esto a ti.

       Me pregunto qué necesitas ahora mismo.

       ¿Estarías dispuesto a...?

       Por favor, ayúdame a entender lo que tienes en mente.

       Me pregunto qué piensas cuando escuchas eso.

      Construir unos cimientos de poder con implica que los miembros de la familia cooperan para determinar lo que es mejor para las niñas y las niños, lo que se hace se decide en base a acuerdos mutuos y hay reuniones periódicas para revisar los acuerdos que se han tomado. Los padres y las madres que optan por esta orientación emplean su precioso tiempo de crianza escuchando activamente a sus hijas e hijos y tratando de entenderlos escuchando sus sentimientos, necesidades y deseos. El mensaje principal que envían estos padres es: quiero que encontremos estrategias y soluciones que funcionen para todas las personas implicadas. Estoy dispuesta a r el asunto contigo hasta que lo logremos. Por lo general tendemos a ceder, negociar y regatear – la que normalmente conlleva que alguna persona quede insatisfecha–, en lugar de abordar la raíz de los problemas y preocuparnos por cubrir necesidades de forma que todas las personas implicadas queden satisfechas.

      

      Los padres y las madres que deciden ejercer el poder con sus hijas e hijos no tienen miedo de escuchar sus opiniones. De hecho, es algo que alientan. Se dan cuenta de que escuchar a los niños y a las niñas no necesariamente implica que estén de acuerdo con lo que dicen.Saben que escuchar suele ser solo el principio de un diálogo y que, si primero escuchan, seguramente también tendrán la oportunidad de compartir honestamente sus propios pensamientos, sentimientos y necesidades.

      La crianza tiene lugar en un intercambio dinámico entre todos los miembros de la familia. Al vivir de manera auténtica en relación unas personas con otras, hay una sensación de vitalidad y alegría que no tenemos cuando nuestro objetivo es enseñar, predicar o conseguir que los demás hagan lo que queremos.

      Simone Weil

      Tanto si los cimientos que está construyendo son de poder sobre como de poder con, sus hijas e hijos están aprendiendo de todo lo que dice y hace. Los niños y las niñas asimilan las tácticas que usa y las ponen en práctica con sus hermanos, hermanas, amigas y amigos. Se llevan esas tácticas al colegio, como cimientos basando en ellas su interacción con sus compañeros y compañeras, y las usan para construir los cimientos de sus futuras relaciones.

       El respeto es una forma de ver

      La buena noticia es que la cooperación voluntaria entre usted y su hijo o hija no solo es posible, sino una consecuencia natural dentro de una relación en la que hay respeto mutuo. El respeto, como la cooperación, también suele malinterpretarse y emplearse de diversas formas.

      

      ¿Qué quiere decir cuando pide más respeto a sus hijos e hijas? ¿Quiere que estén más dispuestos a escucharle y a aprender de usted? ¿Quiere más comprensión acerca de sus circunstancias y necesidades como madre o padre? ¿Le gustaría que sus hijas e hijos vieran que su punto de vista es acertado? ¿Quiere decir que necesita la admiración y la estima de sus hijos e hijas? ¿O quiere que hagan lo que usted diga sin cuestionar nada? ¿O quizá todo esto? Con tantas maneras de entender el respeto, ¿es de extrañar que sea tan difícil pedirlo y conseguirlo? Para la mayoría de madres y padres, respeto es una palabra comodín que implica muchos pensamientos, sentimientos y necesidades.

       Explore por su cuenta

      ¿Qué significa la palabra respeto para usted?

      El significado esencial de la palabra respeto es mirar. ¿Pero mirar qué? Nosotras creemos que respetar a otra persona es mirar lo que experimenta; concretamente, observar con respeto los sentimientos y necesidades que tiene en ese momento.

      Cuando usted mira a su hijo o hija, siempre puede elegir dónde centrar su atención. Puede observar su comportamiento desde su propio punto de vista, a partir de sus deseos y sus juicios. O puede hacerlo desde el punto de vista de su hija o hijo, con respeto por lo que vive y por lo que necesita.

      Centrarse en el mal comportamiento

      Cuando se centra en lo que su hijo o hija “hace mal”, podría decir algo así: ¿Cómo puedes ser tan descuidado? ¡Pensaba que eras más madura! ¿Qué pasa contigo? Tú sabes hacerlo mejor; debería darte vergüenza.

      

      Cuando se centra en lo que tiene de “malo” en el comportamiento de su hija o hijo, podría decir algo así: ¡Eso que has dicho es horrible! ¡Mira lo que has hecho! ¡Deberías ser más sensata!

      Cuando sus propios miedos sobre lo que su hija o hijo podría hacer en un futuro empañan su enfoque, podría decir algo así: Si sigues así, nunca vas a tener éxito. Nunca vas a hacer amigos actuando de esa manera. ¿Cuándo vas a empezar a hacer caso de lo que te digo?

      La crianza que se centra en lo que las hijas o hijos “hacen mal”, o en lo que sus actos tienen de “malo”, se basa en la creencia de que regañarles, hacerles sentir mal o castigarles les motivará para actuar de forma diferente. ¿A usted le funciona?

      Centrarse en las necesidades

      Por


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