Antropología de la integración. Antonio Malo PéЧитать онлайн книгу.
se ha logrado producir el Xna, o sea el Acido Xeno-Nucleico. Esta cadena de polímeros sintéticos puede almacenar y transmitir informaciones genéticas y, por consiguiente, es capaz de herencia y evolución, como sucede naturalmente con el Rna y el Dna (V. PINHEIRO E ALT., Synthetic Genetic Polymers Capable of Heredity and Evolution, «Science» 20 (2012), pp. 341-344).
[18] Cf. ARISTÓTELES, De generatione et corruptione, XIII, 317a 32-b 33. Aunque la posición del Estagirita puede parecer hoy día sorprendente, es justificable tanto a partir de la falta de conocimientos científicos suficientes como de la observación de ciertos fenómenos naturales. Por ejemplo, el de la generación de las larvas en el cadáver de un animal, aparentemente sin ningún tipo de principio vital. De ahí, la creencia aristotélica de que en la generación influye siempre la acción del sol, la cual, no sólo corrompe el cadáver, sino también causa nueva vida.
[19] Como sostiene Facchini, «con el recurso a intervenciones externas, suplementarias o correctivas con respecto a las causas naturales, se introduce una causa superior en los eventos de la naturaleza, para explicar cosas que aún no conocemos, pero que podríamos conocer. Pero este no es el modo de hacer ciencia. Nos colocamos en un nivel distinto del científico. Si el modelo propuesto por Darwin se considera insuficiente, se busca otro, pero no es correcto desde el punto de vista metodológico pretender hacer ciencia, saliendo del campo de la ciencia» (F. FACCHINI, Osservatore Romano, 16-I-2006).
[20] A pesar de que el panpsiquismo presenta muchas variantes —desde la escuela platónica de Cambridge del s. XVII hasta el espiritualismo de Ravaisson del siglo XX, pasando por la monadología leibniziana— todas ellas tienen en común el considerar la vida como la esencia misma de la realidad. Una versión actual del panpsiquismo se encuentra en G. STRAWSON, Realistic Monism: Why Physicalism Entails Panpsychism, «Journal of Consciousness Studies», 13 (2006), pp. 3-31.
[21] El vitalismo en su forma filosófica distingue entre leyes físicas, químicas y biológicas; las últimas dependen de un principio no material, che muchas veces es asimilado al espíritu, como la vis vitalis de la escuela de Montpelier o el élan vital de Bergson. Puede hablarse también de un nuevo vitalismo moderno, cuyo principio es la célula (vid. R. VIRCHOW, Alter und neuer Vitalism, en «Archiv für pathologische Anatomie und Physiologie und für klinische Medizin», (1856), pp. 3-55).
[22] Para una definición científica de “caso”, compatible con el creacionismo, véase D. BARTOLOMEW, Dio e il caso, SEI, Torino 1987, pp. 9-36.
[23] Cfr. ARISTÓTELES, Tópicos, I, 8, 103b15.
[24] ARISTÓTELES Metafísica, V, 28, 1024a30.
[25] Aunque me sirvo de las categorías aristotélicas, cuando me refiero a la suinidad como diferencia específica del cerdo y el jabalí, me aparto en parte del pensamiento aristotélico, pues para el Estagirita no es posible saber cuáles son las diferencias específicas de las sustancias naturales.
[26] En relación con el concepto biológico de especie puede verse ERNST MAYR, Systematics and the Origin of Species from the Viewpoint of a Zoologist, Columbia University Press, New York 1942, pp. 102-126. Una explicación más reciente de este concepto se encuentra en P. MOEHLMAN (ed.), Equids: Zebras, Asses and Horses. Status Survey and Conservation Action Plan, IUCN, Cambridge 2002, pp. 95 ss.).
[27] Si bien en Aristóteles hay ya elementos fijistas, el fijismo, como tal, no aparece hasta Carl Linneo (1707-78) y Buffon (1707-88), como reacción ante el transformismo; «en este sentido –afirma Gilson– puede decirse que el transformismo ha creado el fijismo» (É. GILSON, De Aristóteles a Darwin (y vuelta), EUNSA, Pamplona 1980, p. 79).
[28] Cfr. ibid., pp. 124 y ss.
[29] Cfr. ibid., p. 169.
[30] «Metafóricamente puede decirse que la selección natural está buscando cada día y cada hora por todo el mundo las más ligeras variaciones: rechazando las que son malas; conservando y sumando las que son buenas» (CH. DARWIN, El origen de las especies por selección natural, La Catarata, Madrid 2009, p. 101).
[31] Para una visión de conjunto véase E. SOBER, Did Darwin Write the “Origin” Backwards?: Philosophical Essays on Darwin’s Theory, Prometheus Books, Amherst (New York) 2011, pp. 121-28.
[32] Según Darwin, la transmisión dependería del uso o desuso de los órganos durante la vida del individuo: cuando una tendencia se manifiesta por primera vez, la selección continua y los efectos heredados del uso de órganos en las generaciones posteriores completan rápidamente la obra; esto explicaría también las diferencias formales entre machos y hembras (vid. CH. DARWIN, El origen de las especies por selección natural, o.c., p. 429 y ss.).
[33] Los trabajos de R. A. Fischer, J. B. S. Haldane e S. Wright son considerados como las bases de la Population genetics o genética de la población. Para la historia científica del evolucionismo puede consultarse E. LARSON, Evolution: The Remarkable History of a Scientific Theory, Modern Library, New York 2004.
[34] «La selección natural se entiende como reproducción diferencial: algunos individuos contribuyen a la siguiente generación más que otros, es decir, con un mayor número de descendientes. El foco de la atención pasa de las macros a las microestructuras, del organismo y su competición vital al programa genético y su implementación» (G. BARSANTI, Una lunga pazienza cieca. Storia dell’evoluzionismo, Einaudi, Torino 2005, p. 349).
[35] Si bien el nombre de síntesis moderna fue acuñado por J. HUXLEY en un homónimo ensayo: Evolution. The Modern Synthesis (1942), los que la han hecho posible con sus investigaciones son T. Dobzahansky, E. Mayr e G. Gaylord Simpson (vid. E. MAYR, Some Thoughts on the History of the Evolutionary Synthesis, en The Evolutionary Synthesis, E. Mayr-W. B. Provine (eds.), Harvard University Press, Cambridge Massachussets 1980, pp. 1-48).
[36] Vid. L. A. MORAN, The Modern Synthesis of Genetics and Evolution, University of Toronto, Toronto 2005. Una crítica profunda al paradigma de la síntesis moderna proviene del mismo Mayr, quien rechaza la tesis de que la macroevolución se reduzca a microevolución. Pues, según él, entre esos dos tipos de evolución se da un hiato, semejante al que existe entre el genotipo y el fenotipo (cfr. E. MAYR, Toward a new Philosophy of Biology: Observations of an Evolutionist, Harvard University Press, Cambridge (Massachussets) 1988, p. 402)
[37] «Los genes compiten directamente con sus alelos por la supervivencia, ya que sus alelos en el acervo génico son rivales que podrán ocupar su puesto en los cromosomas de futuras generaciones. Cualquier gen que se comporte de tal manera que tienda a incrementar sus propias oportunidades de supervivencia en el acervo génico a expensas de sus alelos tenderá, por definición y tautológicamente, a sobrevivir. El gen es la unidad básica del egoísmo» (R. DAWKINS, El gen egoista. Las bases