Nuestro grupo podría ser tu vida. Michael AzerradЧитать онлайн книгу.
discutían continuamente sobre ese problema, y el entrevistador de un fanzine consiguió grabar en una cinta un intercambio de opiniones típicamente contencioso:
BOON [con orgullo]: Soy un tipo de lo más normal, un tipo que ha sido conserje, encargado de restaurante…
WATT [impaciente]: Pero un tipo normal no escribe canciones. No… escribe… canciones.
BOON: Bueno, pues este lo ha hecho.
WATT: Tú no eres un tipo normal.
BOON: Este lo ha hecho.
WATT: Tú eres un tipo especial.
BOON: Que forme parte de un grupo de rock confirma que soy un tipo corriente.
WATT: No, no, me refiero a las canciones. D. Boon, eres especial y tienes que aceptarlo. Tienes que aceptarlo, eres especial.
BOON [exasperado]: ¡De acuerdo! ¡Desde que tenía cinco años, la gente no paraba de decirme que sabía dibujar! ¡Dejadle dibujar!
WATT [triunfal]: Eso es. Por eso estoy en el grupo con él, porque es espe-cial.
Además de The Prole y el Union Theatre, el grupo había creado su propio sello, New Alliance, en otoño de 1980. Sus primeros discos fueron varios recopilatorios, discos de grupos underground locales y el EP de The Minutemen de 1981 Joy. El recopilatorio Mighty Feeble incluía a Mr. Epp and The Calculations, un grupo new wave de Seattle, en el que tocaba Mark Arm, futuro cantante de Mudhoney.
Cuando le preguntaron qué había inspirado el sello, Boon había respondido simplemente: «Black Flag».
—Ser un grupo de punk también quería decir poder crear un sello propio —explica Watt—. Jamás pensamos que el sello crecería; solo queríamos tenerlo de modo que si veías a un grupo que te gustaba pudieras sacar su disco.
New Alliance pronto empezó a ser rentable y todos los beneficios iban directamente al sello.
Uno de los primeros discos de New Alliance fue Land Speed Record, de Hüsker Dü, un potente trío de Mineápolis cuya música hacía honores al título del álbum. Ambos tríos conectaron enseguida.
—Estaban en la misma longitud de onda que nosotros, absolutamente —afirma Watt—. Se trataba de lo mismo: hacer un grupo, intentar conseguir tu propio sonido y, entonces, tocar en todos los sitios posibles y continuar haciendo discos tan rápido como podías.
Acabaron haciendo un par de breves giras juntos, y The Minutemen, por su parte, editaron el EP Tour Spiel con Reflex, el sello de los Hüskers.
Otros de los primeros lanzamientos de New Alliance fue Milo Goes to College, de The Descendents. De nuevo, hubo afinidad inmediata.
—Billy y Frank eran pescadores, Tony era cartero y Milo iba a la facultad —explica Watt—. Eran muy prácticos, trabajadores, buena gente; lo mismo, el mismo paradigma. Cualquiera que estuviera en esa escena con los Flag era un poco así. No había demasiados grupos burgueses. Todo el mundo iba con su furgoneta y tenía los pies en el suelo.
Los temas de The Minutemen —imperialismo, explotación de mano de obra barata y el horror del campo de batalla— eran «totalmente Creedence», confiesa Watt. «Para The Minutemen, Creedence era un grupo político.» El hit de 1969 de Creedence Clearwater Revival «Bad Moon Rising» era una condena alegórica de la Guerra de Vietnam, como también lo era «Who’ll Stop the Rain», mientras que «Fortunate Son» era una crítica todavía más acerba que denunciaba la desigualdad de clases en el reclutamiento. La influencia populista de CCR en The Minutemen también era sartorial; Creedence llevaban camisas a cuadros de franela, que se convirtieron en el sello distintivo de Watt. Unos pocos años más tarde, ese estilo recibiría el nombre de «grunge».
Otra de las primeras influencias políticas del grupo fue Bob Dylan. «Seguramente, Bob Dylan fue la única persona cuyas letras escuchaba en los 70», contó Watt a Flipside. «Mi padre era marinero y siempre estaba fuera, y Dylan me parecía como un segundo padre.» Posteriormente, Boon y Watt tomaron ideas esenciales de la KPFK, una emisora de radio perteneciente al grupo izquierdista de emisoras Pacifica que tenía como invitados a todo tipo de personajes, desde Noam Chomsky hasta Richard Meltzer, crítico de rock pionero y letrista de Blue Öyster Cult.
Pero su pensamiento político también estaba profundamente influido por la ética igualitaria del punk rock, en la cual encontraron una metáfora muy poderosa del mundo en general. Las ideas sobre la redistribución del poder artístico eran una analogía poderosa del poder político.
—Cuando hablas de la gente que está privada de derechos fundamentales y luego miras a los tipos que no pueden entrar a formar parte de un grupo… Quiero decir, es bastante parecido —explica Watt—. Lo bueno de tener voz en tu trabajo, de tener voz en tu economía, es la misma idea que tener voz en tu música. El jam econo que aplicábamos en la música también lo aplicábamos en el día a día. No eran cosas diferentes. No teníamos un discurso político y un discurso como grupo. Eran lo mismo.
Así que, en lugar de pasarse toda la vida como peones de la burocracia que más beneficiaba a los que estaban arriba, Boon, Watt y Hurley encontraron la forma de ser sus propios jefes.
—Se trataba de poder tomar decisiones sobre tu propio grupo, al menos así éramos responsables de algo —explica Watt—. En el resto de facetas de nuestras vidas, éramos hombres insignificantes, pero en esto podíamos ser nosotros mismos.
Aun así, The Minutemen se dieron cuenta de que no había modo alguno de que pudieran reorientar la conciencia política de su limitado público. Lo mejor que podían esperar era el diálogo; pensar las cosas era mejor que la apatía y la ignorancia.
—Lo único que podíamos hacer encima del escenario era provocar una pequeña crisis, un pequeño alboroto en tu cabeza —afirma Watt—. Y quizá así sean capaces de articular sus propias ideas respecto a algo. Quizá descubrirán que son más de derechas tras oírnos, no lo sé. A D. Boon le gustaba eso, intentaba interpelarlos, ver de qué iban.
Grabado en enero y mayo de 1983, Buzz or Howl under the Influence of Heat tiene algunas canciones rock realmente pegadizas, como «The Product», una canción de marineros a todo volumen de Boon, y «Cut», de Watt, en la que la guitarra de Boon, graznando como un pollo, acentúa un poderoso ritmo fuerte y sólido. El título del EP es un collage de dos líneas de artículos de Scientific American, lo que refleja la naturaleza dual del propio disco: todas las canciones salvo tres se grabaron en una grabadora modesta de dos pistas por la increíble cantidad de cincuenta dólares; el resto se grabaron gratis. La portada iba a ser una foto de Scientific American de tres ranas, pero las impresiones en color costaban mil dólares, de modo que Joe Baiza de Saccharine Trust y compañero de sello en STT hizo un dibujo a tinta de Boon y Watt enfrascados en una de sus épicas discusiones mientras, en un segundo término, el infierno escupe objetos como relojes, zapatos y calculadoras.
En noviembre de 1983 ya tenían un albúm listo para grabar, pero entonces apareció Hüsker Dü y grabó el álbum doble Zen Arcade en tres días. The Minutemen se lo tomaron como un reto y escribieron furiosamente y grabaron doce canciones más en un mes.
—¿Ves qué sana era la competencia, la comunidad de todo aquello? —se pregunta Watt—. Eso sucedió cuando todo aquello era un movimiento. Y no una escena. Era algo sano, próspero.
Zen Arcade había sido un álbum con un concepto ambicioso.
—No teníamos un concepto que uniera todo el álbum como ellos habían hecho —reconoce Watt—. No sonábamos como ellos. Pero al intentar estirarlo como ellos, sacamos algo que no tenía nada que ver con nada de lo que haríamos después. Es el mejor disco en el que jamás he intervenido.
El elemento unificador de The Minutemen fue, sencillamente, sus coches —el álbum empezaba con el ruido de un motor arrancando y acababa con «Three Car Jam», que consiste en unos treinta segundos en los que los tres miembros de The Minutemen revolucionaban caóticamente el motor de sus coches.
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