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Pequeño circo. Nando CruzЧитать онлайн книгу.

Pequeño circo - Nando Cruz


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discos.

      Burdeos está a tres horas y media de Bilbao, lo mismo que Madrid. Pasábamos a Hendaya y allí hacíamos dedo. Era bastante fácil llegar. Y económico. Salíamos pronto por la mañana, llegábamos allí a mediodía y cogíamos una habitación en una pensión que teníamos controlada. En Burdeos había tres hermanas, las hermanas Gómez. Las conocimos en una tienda de discos. Las tres hacían tres fanzines distintos. Y así pronto tuvimos un sitio donde quedarnos. La vuelta la hacíamos también a dedo. Había mucho camionero en las áreas de servicio. Veías uno con matrícula de Bilbao, le pedías subir, te montabas, le dabas conversación y muy bien.

      Alguna vez fui con Gorka, pero fui más veces con Javi. Y hacía como él: compraba discos, volvía a Bilbao, me grababa los que me molaban, me daba unas vueltas por los bares, los vendía y hacía algo de dinero.

      Salir a cualquier país siempre era mejor. Burdeos o Lisboa eran más interesantes que España.

      IÑIGO PASTOR: Con varios chicos de fanzines de Bilbao solíamos quedar una vez al mes para salir juntos, charlar y ponernos hasta arriba. Había dos chicas que tenían el fanzine Alguno me moskea, de corte gótico y afterpunk. También quedábamos con otros que hacían un fanzine de rockabilly que se llamaba RockMola. Uno de ellos era Alberto, que luego fue el batería de La Secta.

      ROBER!: La Secta, el grupo de Gorka «Munster», empezó antes que Cancer Moon, como Los Bichos. La prensa siempre juntaba a estos tres grupos en este paquete porque tenían referencias de los Scientists, de los Stooges… Ahora es lo más trillado del mundo, pero entonces nadie lo hacía por aquí. La Secta son los que peor han envejecido. Son canciones muy simples, casi de garaje. Muy bien no tocaban, pero le echaban jeta. Los vi miles de veces. Tocaban cada semana o cada dos.

      IÑIGO PASTOR: Hicimos doce números de La herencia de los Munster. Siempre se vendía todo. Como mucho, alguna vez quedaba algún ejemplar del número anterior cuando salía el nuevo, pero se acababa vendiendo. Cuando me fui a Madrid, lo mantuve un tiempo más y luego lo dejé para montar el sello discográfico.

      UNAI FRESNEDO: Aprendí a hacer el fanzine Brain Dead con Gorka. Él me proponía temas, me ayudaba a maquetarlo, me decía a qué imprenta llevarlo… Hice solo un número, con la portada de Tav Falco y con un artículo de los Tell-Tale Hearts, un grupo de sixties punk-rock. Y como estaba muy influenciado por Gorka, hablé también de los Scientists, de los Beasts of Bourbon y de grupos así. Se vendió por Bilbao y también por correo.

      En el 90-91 estudié dos años de mecánico dentista. El segundo año me cambié al turno de tarde porque por las mañanas empecé a currar en la Universal, donde iba a comprar discos nuevos y de segunda mano. Un día fui a llevarles el fanzine, y el dueño, Felipe, me dijo, «oye, tú, tronco, ¿quieres currar aquí?». Ese mismo día me ofrecieron entrar en una clínica para hacer unas prácticas.

      Universal era tienda de discos y librería. Tenía una sección de discos potente. Eric5, el holandés de Semaphore6, traía discos. Venían los representantes a la tienda. Uno era catalán, así que hacía su buena ruta hasta llegar. Venían cargados con su furgoneta y sus maletas, te enseñaban los discos e ibas escogiendo. Te traía discos de los Miracle Workers y cosas de sellos como Marilyn que empezaban a tener en distribución.

      Estaría Long Play y alguna otra, pero Universal era la mejor tienda de Bilbao. Los discos que había allí no los tenían en ningún otro lado. Y por ahí se pasaba todo dios a comprar: Álex de la Iglesia, Josetxo Anitua, Estíbaliz de Goo, Pablo Cabeza, Fernando Gegúndez, los de Danba… En la tienda se vendía el Hunted by the Snake de Cancer Moon, que había sacado Polar.

      Me pasé meses en la Universal escuchando todos los discos que había en todos los cajones, poniéndome las pilas con el jazz y otras músicas de las que no tenía ni idea. En esa época yo sabía cuatro cosas. Felipe me enseñó muchísimo.

      IÑIGO PASTOR: La tienda de discos Universal de Bilbao fue muy importante. Es una pena no haber tenido cámara de fotos y haberla fotografiado. Entrabas y había una estantería con discos de importación y libros de música, y luego una sección de fanzines espectacular: Syntorama, de música electrónica, Sintonía cerebral o el Sorbemocos, que era más de cotilleo. Los del Sorbemocos hicieron un «especial Kike Turmix» que prácticamente era gente haciendo una lista de cosas que habían prestado a Kike y no les había devuelto.

      ROBER!: Mamorro era uno de los fanzines más antiguos. Lo llevaba Txema Agiriano y hacía una fiesta todos los años. Le gustaba sacar grupos que justo empezaban y nunca repetía grupo. Allí tocaron La Perrera, El Inquilino, Atom Rhumba, Lord Sickness… El día que tocó La Perrera estaba ahí Josetxo «Bicho» de invitado. El fanzine se daba gratis en los bares. Y la fiesta era cada año en un sitio distinto: en locales okupados, salas underground, gaztetxes…

      UNAI FRESNEDO: Hay gente que fue importante, y no porque tocase ni nada. Juancar lo es porque tenía el Muga, el bar del rock and roll. El Muga era nuestra casa, un bar al que llegabas a las cuatro de la tarde y salías a las diez de la noche. Era el lugar donde nos juntábamos la gente activa de Bilbao. Te ponía a los New Christs y todo lo que querías oír. Vendían fanzines, discos, entradas…

      Josetxo [Anitua] era otra pieza clave. Salía mucho porque no tenía que currar ni nada. Siempre estaba por ahí conociendo a todo el mundo, relacionándose con todo dios.

      JUAN HERMIDA: De la escena vasca siempre me gustó que la gente era muy solidaria. Si se enteraban de que un grupo había tenido un accidente o un problema en un bolo, corría la voz como la pólvora. A diferencia de Madrid, donde había mucha rencilla, allí la gente iba muy de cara.

      Me daba cuenta de por qué las cosas funcionaban mejor allí. En los gaztetxes, hasta los periodistas pagaban una entrada mínima por ver al grupo. Se pagaba por deferencia, porque era una forma de apoyar a ese grupo y a la escena local. En Madrid era impensable algo así. En Madrid, como en Barcelona, las listas de invitados eran enormes. Todo el mundo intentaba entrar gratis y que le dieran una cerveza. En Euskadi era al revés.

      Los hermanos Pastor en la puerta de una tienda de discos en Suecia con Juan Capel del fanzine Eye. (Cedida por Iñigo Pastor.)

      MALASAÑA

      CON FERNANDO PARDO (SEX MUSEUM), JUAN HERMIDA (ROMILAR-D), JUAN SANTANER (VANCOUVERS), JAIME GONZALO (RUTA 66), ALEJO ALBERDI (DERRIBOS ARIAS), FINO OYONARTE (GLUTAMATO YE-YÉ / LOS ENEMIGOS), IÑIGO PASTOR (MUNSTER), ANTONIO ARIAS Y ERIC JIMÉNEZ (LAGARTIJA NICK), JAVIER CORCOBADO (429 ENGAÑOS / MAR OTRA VEZ / DEMONIOS TUS OJOS), MURKY LÓPEZ (PATRULLERO MANCUSO) Y CARLOS GALÁN (SUBTERFUGE).

      En este barrio del centro de la capital se articuló la primera reacción contra la Movida madrileña y el pop-rock nacional de los 80. Grupos como Sex Museum y The Pleasure Fuckers y sellos como Romilar-D y Munster pusieron los cimientos de una industria independiente desde posiciones estéticas acordes con el rock de garaje que también sacudía las escenas alternativas de países como Suecia, Francia y Australia.

      Sex Museum en una primerísima formación de 1985 con Jaime «Jimmy» de la Brena, Miguel Pardo y Fernando Pardo. (Cedida por Fernando Pardo.)

      LA GENERACIÓN BISAGRA

      FERNANDO PARDO: Nací en Madrid en 1964. Somos cinco hermanos. Miguel y yo nos dedicamos a la música. En la colección de mis padres había mucho rock and roll: Little Richard, Elvis Presley, Carl Perkins, Eddie Cochran… En mi casa, el comedor estaba bajo llave y no teníamos acceso al tocadiscos. Mi padre no quería que nos acercáramos a guitarras ni instrumentos. Veía que nos gustaba mucho la música y nos quería alejar de eso.


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