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Cosas Peligrosas. Amy BlankenshipЧитать онлайн книгу.

Cosas Peligrosas - Amy Blankenship


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buenos. Damon tenía una vena muy salvaje y ambos hermanos le habían provocado a Michael, que trataba de mantener el ritmo, un fuerte dolor de cabeza.

      Kane miró hacia abajo y vio a Michael jugando con el anillo de su dedo mientras pensaba en Damon. No pasó mucho tiempo antes de que Michael se dejara vencer por el sueño y sus sueños se intensificaran. Cuanto más duraban los sueños, más lograba enterarse Kane de lo que escondía Michael. Cerró los ojos, aislando la ciudad por un momento y concentrándose por primera vez en el dolor de otra persona.

      Se sorprendió al ver que no sólo escuchaba los sueños, sino que también captaba recuerdos visuales de hacía cuarenta años. Lo vio todo desde la perspectiva de un extraño mientras se ello se desarrollaba como si fuera una película dramática.

      Michael había sentido la necesidad de ir a ver a Damon por primera vez en más de un siglo. Cuando encontró a su hermano, todo parecía estar bien. Damon había estado viviendo en el candelero social de Londres y Michael se había unido a él durante algún tiempo. Se lo pasaron de maravilla hasta que conocieron a una chica... Katie.

      Los solteros más codiciados habían sido invitados a su dieciocho cumpleaños, incluyendo a los hermanos. Ella era la auténtica belleza del baile. Lo que había empezado como una simple competición fraternal se convirtió en un peligroso juego de celos. Todo lo que había entre ellos parecía convertirse en una competición. Habían pasado semanas librando una guerra silenciosa entre ellos para ganarse su afecto.

      Damon le había dicho que se fuera... para volver a cruzar el océano, pero Michael no pudo hacerlo. No dejaría que Damon ganara echándolo de allí. A medida que la rivalidad entre hermanos aumentaba, lo hacían las peleas por la misma chica. Ella no era su alma gemela ni nada de eso, pero ambos habían quedado cautivados con ella. Parecía que Katie tenía el mismo problema.... se había enamorado de los dos y no quería elegir.

      Lo que era aún más retorcido acerca de aquel triángulo amoroso era que Katie pensaba que los hermanos eran humanos... nunca le habían dado una razón para pensar lo contrario.

      Habían llevado a Katie a bailar aquella noche, pero ello había constituido un fatal error. La tensión entre los hombres se podía cortar. Después de una hora de sentirse morir lentamente por dentro mientras el otro bailaba con ella, los hermanos finalmente llegaron a las manos. No se habían dado cuenta de cómo habían perdido el control hasta que sus ojos cambiaron de color mientras sus manos se agarraban a la garganta del otro y sus pies se levantaban del suelo.

      Ni siquiera la habían visto correr. Michael y Damon ya habían sofocado su rabia cuando escucharon el chillido de las llantas y el crujido del metal fuera del salón de baile. Cuando llegaron hasta ella... ya estaba muerta.

      Cuando Damon corrió hacia ella con la intención de tratar de revivirla con su sangre de vampiro, Michael lo había detenido porque allí se había congregado una multitud. Damon se había vuelto contra él, culpando a Michael de no haberse marchado cuando le había dicho que lo hiciera.

      Después de aquello se pelearon durante meses.... pidiendo tregua por momentos, apelando al dialogo y los sentimientos, pero ello siempre les conducía a otra pelea. Michael sabía que Damon estaba cada vez más mal y que quería matarlo. Si lo intentaba, entonces Michael se defendería y uno de ellos moriría.

      Fue entonces cuando Michael hizo algo que juró que no haría... fue a ver a Syn. Syn fue el primer vampiro. Se había dormido y no se había despertado durante siglos, pero Syn no estaba muerto porque no podía morir.... al menos es lo que se creía. No estaban seguros de por qué había elegido dormir durante los dos últimos siglos, pero parecía que Syn estaba esperando por algo que todavía no había ocurrido.

      Michael paseaba alrededor de la estatua que marcaba el lugar de descanso de Syn dentro del mausoleo. Sabía que Syn estaba allí, justo debajo de él. Le hablaba a la tumba vacía, escuchando el eco de sus palabras que a veces resonaban en forma de susurro y otras parecían un grito ensordecedor.

      Pelearse con Damon lo estaba volviendo loco, nunca quiso que esto llegara tan lejos. Ni siquiera estaba seguro de si realmente amaban a la chica. Sintió que su corazón se retorcía por el dolor que le había causado a su hermano.... y a Katie. No sabía si Syn estaba escuchando, pero al menos compartiría la verdad con alguien más.

      Los ojos de la estatua se movieron mirándolo. Esta se parecía a Syn pero no tenía color. Las velas encendidas a su alrededor resplandecían, se apagaban y encendían cuando la estatua se movía. Susurraban palabras que parecían desprenderse del suelo en un idioma hoy ya olvidado.

      El silencio que siguió fue como un calmante, Michael sabía que Syn le había perdonado aunque Damon no lo hubiera hecho. Se frotó los brazos con las palmas de las manos tratando de calmar los escalofríos que sentía. Syn era un hombre algo mágico y Michael se preguntaba qué hechizo se había apoderado ahora de él.

      Se levantó y salió de las catacumbas. Entró en el mausoleo sólo para descubrir que Damon estaba allí de pie esperándolo. Una vez más, se intercambiaron simples emotivas palabras, pero no pasó mucho tiempo antes de que volvieran a enfadarse. Michael sólo quería que todo terminara... quería abrazar a su hermano y empezar de nuevo.

      Damon se había tomado la primera parte de su declaración al pie de la letra y, antes de que Michael pudiera detenerlo, sacó una lanza de madera de su chaqueta. Michael sintió que la madera penetraba en su corazón y cayó de rodillas. Mirando a Damon, abrió la boca para decir algo, pero todo lo que pudo emitir fue un gorgojeo.

      Michael cayó de costado, sintiendo como la sangre se detenía en sus venas y se convertía en cenizas mientras su visión se desvanecía lentamente y todo se volvía de color negro.

      Con lágrimas en los ojos, Damon se alejó sabiendo que ahora si estaba maldito. La voz de Syn empezó a resonar en su mente volviéndolo loco. Se agarró la cabeza y se agachó tratando de silenciar la voz, pero no se podía silenciar a Syn.

      En ese momento, Michael volvió a la vida con mucha fuerza. Sintiendo que le mataba el dolor insoportable de la estaca en el pecho, cogió la madera y la sacó de su corazón. Le dolió tanto al salir como al entrar.

      —¡Damon! — gritaba Michael mientras luchaba por ponerse en pie y salía en busca de su hermano. Valió la pena cada ápice de dolor al ver la cara de Damon cuando este se dio cuenta de que Michael estaba vivo.

      En cuestión de segundos y sacándose el maldito palo de la manga, Michael apuñaló a Damon. — ¡Toma esto hermano! —, gritó mientras le devolvía el favor. Le dolió hacerlo, pero esto tenía que parar de alguna manera.

      Cuando Damon resucitó, Michael se había sentado en el suelo para tratar de recuperar el aliento. Michael entendió lo que Syn había hecho... lo que significaban las palabras flotando en el aire de las catacumbas. Eran un hechizo que sólo Syn podía realizar y que haría imposible que Michael y Damon se mataran el uno al otro.... tal vez haría que no pudieran morir nunca. Podrían matarse entre ellos.... pero sólo les dolería.

      Después de esa noche murieron varias veces, siempre a manos del otro. Finamente Michael se había rendido y había regresado a casa, dejando a su hermano al otro lado del planeta. Sabía que era inútil contactar con su hermano y aunque su corazón le gritaba que no todo estaba perdido, no estaba del todo seguro.

      Kane mantuvo sabiamente la boca cerrada mientras Michael se recuperaba de su pesadilla. Parpadeó preguntándose si el ahondar tan profundamente en la mente de Michael había hecho que este recordara todo de una manera tan clara. Si era así... entonces se arrepintió al instante y desapareció antes de que Michael se volviera para mirar a la cruz justo cuando empezaba a amanecer.

      *****

      Alicia se pintó los labios tratando de borrar la inocencia de aquella cara que la miraba fijamente en el espejo. No estaba enfadada con Kane por quitarle el libro de hechizos... después de todo, era el libro de Kane. Pero estaba enfadada con los demás porque la trataban como a un bebé. Vivía en un club nocturno, por el amor de Dios.

      Puede que hubiera estado en un internado,


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