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Lunes por la tarde... Reuniones con familias - 21. José KentenichЧитать онлайн книгу.

Lunes por la tarde... Reuniones con familias - 21 - José Kentenich


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hermanos, estamos entonces en presencia de un nuevo grado del amor mutuo; un grado de amor original, novedoso y bendecido.

      Si volvemos a echar una mirada retrospectiva sobre nuestra propia vida y nos preguntamos: ¿Cómo he vivido en verdad del amor mutuo? Si comprobamos que hubo falencias en una u otra oportunidad, tenemos que detectar, desde el punto de vista que acabamos de exponer, donde podría estar la falla.

      Una de las causas más importantes de esas falencias radica en el hecho que nuestros ojos de fe son muy débiles. Quizás nuestros ojos de mosca sean sabe Dios cuándo grandes, incluso muy “saltones”. Pero eso sólo no nos ayudará mucho para que nuestro amor sea un amor auténtico y fiel tal como Cristo lo exige de nosotros.

      Y si ahora nos preguntamos por qué esos ojos de la fe son tan débiles, habría que citar varias causas. Por lo común sucede que si bien tengo un entendimiento claro, no lo utilizo como corresponde. O quizás dispongo de buenos ojos pero no los utilizo, sino que los mantengo siempre cerrados y duermo. Fíjense que algo similar puede suceder con los ojos de la fe. Hay que usar esos ojos para volver a contemplar con mayor intensidad el mundo de la fe.

      No hace mucho les señalaba la importancia de realizar todos los días una pequeña lectura espiritual, una meditación. ¿Qué se persigue con una lectura espiritual, con una meditación? Calar con nuestros ojos de fe en el mundo de la fe. Porque si no usamos esos ojos, tarde o temprano habremos de perder, naturalmente, todo el mundo de la fe.

      Fíjense que es muy buena la costumbre que tienen aquí en Norteamérica, de salir a veces en busca de un poco de “relaxation”, vale decir, un momento de esparcimiento y descanso. Pues bien, aprender a contemplar en profundidad a Dios al mundo de Dios, es también una forma de recreación que ofrece descanso para nuestra fatiga. Por eso, si queremos fortalecer los ojos de la fe tenemos que usarlos con mayor asiduidad.

      En segundo lugar, ¡vivir de la fe! Vivir de la fe es, por ejemplo, ver conscientemente en mi esposa, o en mi esposo, al hijo de Dios, al Cristo que hay en ella o él. Esa mirada se transformará entonces, conscientemente, en un acto de respeto y amor para con el prójimo. Y así amaré en el otro a Cristo. Por este camino podremos comprender cuan verdaderas son aquellas palabras de San Juan: “Lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe”.

      Los ojos de fe de la Madre del Señor estaban extraordinariamente desarrollados.

      Mañana es día dieciocho, día de memoria. Pidámosle especialmente a María Santísima en esa jornada que interceda por nosotros para que recibamos el don de tener ojos de fe fuertes y muy claros.

      Creo que esta reflexión es suficiente para esta tarde. Breve pero de muchos contenidos…

      1 El P. Kentenich se refiere a los artículos sobre el “Proceso Eichmann”. Bajo el régimen de Hitler, Carlos Adolfo Eichmann, ex comandante de la SS, había organizado el transporte de los judíos hacia los campos de concentración. Apresado en 1960 en Argentina por el servicio de inteligencia israelita, fue llevado clandestinamente a Israel y presentado allí ante el tribunal el 11.4.1961. Los medios relataban en detalle sobre este proceso que conmovía al mundo entero. El 15.12.1961 Eichmann fue condenado a muerte por crímenes de guerra contra el pueblo judío y ejecutado en Jerusalén el 1.6.1962

      2 1Jn 5, 4.

      3 Se refiere a los contenidos enunciados anteriormente, que tanto ayer como hoy conservan su vigencia.

      4 Jn 5, 4.

      5 En la antropología pedagógica del P. Kentenich aparece con frecuencia la división en los siguientes estratos: animal, ángel e hijo de Dios. A ellos corresponden tres tipos de ojos, según se considere al hombre como ser biológico, intelectual-espiritual o bien como dotado de gracia divina.

      6 El P. Kentenich tenía especial interés no sólo en lograr que tomase conciencia de las verdades de la fe, sino en que ellas captasen y marcasen nuestro sentimiento vital.

      7 Cf. Mc. 12,3.1

      8 Cf. Mt. 25, 31-46.

      9 Otro Cristo.

      10 Cf. Jn. 13,34.

      11 Cf. Lv. 19,18.

      12 Posiblemente se refiere aquí al cuarto.

      13 Cf. Mt. 18,20

      14 Lc. 1, 45.

      15 Cf. Mc 10,51: “Jesús dirigiéndose a él (a Bartimeo), le dijo: ‘¿Qué quieres que te haga?’. El ciego le dijo: ‘Rabbuní, ¡que vea!

      24 de Abril de 1961

      ESQUEMA

      Una escuela de fe para nuestro matrimonio

      Idea directriz tomada de San Juan:

      “Quien ha nacido de Dios, vence al mundo”

      ¿Cuál es el panorama del mundo actual?

      Abundancia de estímulos

      Enorme desarraigo

      Muchas cosas que no se comprenden

      En nuestro matrimonio y familia hallamos un eco de esa misma crisis

      El remedio: una fe viva en la persona y la enseñanza de Cristo

      Es necesario poner también nuestra vida sexual a la luz de la fe

      Volver a recordar:

       Los tres ojos que tenemos:

       los ojos del cuerpo,

       los ojos del entendimiento y

       los ojos de la fe,

      Los tres bienes que nos regala la fe:

       luz para el entendimiento,

       fuerza para la voluntad y

       calidez y energía para nuestro corazón

      Repetición y profundización: A la luz de la fe reconocemos nuestra condición de hijos de Dios y miembros de Cristo; nuestro destino de participación en la vida de Cristo; en la vida de sufrimiento y en la vida de amor de Cristo:

      l. Grado: amar a mi cónyuge como a mí mismo

      2. Grado: amar a Cristo en mi cónyuge

      3. Grado: amar a mi cónyuge como a Cristo


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